martes, 19 de enero de 2021

CONFIDENCIAS DE NONAGENARIO CONFINADO

(Lector afortunado en el amor y al socaire de Familia, Amigos y Libros)


Confieso, con la mano en el pecho, sentadito a la familiar camillita de antaño y a la espera del nuevo y misterioso 2021, con las piernas enrolladitas en la zamorana de rigor y los pies pegaditos al amor del obligatorio brasero eléctrico, confieso, y de ello no me arrepiento, que ¡estoy contento! Y … por si algo me faltase rodeadito de mis libros favoritos de última hora, ... ¡armado de boligrafo en ristre!

Pido disculpas por tan arrogante como provocador prólogo en estos tiempos pandémicos que corren con vacaciones y celebraciones navideñas, ¡tán frías, apagadas y limitadas! Termómetro de exteriores a cero, comunidades y provincias, ciudades, aldeas y barrios confinados, carreteras y calles valladas, hoteles y almacenes, supermercados, bares y cafés reducidos a la milésima parte, iglesias semivacías y... ¡suma y sigue! Tradiciones seculares navideñas, cabalgatas y belenes suspendidos. Solemnes, multitudinarias y colectivas “nochebuenas” familiares, diezmadas o sexteadas por comunidades, etc., etc. 

Sin embargo, todo es del color del cristal con que se mire. Nuestra Navidad, "la Navidad de los González 2020", ha estado amorosa y tradicionalmente organizada por hijas y yernos, nietas y nietos, siguiendo a rajatabla heredadas y populares tradiciones germanas. Arraigadas desde décadas en nuestra familia y siempre vinculadas al "Weihnachtsbaum" - al abeto o árbol de Navidad - epicentro en nuestros hogares de Frankfurt o Hoechst-Unterliederbach, Algorta, Palacios o Majadahonda.

Y siguiendo y cumpliendo normativas oficiales en este año pandémico (reuniones familiares no superiores a seis personas), los Opas - Palmira y Manolo - han celebrado por cuadruplicado la llegada del "Christkind", portador incluso de algún regalito (¡libros sobresalientes!) y entonando "Weihnachtslieder" alemanes y villancicos españoles, limitados esta Navidad a dúo por la reducida cifra de cantantes. Nuestras cuatro hijas organizaron festiva cena o comida - una en cada una de las solemnidades navideñas: Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes. 

Uno de los recuerdos más bellos, e imborrables, de la Navidad del pasado es el de la celebración de la Nochebuena, solemne y multitudinaria - aproximándose a la veintena el número de comensales. ¡La familia al completo con la llegada del extranjero de los "exiliad@s" trotamundos!, más algún invitado ... (Pruden y Aurelio os recordamos, siempre placenteros). Ilusión comunitaria al pleno. Espíritu navideño alemán con marchamo hispano... Herencia transmitida a nietas y nietos, quienes con su saber culinario colaboran poniendo su granito de arena en las reuniones familiares gastronómicas, como muestra la foto adjunta "Menú de Nochebuena de 2010 - La Rica Cocina Internacional". 
Gran parte de la juventud celebrante, en algún momento de su vida dispersa por el extranjero - Andrés en Alemania, Teresa en Noruega, Adela en Finlandia, Paloma en Corea, Patricia en Francia e Inés en Irlanda (dando ya hace 10 años sus primeros pasos en el campo de la repostería), nos ofrecieron una muestra de su saber y su devoción cocineriles. 

Deleite, y motivo de contento, después de más de medio siglo de celebraciones navideñas, es poder vivir y disfrutar de una Navidad más, y testimoniar que la Navidad ha servido y continúa sirviendo de nexo familiar y de celebraciones entrañables.. 

A todos los artífices e integrantes de tan entrañable celebración y reunión familiar… a Ellas... y a Ellos, sin excepción, debe este bloguero tan llamativa proclama de felicidad en este pandémico 2020... Y a mi acompañante Palmira, excepcional por su inagotable buen talante, paciencia y colaboración. Gracias de corazón.

Y a todos ellos, como amantes de la música y del canto que son, y a todos vosotros lectores amigos, agradecido y contento canto con Mercedes Sosa la famosa canción : 

¡Gracias a la vida que nos ha dado tanto!