sábado, 8 de junio de 2019

YO UNO Y T Ú DOS

-¡A mí no! ¡A mí no!...
Ilustración de @iribú - Irene Burgos

(Cuento popular de Castilla)

Lo prometido es deuda. Un capítulo sobre cuentos sin un ejemplo de entre millares vendría a ser como árbol sin hojas o primavera sin flor.

El cuento que ofrezco a continuación (Yo uno y tú dos) está entresacado de la antiquísima segunda edición - como oro en paño custodiada - de "Cuentos populares de Castilla" (Espasa y Calpe, Buenos Aires l946), Obra singular de Aurelio M. Espinosa (ver capítulo anterior), cuentos recopilados por el profesor americano de Harvard de la tradición popular. De versión oral, al estilo Hermanos Grimm, en el pueblo vallisoletano de Peñafiel, en sus correrías lingüístico-literarias en la primavera-verano de 1936 por tierras castellano-leonesas.

En la adolescencia y juventud disfrutábamos del lenguaje popular arcaico de nuestros abuelos, con el uso de vocablos y vulgarismos ya desaparecidos, por ejemplo: la pérdida de la "d" en los participios terminados en "ado"- "ada" ("casao" por "casado"), o sustitución de la "d" final por la "z" interdental fricativa("atauz" por "ataud", "mitaz" por "mitad"), la metátesis de "naide" por "nadie". Laísmos y leísmos a discreción, etc. etc..

Y hasta normalito encontrábamos el proverbio que avala el título del presente cuento:

“Cuando seas padre comerás huevos,
ahora que no eres te chupas el dedo.”

Debo, sin embargo, testimoniar que no todo en "los tiempos pasados fue peor". Aquellos "padres" tenían también su corazoncito: tierna y enternecedora, y frecuente, era la familiar estampa rural del padre, cansado ya de tanto madrugar y trabajar, "almorzándose" un huevo, rodeado de alguno de sus churumbeles "chupándose" los dedos con el cachito de pan untado en la yema del huevo paterno.

Superadas hoy día muchas de las abismales diferencias sociales e intersexos de antaño, y sobre todo, resuelto el pleito matrimonial del reparto de huevos del cuento, con la inesperada espantada del sacristán, disfrutemos en pacífica comandita, y en armonía, los blogueros de hoy con la jugosa lectura, y el consiguiente lenguaje rústico-arcaico- de un cuento popular de antaño.