sábado, 25 de diciembre de 2021

Preludio musical navideño

Concierto de los coros Villa de las Rozas

Entre las múltiples y variadísimas actividades y facetas en las fechas navideñas que se avecinan, la Música ocupa lugar preeminente. Y sobremanera cuando va capitaneada por obra y gracia de grandes maestros como Mozart y Haendel. Y ofrecida con la calidad y categoría por los coros roceños. Bien claro y atinado lo dejó, ya  hace tiempo, el afamado compositor polaco L. Stokowski en el recomendable librito de la colección Austral Música para todos: "La música  inspirada en los grandes maestros hablará siempre con claridad al corazón del oyente sensible". Entre los que humildemente se siente representado este bloguero. Aunque ligeramente alicaído se sienta en este 2021, por los numerosos sinsabores y privaciones que consigo ha traído la universal pandemia. A la de la marginación y aislamiento hay que añadir la supresión radical de los tradicionales y solemnes festejos navideños: banquetes y belenes, conciertos y concursos populares de villancicos.

Excepción y capítulo especial merece el solemne concierto prenavideño de los coros roceños: la Misa de la Coronación de Mozart y el apoteósico final Hallelujah de Haendel por los tres coros - centenar de cantores, más la Orquesta de Cámara de España. Espectáculo de belleza física y sonora de excepcional repercusión e impacto en el espíritu y ánimo de este bloguero. 

Comparables únicamente al imborrable vivido en mi primer concierto en Alemania: Mozart en el histórico castillo de Heidelberg. Concierto que ni el peso ni el paso de los años han conseguido borrar de mi archivo musical. Deleite equiparable al del primer Beethoven de la Novena en Stuttgart o al de Bach en la iglesia de Leipzig que lleva su nombre, y donde Johann Sebastian fue organista celebérrimo.

La actual pandemia universal - a pesar de su dureza y tragicidad - no ha podido acabar con "El poder y valor de la música" (v. cap. con este título en este Blog) pues, según el  maestro de filósofos, el gran Platón, quien sin poder disfrutar - como es lógico- en aquellos históricos y lejanos tiempos, del espectáculo de un  concierto de hoy día, supo ya aleccionar y orientar a los oyentes de siempre:

 

"La música da alma al universo, alas a la mente,

vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza, y alegría a todas las cosas"

 

Orgulloso se siente este bloguero - tenor - de haber  interpretado de adolescente, en español, el himno de Beethoven "Los cielos cantan su inmensa grandeza" (Die Himmel rühmen des Ewigen Ehre"). Innolvidable vivencia que me atrevería a reproducir con pelos y señales: ¡hasta escenario, figura de director y cantantes!

Y vivo pervive en mi familia - ¡en la nuestra! - ¡en la de Palmira y mía! - el amor a la música navideña, al villancico navideño universal. Nuestra familia, aprendiendo a través del Villancico navideño a compaginar y armonizar Presente y Pasado, y viceversa - y respetando consejos pandémicos de expertos ¡no más de diez! - no prescindirá del componente musical navideño. En las Nochebuena y Navidad presentes -meticulosamente fraccionadas - no faltarán - al menos a dúo - los villancicos en latín, alemán, inglés - y por supuesto en español. ¡Y con partituras y todo! -  siguiendo el repertorio editado por la contralto Emma.

¡¡Ah!! y quiero que conste que en Navidades normales, en nuestro coro familiar no faltaban sopranos, contraltos, tenores y bajos! Y que en el Coro Juvenil de Las Rozas canta nuestra nieta pequeña Inés.

PD: Un año más aprovecho esta oportunidad para desear a nuestros lectores-blogueros Felices Fiestas Navideñas y feliz y pacífico 2022.