lunes, 21 de diciembre de 2020

Que parece cuento navideño …

...pero, en realidad es “La Historia inacabada de Navidad” de un cuasi-centenario que, como uno de tantos, leía “Cuentos de Navidad” y cantaba y recopilaba villancicos navideños, tiernos, nostálgicos, populares... y que continúa leyendo todos los cuentos que caigan en sus manos. Y cantando villancicos en familia, en coros y... donde cuadre: iglesias, residencias y centros culturales y de mayores. Clásicos y modernos. Y en idiomas diferentes y, por supuesto, en latín. Sirvan de muestra unos botones: comenzamos la Navidad con el “Advent, Advent” y “Stille Nacht” alemanes e “In Dulce Jubilo” y “Adeste Fideles” en latín. ¡Conservo como oro en paño el catálogo de cánticos navideños original, escrito a mano del adolescente Manolo González del 23 Diciembre 1942!

Y entre todos, uno de los más impactantes el popular de antaño: 
“Esta noche es Nochebuena
 y mañana Navidad
saca la bota María
que me voy a emborrachar”

... que me trae recuerdos de la oscura y sombría nochebuena de mi infancia, adolescencia y juventud. La inoportuna lectura de un cuento de Alarcón, cuento que no conservo, pero cuya copia he encontrado aquí y que absurdamente leía casi siempre por esas fechas. Los dos últimos versos del segundo cuarteto:  
”y nosotros nos iremos 
y no volveremos más” 

... fueron los causantes del llanto del niño protagonista del cuento en la cena familiar de una Nochebuena. Los despiadados progenitores incapacitados de interpretar el llanto del pequeño lo castigaban por su lloriqueo, calificado de cansancio, enviándolo a dormir a su camita. 
...y me ha traído recuerdos precisamente en este nefasto 2020 que contra todo pronóstico ha venido con su universal pandemia y el confinamiento, a ensombrecer esta singular Nochebuena.

El espíritu de fiesta navideña fue adentrándose paulatina y anualmente en las celebraciones familiares. Siguiendo el consejo del filósofo británico David Hume.

”Todo placer languidece cuando no se disfruta en compañía”. 

Y precisamente esta pareja de nonagenarios afortunados han hecho propia y atinada esta sentencia en su historial navideño: en la más de seis décadas de Nochebuenas vividas en escenarios variopintos y en la compañía más dispar, desde la primera de la parejita solitaria en el extranjero, en una habitanciocita, sin derecho a cocina en fines de semana y festivo en la Navidad de 1956 a la última de 2019: familiar, solemne y habitual, con la veintena aproximada de concurrentes y en Majadahonda.



Perdón por la reincidencia : “La primera de la parejita” fue realmente “en trío”. Pues, servida ya la cena, y sorpresivamente, “disfrutamos” de la compañía de un agradable y agradecido compatriota: emigrante desconocido recién llegado de Londres, y perdido en la estación ferroviaria de la fría noche frankfurtense. Rafa, un buen amigo de la cámara de comercio, al verlo perdido en la estación en fecha tan señalada, lo envió a casa de unos amigos: ¡primer regalo del Chriskind en nuestra vida! ¡Qué bonito regalo navideño! 

Tampoco olvidaré la visita a la Iglesia en la tarde de aquel 24 de diciembre de 1956. Después de la bendición se apagan las luces del templo entonando el villancico más universal: Stille Nacht.

Paulatina y anualmente, tradiciones y espíritu navideños alemanes: Weihnachstsbaum (árbol de navidad), regalos, villancicos y belén fueron arraigando definitivamente en nuestra familia. Y a los pocos años, asentada ya seria y dignamente en Paul Ehrlichstrasse, éramos media docena los celebrantes, al trío de nuestras hijas, se nos unía siempre nuestra cariñosa y dulce vecina, la ancianita bávara Cenzi.


Que este cuento - historia sirva de felicitación navideña - cariñosa y cordial - a todos nuestros familiares y amigos... y a la par a todos los lectores de este Blog.
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Paradojas de la vida: En este año tan revuelto, deseamos que la Nochebuena de esta Navidad sea AUTÉNTICA NOCHE DE PAZ.



martes, 8 de diciembre de 2020

Amigos de toda la vida : Postcrónica

Gato por liebre, peleón del Duero por Vega Sicilia o “La Venganza de Don M…”


¿Cuántos años han transcurrido desde la memorable boda germana y la pintoresca noche toledano-muniquesa? Meteorólogos confirman que ha llovido bastante desde entonces. Nuestro pobre, pero ingenioso, Mariano Anaya tuvo que sufrir y soportar en encuentros, reuniones y festejos amigos, chanzas, burlas y cantoletas sobre las históricas nupcias. 

Para resarcir a nuestros inolvidables Mariano y a Pepita, (quienes tan pronto nos abandonaron los dos) de tanta tomadura de pelo, a ellos dos va dedicado este capítulo, mezcla de realidad con ficción y fantasía, como testimonio de amistad verdadera que perdura viva.

Transcurridos algunos años desde el famoso evento nupcial, se reúne nuestro inseparable sexteto, protagonista de la presente historia. ya asentado profesional y fijamente, cada pareja en su parcela: José Luis Sanromán catedrático de alemán y Lola Cruz de latín en León, Mariano, catedrático de Francés en la Escuela de Magisterio salmantina y Palmira y Manolo de retorno de las Alemanias en la Algorta y Deusto vizcaínas. En uno de los preceptivos encuentros vacacionales, en los que no podían faltar las meriendas campestres en Palacios, o las cenas y tertulias capitalinas, propusieron Pepita y Mariano celebración solemne en su casa. Sucedáneo compensatorio del frustrado banquete de bodas.

Aburrido nuestro amigo sufridor del permanente recordatorio del malhadado episodio con la menor excusa, ideó el paciente Mariano ingeniosa artimaña: celebración gastronómica charra con productos caseros, para compensar el fallido solemne y tradicional banquete nupcial. Desquite genial, que un servidor se permite bautizar como “La venganza de Don Mariano”. Revancha digna de deportista de élite, de cazador de liebres, conejos y perdices y de amigos de los de antes: auténtica y solemne firma de paz, punto final a tan pregonada alianza.

La ceremoniosa cena fue cálida y cordial, abundante y generosa. Y, ante todo, fue original, parsimoniosa y amigable. Con alegría y solemnidad de primera. Condimentada con las especias del cariño y la amistad y con productos solicitados por los amigos, de caza “mariana” de la campiña charra: liebres, conejos, perdices, palomas torcaces… 

Los besos y abrazos de bienvenida cariñosos vinieron acompañados, al abrirse la puerta, de un aromilla que resucitaba hasta los muertos. ¡Cómo para chuparse los dedos! Sobre todo el golosillo Manolo, tan aficionado al chuparreteo de doradas alitas y patitas de aves y otras correcaminos.

La anfitriona Pepita sorprendió a los invitados con una mesa más ceremoniosa que las ampulosas de las solemnidades oficiales: lujoso mantel a propia mano bordado, cristalería de lujo, regalo de boda, cual si hubiera llegado de Bohemia, bandeja de plata, idem de lo mismo, y… para qué proseguir con tan minuciosa y aburrida letanía.

Los brindis alternaban con las consiguientes exclamaciones de alabanza desde el primer asado de perdiz de la campiña mirobrigense. El ágape alcanzó el punto máximo cuando, al hacer su presencia la campeona liebre de casi tres kilos, según dato del presumido cazador, éste ordena cambio de vaso por copa, pues, se trataba de plato y pieza merecedores de especial caldo. He de confesar que éste fue primicia para algún catador, más acostumbrado a los vinillos caseros que a las grandes marcas. 

Nuestro sufrido anfitrión aprovechó el descorchado solemne de un reserva “Vega Sicilia” con una decenita de años en bodega, como el momento propicio para venganza apropiada a la tan burlesca y cansina historia de desposorios. Mariano ideó un armisticio pacificador para, de una vez por todas, acabar con el maliciosillamente cacareado episodio. ¡Dónde las dan las toman! La venganza de nuestro Mariano nada tiene que ver con la teatral “Venganza de Don Mendo “ de Múñoz Seca. La de Don Mariano comenzó tras la aparición en la mesa del asado con el solemne y ceremonioso brindis : discurso concienzudamente hilvanado de cazador y profesor de lengua francesa con la copa del Vega Sicilia en alto, solicitando, burlón, veredicto del viticultor y bodeguero Manolo sobre el Vega Sicilia. El catador relamiéndose los labios y paladeando y saboreando, cual versado en solemnidades de esta categoría no supo más que, boquiabierto, exclamar: ¡Maravilloso! ¡Qué delicia!

Resultó que el maravilloso Vega Sicilia había sido el mosto con el que habíamos acompañado a la perdiz... y el anunciado Vega Sicilia de la liebre era corriente vinillo del año de tierras del Duero. Mariano había cambiado las etiquetas de las botellas dándonos el “gato por liebre”.

Y no acabó en la bebida la tan astuta venganza: 

“Sepan Ustedes, Señoras y Caballeros, continuó nuestro amigo en engolado tono, que estamos en tiempo de veda… y por tanto, a nuestra cocinera Pepita no le ha quedado más remedio que sustituir la liebre - no por gato, por favor - pero si por un gigante conejo de granja y la perdiz por una palomita del palomar de su madre.”

Atribulados y cariacontecidos, los amigos invitados, prometieron, avergonzados, no volver a sacar a relucir el desdichado evento. La celebración concluyó en paz y contento. Y con el último trago, borrón y cuenta nueva, sepultamos de una vez por todas, burlas y remordimientos. 
Y Mariano, feliz y socarrón aprovechó la siguiente cita de Don Miguel de Cervantes (experto “reportero” de circunstancias similares en las “Bodas del ilustre rico Camacho”), para que el banquete terminase en paz y contento y concluyó con las siguientes palabras: 

“En las contiendas y competencias amorosas se tienen por buenos los embustes y marañas que se tienen para conseguir el fin que se desea”...

Y siguiendo a rajatabla las consejas de Don Miguel, según testimonio del gran Mingote: 
“se abrazaron y quedaron amigos 

El Quijote de Mingote


“¡Tan amigos como de siempre!”, Don QUIJOTE… Libro II cap. VII

sábado, 28 de noviembre de 2020

Amigos de Universidad, Profesión...

… y de toda una Vida

 

La Universidad forjadora de Amistades 

 

Cuatro fueron cuatro: la de Salamanca, la de Deusto, la de Frankfurt-Offenbach alemana y la Complutense madrileña. Y... la salmantina por supuesto…¡la primera! ¡ Y auténtica Perla! La que parodiando y copiando a Steinbeck en su famosa novela de idéntico título , “entró en mis sueños, cálculos, esquemas, planes, futuros, deseos, necesidades “ ... y en mis Amistades. Pero... empecemos por el principio:


Salmantica Docet


El lema de la universidad salmantina “Salmantica docet” (Salamanca enseña) no resultó del todo anacrónico y baldío. Algunos profesores y compañeros me enseñaron, y coadyuvaron, a configurar mi futuro, a elegir paisajes y Amistades. Anticipo aquí algunos nombres símbolo de Amistad sincera y verdadera. ¡Y vitalicia! Amigos portadores de valores que aprendí a hacer propios. Compañeros y Compañeras, amigas y amigos de por vida. Encabezados por duetos sin par: La Tante y el Onkel ( tía y tío) Lola Cruz y José Luis Sanromán, Mariano Anaya y Pepita, Manolo Montesinos y Helena. Y personalidades e individualidades de talla: Feliciano Pérez Varas, compañero de curso y especialidad, pareja única de la nueva especialidad de filología germánica, cuya dirección ocupó con carácter vitalicio, ascendiendo a vicerrector de la Universidad. También compañero de curso, aunque de distinta especialidad, sin finalizar licenciatura y siempre a su aire, seductor progre, enfrascado ya con el cine, Basilio Martín Patino, célebre cineasta, que no precisa presentación. Famoso principalmente por sus “ Nueve cartas a Berta” y “Canciones para después de una guerra”.


Pero la “salmantica” de antaño, además de enseñar, dejaba marca e impronta y servía de vivero de auténticas y valiosas amistades sin distingos de cursos o generaciones. Sirve de ejemplo Manolo Montesinos - recién jubilado el pasado septiembre - germanista, quien, a pesar de la diferencia que marcaba la edad y la distancia - 25 años y 200 kilómetros - brindaba un nuevo código de relaciones y amistades profesionales y humanas ejemplares.


Alemania puertas abiertas y Frankfurt, nuestro campo de operaciones y entrenamiento 


La Alemania de posguerra y Wiederaufbau (reconstrucción) fue a mediados del pasado siglo, al margen de receptora de emigrantes, trabajadores del sur de Europa y de estudiantes de letras españoles, vivero singular de amistades de todas profesiones, edades y nacionalidades y alborada con nuevos horizontes para estudiantes de letras. Además, testigo de una Amistad sin precedentes: José Luis, Mariano y Manolo. En el caso concreto del Onkel y de Manolo convirtieron sueños en realidades y valores devaluados en valiosas promesas. De muchachos para todo en Frankfurt y alrededores a catedrático en León y profesor en Deusto y la Complutense.


Si de algo puede presumir este humilde servidor - y lo hace  - es de haber sido pionero, derribador de fronteras pirenaicas, descubridor estudiantil del Heidelberg romántico y conquistador del Frankfurt industrial y comercial de postguerra. Pionero emprendedor en unos tiempos en los que la carrera de Letras estaba devaluada, auténtica reserva femenina, en la que, entre una veintena de señoritas, pululaba media docena de jovenzuelos despistados, batallando heroicamente entre latines y griegos clásicos. Afortunadamente en 1953, cuando este cronista tenía que elegir especialidad, tras los dos años de comunes, la Salamanca charra brindaba la flamante y tentadora manzana de Lenguas Modernas: Feliciano y un servidor debutamos con Filología alemana, la que varios años después seguiría Jose Luis Sanromán, y Mariano Anaya optó por la francesa.


Más el epigrafiado del capítulo “de toda una vida” es incorrecto. Del trío de inseparables en Alemania y en Salamanca-Palacios... Mariano, catedrático de Francés en la Escuela del Magisterio en la Anaya salmantina, deportista multidisciplinar, campeón de campeones, nos dejaba prematuramente, al comienzo de la década de los cincuenta, víctima del denostado Alzheimer. ¡Mariano no te olvidamos! Un recuerdo cariñoso te acompaña siempre en todos y cada uno de nuestros viajes del pueblo a Salamanca, subiendo la cuesta de Villamayor. Ejemplar como fuiste en tantos campos, tu cuerpo fue entregado, cumpliendo tu deseo, a un centro de investigación del cáncer. 


Perdonen mis lectores inciso tan sentimental. Para compensarlo os invito a compartr la inolvidable aventura de su boda.


Aventura nupcial - La singular, novelesca e internacional aventura de tu boda con Pepita


Tú habías abandonado ya Frankfurt, donde tus dos amigos José Luis y Manolo se habían afincado y donde tu “agente laboral”, Manolo el frankfurtense, te había conseguido un puesto de “muchacho para todo” en uno de los primeros y principales centros comerciales de la industrial capital de Hesse. Tus siguientes pasos ya sobrevuelan mi memoria. Pero hete aquí que, algún tiempo después, nos llega de nuestro Mariano un SOS desde Munich, la capital bávara, ¡vaya salto!, solicitando de sus amigos inolvidables ayuda para su boda. Bástenos informar de que su novia Pepita se había casado por poderes en su natal Ciudad Rodrigo, cuna de ambos novios, y precisaban ayuda de sus “amigos alemanes” para poder “consumar plenamente” su matrimonio en Munich.  


Más, Pepita, la novia, moza de pueblo charro, no había viajado en aquellos tiempos más que en el coche de línea y no más allá de Salamanca y conocía los aviones simplemente por la estela que éstos dibujaban en el cielo salmantino sobrevolando hacia Lisboa. El vuelo Madrid - München precisaba de transbordo en Frankfurt, por lo que la novia precisaba de una manita y de la incondicional ayuda de los dos amigos del novio en la ciudad del Main: avezados trotamundos, diplomáticos de gala, quienes, tocados de boda y con el ramito de flores que no podía faltar, se encargarían de recibir a la novia en el aeropuerto frankfurtense y subirla al avión que la llevase hasta Munich, donde le esperaba la radiante luna llena de miel.


Danke, Irenuchi, por tu reapariciòn artística  en mi Blog

Pero dificultades de desconocida índole retrasaron el abrazo nupcial y la noche muniquesa de novios. El Onkel Pepe, todavía soltero y por consiguiente todavía Jose Luis a secas, pero ya peleándose con los germanos en los alrededores de Frankfurt y amigo más cercano al novio, como compañero de curso, recibía telegrama urgente de Munich, suplicandole a él y a su amigo Manolo, ya motorizado, se dignasen ir a recoger a Pepita al aeropuerto de Frankfurt y acompañarla, varias horas después, a tomar el avión que la llevase a la capital bávara “donde él, exultante, la recibiría con los brazos abiertos”. (entrecomillado, palabras del bloguero). Orgullosos y estirados y con humilde ramito de rojos claveles, cumplieron con su diplomática misión la pareja de pardillos oficiales, “los amigos de toda una vida”. Y para reanimar a la moribunda desposada por poderes, los amigos la llevaron al Niederrad frankfurtense, residencia de los González, donde la cariñosa Palmira logró que la novia se recuperara de la primera etapa del viaje antes de ser trasladada nuevamente al aeropuerto que la llevaría a la soñada meta muniquesa para convertir en realidad el sueño de su vida.


Pero... ¡Cielo santo! ¡Pobrecita novia! Declinaba el día. El sol perdiéndose tras las cumbres de los Alpes. Densos nubarrones oscurecían la ciudad del Isar. Una noche negra agrandaba la luminosidad del aeropuerto y el celebérrimo novio Mariano no aparecía por ninguna parte. En uno más de sus consabidos despistes había trastocado horarios y al llegar el avión a Munich, nuestra Pepita pasó a ser la novia del dicho: compuesta y sin novio. El resto de la crónica nupcial continúa siendo un misterio. 


En próximo capítulo vendrá la postcrónica nupcial. 





martes, 27 de octubre de 2020

Amigos de la Adolescencia y Primera Juventud : Amigos para siempre

En busca del tiempo perdido

Hay Amigos que dejaste, y de los que te alejaste, pero que nunca te olvidaron… ¡ni olvidaste! Precisamente éstos, Amigos de largo recorrido, mejor, de larga duración, arrinconados en el corazoncito de mi memoria, volvieron a encontrarse en la jubilación tras larguísimo interregno de más de medio siglo (1945-1996). Dispersos y dedicado cada uno a su correspondiente profesión. Estos eran amigos de los de “Antes de la guerra”, con la religión como denominador común. Este Blog sería papel mojado, memorias muertas, si no estuvieran impregnadas del afecto y cariño de quienes nunca me olvidaron. Mi vida ha estado siempre ligada a la vida de otros. 

Capitaneando esta serie figuran en el presente capítulo los Amigos de la adolescencia y primera juventud del Seminario. Aunque mi memoria no pasa de discreta, podría repetir con pelos y señales, es decir con nombres y dos apellidos, la lista completa que por orden alfabético reposa en mi archivo particular:
  


Manuel Almeida Cuesta 
Tomás Amores Dorado 
Manuel Cuesta Palomero 
Teodoro Curto Polo, etc., etc. 

Así hasta la veintena larga que quedó mermada en 2º de Filosofía con la deserción, antes del paso a la Teología, de un trío de amiguetes: Juan Martín Jacoba, Neftalí (Tali) Mulas Fernández y este bloguero.


A pesar del rumbo tan dispar que tomaron nuestras vidas, tras varias décadas de distanciamiento y olvido, una docena superviviente del grupo - cinco seglares y sietes eclesiásticos - volvieron a reencontrarse en el horizonte de la jubilación, gracias al entusiasmo, al don de gentes, vitalidad y personalidad de Manolo Cuesta Palomero, el más joven de la manada. Con su poderío organizativo supo localizar y reunir a los viejos amigos de antaño, dispersos por la geografía hispana, en los denominados "Encuentros Veraniegos": reunión anual vacacional, consistente en celebración litúrgica solemne en la iglesia del pueblo del amigo organizador y “banquete” fraternal en un restaurante de la comarca. Inolvidables sobremesas en las que la cordialidad, el buen humor y la jovialidad eran las dominantes. Reseñables y memorables fueron los siguientes encuentros:

  1. El de la comarca de Vitigudino. Organizador Andrés Fuentes, el intelectual del grupo, catedrático de la Ponti y párroco de San Martín. Progresista e innovador y popular por sus conflictos con las autoridades franquistas. En esta excursión se sumó al grupo Andrés Domínguez, de Añover de Tormes, quien, aunque ajeno al curso, fue admitido por su proximidad a los ledesminos y su contagiosa bondad y campechanía.
  2. El de Frades de la Sierra, pueblo natal del popular poeta charro-extremeño Gabriel y Galán y de nuestro amigo, poeta también, quijotesco por su figura y... “·santo”, Dámaso García. El apodo entrecomillado tenía su aquel. El bonachón de Dámaso, desahuciado en el sanatorio antituberculoso salmantino de Los Montalvos por tuberculosis doble, salvó, según propia confesión, gracias a un favor de la Virgen, como testimoniaron su fe, su vozarrón, y su ejemplar comportamiento. Afable y de fascinante espiritualidad, la primera felicitación navideña era todos los años la suya. Siempre acompañada de algún versito y alguna estampa de la Virgen.
  3. Estrenando siglo, el año dos mil le tocó en suerte al de la comarca de Peñaranda, según testimonia la presente foto de la eucaristía en la iglesia catedralicia peñarandina. 

    También aquí aparecieron - según testimonia la foto- dos compañeros desertores en tercero y cuarto curso: Jesús García Bernal y Teodoro Curto Polo, ambos virtuosos de la música. Jesús, (el 1º, de blanco, en la izda de la fila) tan humilde y cordial, sucedió a su padre, famoso compositor y director salmantino, en la dirección del Coro de la Universidad de Salamanca. (No perdonarían mi negligencia, la sobrina María José Herrero y el carísimo primo Benjamín Pedraz si no hiciese pública su participación en dicho coro). Con todo afecto fue también acogido Teodoro, detrás de Jesús, el mejor mozo del grupo sobresaliendo con Dámaso en el otro extremo. 
  4. Inolvidable también el "encuentro" organizado por el entrañable y humilde Daniel Martín de Gajates por la comarca de Alba de Tormes, visitando algunas de las mozárabes iglesias de la zona: Turra, Alaraz, Macotera, etc. En Alaraz recordamos al amigo y compañero Salvador Sánchez, hijo del pueblo, uno de los primeros fallecidos del curso y que más alto había ascendido, organista de la catedral de Ciudad Rodrigo. Daniel sería además el primero del grupo que nos abandonaría para siempre y cuya amistad trascendió más allá de lo estrictamente veraniego. En cierta ocasión nos invitó a Palmira y a mí a su casa familiar en Gajate y aprovechábamos la mínima oportunidad para vernos en Salamanca El festejo gastronómico tuvo lugar ese año en unas monjas de Alba. El mundo es un pañuelo: en una capillita madrileña de esta congregación en Moncloa celebrabamos con Patino la primera comunión de Lucila organizada, por unas monjas procedentes de la casa de Alba. 
  5. Motivación y peculiaridad registró nuestra excursión por Tierras de la Armuña. El pueblo elegido para nuestra celebración anual fue Villaverde de Guareña, patria chica de Eduardo Fernández Villaverde, como recuerdo y muestras de afecto al amigo, uno de mis compañeros más fieles y cercanos, fallecido de accidente, bañándose en el Mediterráneo. Su familia nos acompañó en la celebración litúrgica. Y su recuerdo empañó el Encuentro del año, pues, no recuerdo exactamente el lugar de la comida de ritual. Vagamente me viene a la memoria por lo irracional de la toponimia el pueblecito de Sieteiglesias, con su minúscula e insignificante iglesia. 
  6. Inolvidable fue el Encuentro organizado por el fidelísimo Manolo Almeida en su pueblo albense de Martinamor. El pueblo festivo asistió en masa a la solemne celebración numerosa jamás vista y oida con el coro “polifónico” del grupo, todos ellos cantores “de talla”. La comida tuvo lugar en el popular restaurante de Cuatro Calzadas en la carretera de Béjar. Local que se convertiría en lugar de encuentros familiares y de amigos. No puedo pasar por alto la multitudinaria y festiva celebración de las Bodas de Oro de los abuelitos María y Clemente. También Cuatro Calzadas fue inolvidable centro comunal de cenas vacacionales veraniegas de matrimonios vizcaínos y charros: hermanos, primos, amigos etc. No me resisto a enumerarlos por parejas y que el lector bloguero los ubique debidamente: Tina-Nacho, Dori-Pepe, Palmira -Manolo, Consuelín-Benjamín, la Tante-el Onkel y Boyero, hijo de la Vecina Veleña (perdón por tan discordante inciso. Y sigamos a lo nuestro). 
  7. Memorable - y último festejo amigable reseñable - fue el organizado por José Sánchez Vaquero en su pueblo, Horcajo Medianero y en el famoso santuario de todo. También en Horcajo celebramos el ágape organizado muy dignamente por José y su hermano mayor Acisclo. Ambos hermanos, cara y cruz de una moneda, se deshicieron en atenciones. Gordito, panchote y tranquilote Acisclo, y activo, influyente, innovador y profesor de la Ponti José. Formado en Roma fue un luchador por el ecumenismo, la unión de las iglesias. Todos los años organizaba congresos y celebraciones ortodoxas-romanas. La Virgen de Valdejimena el día de su romería, una de las más populares de la provincia salmantina. Solemne misa y procesión multitudinaria por el recinto de la ermita, con gradas y bancos.
  8. El año que estaba proyectado el Encuentro en Carrascal de Velambélez, organizado por este bloguero, en la recién restaurada iglesia monumental de “su” pueblo, con comida en un afamado restaurante de la Vega de Tirados, moría de infarto, inesperadamente, Manolo Cuesta, celebrando misa para excursionistas, en Canaa de Galilea, en el escenario de las famosas bodas que faltando el vino, tuvo lugar el famoso milagro de la conversión del agua en vino. Consecuentemente, con la desaparición de la cabeza, alma y corazón del grupo, y la muerte de Daniel, “la pandilla” fue mermando y debilitándose, estrechándose la amistad y frecuentándose los encuentros en Salamanca, ya reducido al trío de matrimonios Teodoro-Charo, Juanito M. Jacoba y esposa y Manuel José (como me llamaban mis compañeros)-Palmira. Con frecuencia acompañados, y nunca olvidados, del fidelísimo Almeida, quien incluso se acercó a “mi” Carrascal a bautizar a nuestro Martín. Vivencia solemne y festiva, amenizada por el polifónico coro familiar. Manolo Almeida fue el penúltimo fallecido del grupo. Por diversos conductos, y sin habernos enterado de su muerte, nos llegaron noticias de su funeral en la iglesia de la Purísima: multitudinaria despedida jamás vista. Los asistentes llenaban incluso las aceras del exterior de la monumental iglesia con las puertas abiertas. 
Al recuerdo, y al recordatorio para siempre, se sumaron también Juanito y Teodoro, ambos tras larga enfermedad. Hace cuatro y dos años respectivamente. El pequeño y vivaracho Juanito, gran tipo en todos los terrenos y registros. Muy religioso a pesar de la “deserción”. Profesional integuérrimo. Director, hasta su jubilación, del colegio público Francisco de Vitoria, al que dió prestigio y reconocimiento. Teodoro, el “mejor mozo” del curso, solamente estuvo tres o cuatro años en el seminario, los suficientes para que sobresaliera como niño de coro y sus excelentes dotes musicales. Suya y de Charo fue la última felicitación navideña del grupo. 

El último en dejarnos a Palmira y a mí, los dos más afortunados, fue Ovidio, ya confinado, y tras varios años de lucha contra el Alzheimer, se rumoreó que incluso hasta pudo ser de Coronavirus. Aunque frío y distante, siempre leal, nos unió siempre especial y recíproca estima como paisanos ledesminos ambos: él, natural de El Groo, uno más de los numerosos y minúsculos poblados charros vaciados, y yo del Carrascal vaciado en invierno y redivivo en verano.

Mas, este capítulo de Amistades singulares resucitadas estaría incompleto sin un breve recordatorio a uno de los amigos carismáticos del curso, el esperpéntico, pero entrañable, Talí. En una de las habituales y amenas sobremesas de nuestros Encuentros salió a colación la historia del pinturero y desaparecido Talí, Neftalí Mulas Fernández, uno más del grupito de desertores del curso. Paisano de Teodoro, ambos de Gomecello, eran como el día y la noche. Talí, con residencia y rumbo desconocidos, era cual Guadiana que aparece y desaparece. Solitario, vagabundo, divertido, inteligente... ¡poeta! Siempre con un taco de poesías en el bolsillo teniendo que tragarnos siempre alguna de ella quisieras o no, por las buenas o las malas: versos modernistas, revolucionarios, prosaicos... Dos veces apareció en mi camino tras años de silencio absoluto. Apariciones dignas de historiar y agradecer: 
  1. Residiendo este bloguero en Frankfurt desde hacía varios años, pero sin perderse vacaciones estivales en Palacios, moría repentinamente mi padre en Salamanca. Enterado Talí por la prensa de su fallecimiento, apareció en el velatorio en casa de mi hermana para darme el pésame... Abrazo amistoso... ¡memorable e impagable!
  2. Después de muchísimos años, asentado yo definitivamente en Madrid, apareció un día cualquiera, sorpresivamente, en la puerta de mi despacho de la Complutense extraño personaje casi irreconocible. Envejecido, envuelto en pelliza anticuada de antes de la guerra, solicitando ayuda para su doctorado. Era el inconfundible Talí, catedrático en un Instituto de 2ª  enseñanza madrileño. No faltaban las consabidas poesías en su bolsillo. Pero él no volvió a aparecer en nuestro entorno. Y no muchos años después llegaba la vaga noticia de su muerte. Noticia similar llegaba de los dos últimos sobrevivientes Juanito y Teodoro.
Y hete aquí que, sin pensarlo ni buscarlo, la afortunada pareja de Palmira-Manolo capitaneaban en solitario una edad en la que no se exige nada y en la que sobran tantas cosas. Bástenos Familia y Amistad - ambas con mayúscula - para ser felices. Felicidad a la que han contribuido los reencuentros con Amigos de los años de formación y juventud que, aunque desaparecidos durante años, reaparecidos al final, fueron los forjadores de una amistad que pervive agradecida en el recuerdo. 

viernes, 9 de octubre de 2020

A LOS AMIGOS QUE ALFOMBRARON MIS CAMINOS Y MARCARON EL RUMBO DE MI VIDA Y SENECTUD

“Hay algo que deseo desde niño, como otros desean otras cosas. Quien desea tener caballos, quien perros, quien oro, quien honores. A mí sin embargo estos tesoros me dejan frío, no así el tener amigos, cosa que me apasiona; y tener un buen amigo me gustaría más que la mejor codorniz o el mejor gallo, e incluso por Zeus, más que el mejor caballo, que el mejor perro. Y creo por el perro que preferiría, con mucho, tener un compañero a todo el oro de Darío”. (Discurso Apología de Sócrates).
 
Pido disculpas, querido lector bloguero, por este encabezamiento - cita tan extensa como sencilla y auténtica - dictada hace más de dos milenios por Platón, maestro y autor preferido del premio Nobel alemán Heinrich Böll, quien, a su vez, me transmitió la devoción por la lectura del filósofo helénico y la pasión por la conquista y disfrute de la amistad. Pasión que ni los años y la profesión, la distancia y el destino han logrado amortiguar y disminuir. Y si es cierto que las amistades más profundas se fraguan en la infancia y adolescencia, doy fe de que también en la jubilación y en la senectud se puede disfrutar de la conquista de nuevos y buenos amigos, fruto de la música coral, las tertulias, la fidelidad y el afecto. Y aunque su conquista fue espontánea y natural, imposible me resulta su catalogación y encasillamiento. 

Siempre he presumido de rico en amigos: ¡desde la infancia a la senectud! Sin distinción de sexo, talla o edad. Profesión o nacionalidad. (Sin preferencia alguna por “los de arriba”) … ¡Incluidos los pollitos y las gallinas, la burrita negra y la cabrita “mermellá” de mi infancia y adolescencia, el caballito andaluz de juventud… mis perritas y pajaritos de siempre. 

Amigos de todas las edades: jóvenes y menos jóvenes, viejos amigos y amigos nuevos (algunos protagonistas o coprotagonistas en este blog), todos ellos con ideales, gustos y aficiones afines. Y aunque algunos, durante muchos años, aparentemente desaparecidos, continúan en mi memoria como eran y cómo fueron: fruto de la fidelidad y el afecto, ligados por afinidades, sentimientos e ideales. 

Los Amigos son fiel reflejo de la vida, del carácter de la persona y su obra. Bastantes de ellos han dejado su marca y aparecen sus huellas en estas Semblanzas. En ellas puede el lector localizarlos en alguno de los varios y variados capítulos a ellos dedicados. 

NOTA : Con el ánimo y el Blog confinados por la pandemia universal, tras larguísimas vacaciones estivales, anodinas y apáticas, retomamos del archivo sentimental de la memoria la narración de los próximos capítulos dedicados a los Amigos - ¡y Amigas! - de todas las épocas y edades. Ellos - ¡y Ellas! - continúan siendo - ¡con mi Familia! - los animadores de este Blog en el silencioso remanso de estas románticas Semblanzas.

lunes, 15 de junio de 2020

Los pajaritos de San Antonio

Amaneció este 13 de junio con dejes de cifra fatídica. Sin pena ni gloria: confinados por la nefasta pandemia universal que nos amilana y sin la más remota alusión ni recordatorio del santo del día: San Antonio de Padua.

Ni romerías, bailes y festejos en la popular e histórica ermita de la Florida madrileña a la que San Antonio le prestó su apodo… y ni verbenas ni festejos patronales en las aldeas de la geografía hispano-portuguesa.

Gracias a Marina, ardilla saltarina, mariposa volandera, captadora de esencias poéticas populares, aparecieron en el móvil de Palmira Los Pajaritos de San Antonio: regalo infantil, juvenil y nonagenario sin precedentes en los últimos tiempos. Agradecido, por mensaje tan bello como enternecedor. Con los versos y pajaritos de Antoñito, hemos disfrutado de esta historieta que aprendimos de nuestras abuelas y hemos oído, cantado y repetido en nuestros pueblos al calor de la lumbre en las heladoras cocinas de antaño. Versos y canción con frecuencia convertidos en hitos de mi historial turístico.

En Padua, en una de las capillas catedralicias, dedicada a San Antonio, un grupo de turistas majariegos entonamos estrofas del popular romance. En la Lisboa natal del Santo de los pajaritos, disfrutamos Palmira y yo visitando la capilla del posible lugar de su nacimiento.

Y para que no perdamos tan bonito recuerdo, a continuación comparto con mis lectores el encanto de los versos de la azaña de Antoñito a sus 8 años y la melodía que nos acompañó e hizo felices durante tantos años.




ROMANCE DEL MILAGRO DE SAN ANTONIO

Divino Antonio precioso,
suplícale al Dios inmenso
que por tu gracia divina
alumbre mi entendimiento.

Para que mi lengua
refiera el milagro
que en el huerto obraste
de edad de ocho años.

Desde niño fue nacido
con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado
y del mundo admiración.


Fue caritativo
y perseguidor
del mal enemigo
con mucho rigor.

Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente
que mantenía su casa
con el sudor de su frente.

y tenía un huerto
en donde cogía
cosecha del fruto
que el tiempo traía.

Por la mañana, un domingo
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa
cosa que nunca olvidaba.

Le dijo: Antonio,
ven aquí, hijo amado,
escucha, que tengo
que darte un recado:

mientras yo estoy en misa
gran cuidado has de tener,
mira que los pajaritos
todo lo echan a perder.

Entran en el huerto,
comen el sembrado,
por eso te encargo
que tengas cuidado.

Cuando se ausentó su padre
a la iglesia se marchó,
Antonio quedó al cuidado
y a los pájaros llamó:

venir pajaritos,
dejar el sembrado,
que mi padre ha dicho
que tenga cuidado.

Para que mejor yo pueda
cumplir con mi obligación,
voy a encerraros a todos
en esta habitación.


A los pajaritos
entrar les mandaba,
y ellos muy humildes
en el cuarto entraban.

Por aquellas cercanías
ni un pájaro quedó,
porque todos acudieron
como Antonio les mandó.

Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajaritos
alegres cantaban.

Al ver venir a su padre
luego les mandó callar;
llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:

-Dime, hijo amado,
¿qué tal, Antoñito?
¿has cuidado bien
de los pajaritos?

El hijo le contestó:
-Padre, no tenga cuidado
que para que no hagan mal
todos los tengo encerrados.

El padre que vio
milagro tan grande
al señor Obispo
trató de avisarle.


Acudió el señor Obispo
con grande acompañamiento,
quedando todos confusos
al ver tan grande portento.

Abrieron las ventanas,
puertas a la par
por ver si las aves
se querían marchar.

Antonio les dijo a todos:
-Señores, nadie se agravie,
los pájaros no se marchan
hasta que yo no lo mande.


Se puso en la puerta
y les dijo así:
-Vaya, pajaritos,
ya podéis salir.

Salgan cigüeñas con orden,
águilas, grullas y garzas,
gavilanes, avutardas,
lechuzas, mochuelos, grajas.


Salgan las urracas,
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices.

Salga el cuco y el milano,
canarios y ruiseñores.
Salgan verderones
y las corujadas
y las golondrinas.


Al instante que salieron
todas juntas se ponen
escuchando a San Antonio
para ver lo que dispone.

Antonio les dijo:
no entréis en sembrados,
marcharos por montes,
por riscos y prados.

Al tiempo de alzar el vuelo
cantan con gran alegría,
despidiéndose de Antonio
y toda su compañía.

El señor Obispo
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.

Arbol de grandiosidades,
fuente de caridad,
depósito de bondades,
padre de hermosa piedad.

Antonio divino,
por tu intercesión
todos merezcamos
la eterna mansión.
_________________________________________

Dedicado a Antje, heredera de mis debilidades por los pajaritos.

lunes, 4 de mayo de 2020

EL PRECIADO DON DE LA AMISTAD


Estoy convencido de que los Amigos alargan la Vida (MJG)

- ¿Cómo has llegado tan alto y tan lejos, tío?
- ¡No exageres, jovenzuelo! ¡Di la verdad! ¿Cuántos caen?



Ilustración de ©iribú, 2020
Éstas son muestrario de las incesantes preguntas e interjecciones que el 17 del pasado abril resonaban afectuosas en los oídos de este nonagenario bloguero que, a la chita callando, y sin pedir permiso a nadie, se ha plantado en los 94… ¡para envidia de much@s y admiración y afecto de tod@s.

Y muchos de los admiradores -¡y admiradoras! - proseguían pertinaces insistiendo: -¡No seas tan chulillo y presumido! - ¡Revélanos al menos el secreto!

Y como testimonio de agradecida y cariñosa amistad no me quedó más remedio que hacer público mi terapéutico programa, tan sencillo como económico. Secreto a voces que encabeza este capítulo y que, tal vez, algunos lectores se lo hayan pasado por alto. Estoy convencido, repito plagiando el proverbio y la filosofía árabes, de que “el afecto de tantos amigos de verdad” y “el cariño de toda mi familia”, vosotros, habéis sido quienes, allanando caminos y esparciendo semillas de claveles y amapolas por las veredas de nonagenario, me habéis encumbrado a este podio de privilegio.

“Conserva a los amigos alegres y expulsa a los negativos y tristes” ha sido uno de los primeros capítulos en mi decálogo de conducta. En la que no puede faltar el sentido del humor (el bueno). Sentirse siempre acompañado y querido (vídeo familiar de La Golondrina) resulta siempre estimulante y confortante.

Y ya metidos en harina - mejor en dulzona moralina - aprendí a valorar el tesoro de la Familia y Amistad... y el del Pasado, en el recuerdo de personas y paisajes que configuraron mi infancia adolescencia, juventud y mi profesión. Y que continúan remodelando mi jubilación, como la música, el canto, la lectura, el deporte, la naturaleza, mis pajaritos (“El niño que soñaba con nidos y quería aprender a volar”), las aves y todos los animales domésticos y los no tanto...

Y ante todo y sobre todo no puedo relegar el preciado don y valor de mi amigo “El Libro”, quien continúa alargando mis años y endulzando mis días. Pues, con el recuerdo y agradecimiento al primero que cayó en mis manos de niño en la humildísima y paupérríma escuela de pueblo vacío, el popularísimo “CORAZÓN” del clásico italiano Edmundo de Amicis, comienzo esta primera parte dedicada a la Amistad y a los Amigos con unas líneas de AMIGOS (Tomo I de la trilogía del famoso escritor):

“En nuestro corazón, además de los afectos de familia y amor, hay un puesto vacío para otras clases de afecciones: la familia sin amistad no es más que un vacío en medio del desierto. No podemos hablar de bondad y delicadeza si no sabemos conquistar ni conservar amigos verdaderos. La Amistad ocupa una parte “importante” de nuestra vida.”

“La verdadera amistad es una planta de desarrollo lento” sentenció el primer presidente norteamericano George Washington. Y cuando, como en el caso de este cronista, se trata de un desarrollo casi centenario, la Amistad acaba convertida en un gigantesco árbol a cuya sombra y abrigo se cobijan infinidad de amigos y amistades. La traicionera memoria, siempre con sus jugarretas a cuestas, haciendo de las suyas, ha borrado de mis archivos, incluso nombres propios de amig@s lejanos en el tiempo. Pero vivos permanecen en hechos y palabras. Mas… de éstos y muchos más en el próximo capítulo.

lunes, 13 de abril de 2020

SOS ¡Salvemos la Semana Santa!

En este Sábado Santo, víspera del Domingo de Pascua y en vísperas de que este Nonagenario se apunte un año más, una llamada telefónica a Palacios del Arzobispo, me invita a una recapitulación biográfica retrospectiva. ¿Será este cambio de etapa el culpable del cambio de etiquetación de la Pascua de este año, al calificar de "triste" una "semana de gloria", durante tantos años, tantas veces y en tantos lugares solemnemente celebrada y festejada? Vivencias en estas fechas señaladas del año, que han dejado su impronta en etapas significativas de la vida: sueños de la infancia, fantasías y luchas juveniles, sentimientos y sentires, compañeros de viaje inseparables por España y otros lugares del mundo.

Comencemos por la Semana Santa de la infancia, mí "Semana de Gloria", que se repetía todos los años, lloviese o nevase, con calores o tormentas. Semana Santa era sinónimo de Zarapicos. Y Zarapicos significaba amigos, Valporquero, viña, chopera, golondrina (la vaquita lechera), verdor, flores y frutas. Cruz del Moreno, Semana Santa: procesión del Jueves Santo... Pero mejor dejo hablar a las palabras del capítulo de este blog a él dedicadas:

Cruz del Moreno
"Zarapicos conserva, destacando en mis recuerdos perfumes de árbol de paraíso y celindas, aromas de hinojo y almaraduz de los jardines de "tía Irene" (jardines hoy desolados, casa abandonada.¡qué tristeza! Perdón por el inciso). Aroma a incienso embriagador el Dia de las Candelas y revoloteo cautivador de las dos palomitas del ofertorio. Solemne procesión de Jueves Santo hasta la Cruz del Moreno. Ondear de pendones al viento con estación en el cementerio, y cántico del Miserere por Heliodoro, un contratenor que llegaba con su atiplada voz hasta las nubes. Él fue como mi "maestro" de canto a quien acompañé, ya estudiante, en diversas ocasiones, y de quien aprendí canciones populares y religiosas, de las que conservo como oro en paño el "Ave María" del día de las Candelas.

La procesión del Jueves Santo de Zarapicos era famosa en toda la comarca, y la Cofradía que llevaba su nombre, reunía ese día a cofrades, hijos del pueblo que vivían en otros lugares. Mi padre era uno de lo cofrades más activos y todas las semanas santas se reunía con amigos de la infancia: recuerdo perfectamente a Santos, de El Pino de Tormes y un sexmero de Rollán.

La celebración finalizaba, rememorando la santa Cena, con una modesta invitación de los cofrades a una alubiada en la así llamada "casa se las alubias", local, en la plazoleta del campanario de la iglesia. La frugal cena iba acompañada de un rico bollito de pan blanco, delicia de la chiquillada.

Pero con ser la Semana Santa de Zarapicos la primera y más destacable no puedo silenciar, pues también tiene su reservado en mi memoria y en mi retina, la de Carrascal de Velambélez, humildísima y relegada pedanía de San Pedro del Valle, en la que la celebración de la Semana de Pascua se reducía a la misa dominical el domingo de gloria, al "solemne" vía crucis cuaresmal y el del viernes santo. Eso sí, en el que no podían faltar "El perdona a tu pueblo Señor" y el "Amante Jesús mío" y demás cánticos sacros enseñados y dirigidos por este humilde estudiante aficionadillo a la música.

... quien, antes de finalizar los estudios, alzó el vuelo, convirtiendo la Semana Santa en mosaico multicolor de vivencias personales.

Sentimientos y acontecimientos religiosos en "nuestro deambular", de Palmira y propios, por el mundo: Semana Santa en Frankfurt, Roma, Jerusalén, Zamora, Salamanca, Ledesma, Palacios del Arzobispo... Para no hacer interminable este historial, me limitaré a las particularidades o anécdotas más sobresalientes:

Frankfurt am Main: asentados profesionalmente en Frankfurt, estado básicamente protestante, la Semana Santa procesional, ruidosa y multitudinaria española era desconocida.


Pero un momento y una tradición permanecen vivas en el recuerdo: la tradición de encender una velita al cirio pascual, la noche del sábado santo y llevarla encendida por la calle hasta tu casa. E inolvidable ... y anhelada por nuestras hijas y niet@s era la víspera de la noche de Pascua la llegada de la "Osterhase" (la liebre de Pascua) que ponía sus huevitos escondidos en el paseo, el jardín o en la casa. En mi memoria reviven esos momentos de búsqueda de los niños de esos huevitos de chocolate, que emocionados habíamos madrugado para semi-esconderlos por toda la "La Colina" de Palacios.


Roma: Desde Roma, la sede de la cristiandad, nos llegó a Alemania una invitación para asistir en el Vaticano a los oficios del Viernes Santo, ceremonia oficiada por el papa del pueblo, Juan XXIII. Acompañados de Antje "bella bambina" de 4 años … fue nuestro primer viaje a Italia, con guía excepcional, José María Martín Patino - el Padre Patino, quien además de compañero de universidad fue en Alemania, en Italia y en todo lugar, consejero, precursor, protector ... y un buen amigo. En esta ocasión, además de guía, nos ofreció, dedicada a nuestros parientes y amigos difuntos, una misa en una de las Catacumbas romanas. Vivencia única del trío recogidito en uno de los escondites de los primeros cristianos en la época neroniana.


Jerusalén: Aun cuando no fue en Semana Santa, sino en mayo, cuando el turismo abarrota calles y lugares santos Israel y concretamente de Jerusalén, guiados por nuestro amigo Paco Puértolas (otro buen amigo del clero), un grupo de majariegos, recorrimos, turnándonos, con la cruz a cuestas, el vía crucis o camino del calvario de Jesús. En cada una de las catorce estaciones entonábamos cánticos alusivos a la pasión. Y en el ambiente resonaban rezos y canciones de peregrinos en los idiomas más diversos.

Zamora y Salamanca: Retornados a la Península Ibérica, todas las vacaciones de Semana Santa nos esperaba "el pueblo", Palacios del Arzobispo, y ningún año nos perdíamos alguna de las procesiones tradicionales de Salamanca o Zamora.

Zamora merecería un capítulo especial, por ser la única ciudad española con Museo de la Semana Santa, contando el Jueves Santo por la noche con la Procesión del Silencio: "Silencio, tradición, pasión", sin relegar la música sacra del famoso "Miserere" en la plaza de Viriato en la solemne y sobrecogedora Procesión del Cristo Yacente. Tradicional y festiva, era la visita a los monumentos de las iglesias salmantinas en algunos de los Jueves Santos salmantinos. Típico era el paseo de las mujeres luciendo engalanadas su mantilla y peineta.

Ledesma: Reseñable es nuestra vivencia anual como cofrades de Jesús Flagelado, con túnica y capucha morada, participando en los oficios y la popular procesión del Jueves Santo por las calles ledesminas. Vivas permanecen la imagen de Jesús atado a la columna y los ecos de una saeta en la Plaza de San Miguel. E inolvidables la amistad y el entusiasmo ejemplar de "La asociación de las Mujeres del Carmen".

Palacios del Arzobispo: Entre los primeros, el recuerdo de un Viernes Santo histórico - hará de ello veintitantos años - cuando jóvenes, organizadores del monumento (oficios de viernes santo) y de la lectura de Las siete Palabras, acordaban a la salida de los Oficios la fundación de la Asociación Cultural la Morera, eligiendo a Miguel Angel García Vivente como primer presidente.

Y siguiendo la tradición, además de ser festivos los Domingos de Ramos y de Resurrección, nosotros tenemos la fortuna de celebrar Semana Santa por partida triple, al felicitar a la Palmira y a las Resurreciones de la familia.

Salvemos la Semana - Palacios del Arzobispo

"Mi profunda religiosidad es la creencia de que la sangre es más sabia que la razón. Nuestro espíritu puede equivocarse. Pero lo que nuestra sangre siente y dice siempre es serio" (D.H. Lawrence - Hijos y amantes).
Seria y sabia es la fidelidad y el enamoramiento de los hijos al pueblo y a la cuna que los vió nacer. Ejemplo tenemos en la iniciativa de un sacerdote y una alcadesa de la España vacía, Almeida y Palacios del Arzobispo, quienes a través del móvil, han logrado movilizar, en este ambiente de pandemia total, a compañeros y habitantes de la comarca para comenzar la semana con el Domingo de Ramos especial. Sustituyendo la celebración habitual del ramo de laurel, en este ambiente de pandemia total, han contagiado el virus de colgar los ramos en las rejas de las ventanas de iglesias y casas particulares.


jueves, 9 de abril de 2020

Una Pascua triste en una Primavera remolona

En la hierba del jardín apuntaba tímida una florecilla amarilla. "Este año San José os ha enviado tarde. Y pocas todavía. No sé si habrá para un ramo..."

Estoy transcribiendo literalmente de "Una Pascua Triste" (Tomo III de "Los gozos y las sombras" de mi adorado e inolvidable maestro Gonzalo Torrente Ballester).

Esta crónica comienza en una víspera del Domingo de Ramos... o de Las Palmas, pórtico de entrada a la Semana Santa y de la solemne celebración onomástica de Palmira, matriarca de la familia. 

Continúo copiando: "Una golondrina había entrado en el zaguán por la tronera y alborotaba en la oscuridad. Se oía el vuelo espantado del pájaro, se oían sus golpes contra las paredes y el techo...

- ¡Ahora te abro golondrinita!

-No serás tú de las que arrancaron a Cristo la corona de espinas cuando estaba en la cruz, ¿verdad? Pero a lo mejor eres su descendiente. Era una buena acción aquella, ya lo creo. El Señor no merecía tanta crueldad. ¡Pero en tales tiempos! ... y en éstos ¡qué caray!"

Aquellos tiempos a los que se refiere el novelista gallego son tiempos muy lejanos. No son ni tan siquiera los suyos, propios de mediados del pasado siglo. Son otro marzo y abril de primavera de 1931. Un 13 de abril de proclamación de la 2ª República, primera fecha histórica grabada en mi tierna memoria infantil - cuando a Pueblanueva, aldea gallega, escenario literario de la novela de Torrente Ballester, llegaba, en un Viernes de Pasión, el telegrama del Gobernador civil prohibiendo las procesiones de Semana Santa.

La primavera había llegado, pero el pueblo andaba revuelto y dividido. La iglesia ardiendo y los niños de uno y otro bando peleándose en la plaza. Transcurrido casi un siglo, en pleno siglo XXI, la historia, tozuda y pertinaz, se repite agravada y agrandada. ¡Universalizada!

Y sin respetar fronteras de océanos y continentes una PANDEMIA causada por el maldito virus apodado “coronavirus” ha asediado España. Europa entera y gran parte de los cinco continentes están tristes y confinados. Un vacío silencioso, una soledad obligatoria y una sociedad disociada son la tónica de esta Semana Santa 2020, que pasará a la historia como una de las primaveras más tristes por causa de esa maldita plaga contagiosa.

Densos nubarrones grisáceos amenazadores empañan el horizonte, entorpeciendo la llegada de la Primavera. Las golondrinas no han llegado. Un servidor, uno de sus más fieles amigos, que vive soñando en invierno con su llegada, no ha podido disfrutar con la bienvenida de ni una sola de tan esperadas mensajeras.

Densos nubarrones grisáceos amenazadores entorpecen la llegada de la primavera…

Si sabrá la Primavera
que la estamos esperando.
que ya la estamos soñando
asomados al balcón de la esperanza.

Cuando llegue y no nos vea
ni en la calle ni en el barrio
si creerá que equivocó
la fecha del calendario,
la cita que desde siempre
la convoca el mes de marzo.
Cuando estalle jubilosa
y no vea que a la Virgen
la preparan para el paso,
que se ha guardado el incienso,
el trono, la cruz y el palio.

Y que el Cristo igual que todos
está en su casa encerrado
y no le dejan salir
ni el Jueves, ni el Viernes Santo”...
(Hermana Lucía)

Pido disculpas a mis lectores blogueros por el abuso de tanto entrecomillado. Confieso sinceramente, que tras haber releído los últimos días la novela de Torrente Ballester “La Pascua Triste” y recibido el poema de la Hermana Lucía, ante la belleza y el valor testimonial y literario, fueron a la papelera borrador y crónica, reduciendo a simple postdata en verso la crónica de Semana Santa tan triste:

Fue un Domingo de Ramos,
sin ramitas de laurel,
ni procesión de las palmas.
Foto de Ismael Calvo - Palacios del Arzobispo

Sin tambores ni trompetas,
sin procesión de la burrita
ni repique y volteo de campanas...
iglesias y catedrales enrejadas, 
a cal y canto cerradas.

Sin vacaciones escolares
en el pueblo o en la playa,
en casita encerraditos
por el maldito virus,
“coronavirus” de marras.

Responsables dictaron la “señal de alarma”,
borrando de un plumerazo
viajes y celebraciones populares a ultranza:
procesiones, oficios y tinieblas.
Triduos y sermones, famoso...
el de “Las siete palabras”.

Pasiones y oratorios,
requiems y misereres,
conciertos de música sacra: … y saetas
Palestrina, Vitoria,
Brahms y Schubert, Schumann,
mesías y cantatas…
(MJG)


PD: La “ Pascua 2020” pasará a la historia como la “Semana Santa del Virus”. Sin Cánticos de Gloria, sin Aleluyas ni Hosannas. 

...pero “la Primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido”. Siempre jubilosa y hermosa… ¡y tan florida! Con las fresias, caléndulas y alhelíes de mi balcón, de premio a nuestros aplausos diarios de las ocho de tarde, muestra de nuestra gratitud y solidaridad.


Caléndulas en el balcón del Nonagenario
Fresias en el balcón del Nonagenario bloguero