lunes, 2 de octubre de 2023

Al son de la Gaita y el Tamboril

"A cantar me ganarás
pero no a saber cantares,
que tengo un arca llena
y siete costales."

"La ciudad que te vio
por vez primera
el tambor de tu pueblo te repite."

"El día que tú naciste
nacieron todas las flores,
en la pila del bautismo
cantaron los ruiseñores."

Parodiando a mi adorado maestro Miguel Delibes en su primera gran novela La sombra del ciprés es alargada , "yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas, y creo que el silencio y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada más nacer…”, yo nací en un minúsculo y pobre pueblecito salmantino y entre los recuerdos más vivos y entrañables de mi niñez y adolescencia, que se metieron e mi alma nada más nacer, figuran los de la música popular: coplas y cantares populares, canciones de siempre, letras y melodías cantadas de generación en generación. Impresos en mi cerebro y guardados cuidadosamente en mi repertorio musical figuran los ecos alegres y festivos, primitivos y populares: coplas del castizo tamboril y de las populares  flauta o gaita castellanas en bailes y festejos de toda índole.

Fiestas de Carrascal en septiembre de 2016
De mi infancia, de la adolescencia y primera juventud, del gusto romántico por lo popular, la música capitaneaba primacía en rondas y verbenas, bodas y romerías y  celebraciones populares y familiares de todo tipo. Cual oro en paño en el archivo de mi memoria figuran canciones populares -principalmente castellanas- editadas (por citar algunos ejemplos) en varios tomos por Everest. Música que llegaba a nuestros oídos a través de la flauta y el tamboril en aquellos tiempos, casi seculares, en los que la luz eléctrica (y por tanto ni radio ni televisión) habían aparecido en los apartados poblados castellano-leoneses, perdidos e incomunicados por tierra, mar y aire. 

De la   niñez perviven vivas todavía en mi memoria las canciones patrioteriles cantadas diaria y obligatoriamente al final de la jornada escolar en todas las escuelas nacionales en aquellos "años triunfales” del incipiente franquismo: El ¡Viva España!, sustituido algunas tardes por el himno, igualmente oficializado, ¡Cara al sol! (Confieso “orgulloso” que aquel entusiasta cantor infantil ni presumió, ni vistió jamás la célebre “nueva camisa azul”).


Muchos fueron además -¡y continúan siéndolo- los factores y festejos causantes, a los que me siento vinculado como autor del presente capítulo. De resaltar fue -y continúa siéndolo- durante las anuales festivas y populares ferias septembrinas salmantinas el día del tamborilero en Salamanca. Tradición anual charra. Durante los festejos septembrinos las calles principales de la ciudad vibraban y bailaban al son de las flautas y tamboriles charros. 

La música popular es la que mejor refleja el espíritu rural tradicional. Música hoy bastante relegada y arrinconada en las fiestas populares por las ensordecedoras y monumentales orquestas en voga.  

Pero resucitada -¡y revivida!- en otros actos, como lo fue en el histórico Palacio del Infante Don Luis de Boadilla del Monte  el domingo 4 de junio a las 12:30 de la mañana: al son de la flauta y el tamboril, en el ciclo de Cultura tradicional en la España rural, por los músicos e intérpretes folkloristas D. Miguel Nava y Don Rafael Martín, cofundadores, profesores e investigadores en la Escuela de Müsica y Danza tradicionales en la Sierra Norte Entresierras.

"Canta, canta, guitarra
guitarra mía,
que tú siempre serás
toda mi vida." 

Recordando vivencias musicales populares, se entrecruzan los cables de los grandes profesores e intérpretes de hoy día y la vivencia musical de la pasada primavera, con las vivencias musicales de la infancia y juventud: la flauta popular y el tamboril de los tamborileros y dulzaineros de antaño.

Tres fueron los animadores con su gaita y tamboril de las fiestas y festejos: bodas, carnavales, romerías populares de aquellos pueblecitos del Tormes ledesmino: Almenara - La Vega de Tirados, Zarapicos y Juzbado -con San Pedro del Valle y “mi Carrascal” a la cabeza. Tres los ilustres tamborileros ¡solicitadísimos!: Pepe el de Almenara como el más sobresaliente. Y los tres aficionadillos a “la jarra de tintorro” -siempre a sus pies para enjuagar la flauta -: el señor Quintín de la Vega de Tirados, a cualquier día y hora a disposición de los mozos de Carrascal- quienes disfrutaban canturreando y bailoteando al ritmo singular de su peculiar flauta de la media docena de canciones de su repertorio.

Inolvidable su pasodoble:

"Tú me robaste las peras
tú caerás.
Tú me robaste las peras,
tú las pagarás.
¡Tralaarala larala! ¡Laralala! ¡Laralala!"

 También famoso era el canturreado vals:

"De la feria de Sevilla
he contraido una alianza
gargantilla de colores
y unos anillos de plata.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
No te mires en el río.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ojitos de mi querer!
¡Porque tengo Niña celos de…!"

 (Puedes escuchar esta canción cantada por Conchita Piquer en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=9XDG5tRBK4c)


Memorable también mi muy querido Sr. Florián, zapatero, gran pescador de barbos y vecino de mi abuela materna en San Pedro del Valle.  

A su recuerdo va dirigido este post.