sábado, 25 de diciembre de 2021

Preludio musical navideño

Concierto de los coros Villa de las Rozas

Entre las múltiples y variadísimas actividades y facetas en las fechas navideñas que se avecinan, la Música ocupa lugar preeminente. Y sobremanera cuando va capitaneada por obra y gracia de grandes maestros como Mozart y Haendel. Y ofrecida con la calidad y categoría por los coros roceños. Bien claro y atinado lo dejó, ya  hace tiempo, el afamado compositor polaco L. Stokowski en el recomendable librito de la colección Austral Música para todos: "La música  inspirada en los grandes maestros hablará siempre con claridad al corazón del oyente sensible". Entre los que humildemente se siente representado este bloguero. Aunque ligeramente alicaído se sienta en este 2021, por los numerosos sinsabores y privaciones que consigo ha traído la universal pandemia. A la de la marginación y aislamiento hay que añadir la supresión radical de los tradicionales y solemnes festejos navideños: banquetes y belenes, conciertos y concursos populares de villancicos.

Excepción y capítulo especial merece el solemne concierto prenavideño de los coros roceños: la Misa de la Coronación de Mozart y el apoteósico final Hallelujah de Haendel por los tres coros - centenar de cantores, más la Orquesta de Cámara de España. Espectáculo de belleza física y sonora de excepcional repercusión e impacto en el espíritu y ánimo de este bloguero. 

Comparables únicamente al imborrable vivido en mi primer concierto en Alemania: Mozart en el histórico castillo de Heidelberg. Concierto que ni el peso ni el paso de los años han conseguido borrar de mi archivo musical. Deleite equiparable al del primer Beethoven de la Novena en Stuttgart o al de Bach en la iglesia de Leipzig que lleva su nombre, y donde Johann Sebastian fue organista celebérrimo.

La actual pandemia universal - a pesar de su dureza y tragicidad - no ha podido acabar con "El poder y valor de la música" (v. cap. con este título en este Blog) pues, según el  maestro de filósofos, el gran Platón, quien sin poder disfrutar - como es lógico- en aquellos históricos y lejanos tiempos, del espectáculo de un  concierto de hoy día, supo ya aleccionar y orientar a los oyentes de siempre:

 

"La música da alma al universo, alas a la mente,

vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza, y alegría a todas las cosas"

 

Orgulloso se siente este bloguero - tenor - de haber  interpretado de adolescente, en español, el himno de Beethoven "Los cielos cantan su inmensa grandeza" (Die Himmel rühmen des Ewigen Ehre"). Innolvidable vivencia que me atrevería a reproducir con pelos y señales: ¡hasta escenario, figura de director y cantantes!

Y vivo pervive en mi familia - ¡en la nuestra! - ¡en la de Palmira y mía! - el amor a la música navideña, al villancico navideño universal. Nuestra familia, aprendiendo a través del Villancico navideño a compaginar y armonizar Presente y Pasado, y viceversa - y respetando consejos pandémicos de expertos ¡no más de diez! - no prescindirá del componente musical navideño. En las Nochebuena y Navidad presentes -meticulosamente fraccionadas - no faltarán - al menos a dúo - los villancicos en latín, alemán, inglés - y por supuesto en español. ¡Y con partituras y todo! -  siguiendo el repertorio editado por la contralto Emma.

¡¡Ah!! y quiero que conste que en Navidades normales, en nuestro coro familiar no faltaban sopranos, contraltos, tenores y bajos! Y que en el Coro Juvenil de Las Rozas canta nuestra nieta pequeña Inés.

PD: Un año más aprovecho esta oportunidad para desear a nuestros lectores-blogueros Felices Fiestas Navideñas y feliz y pacífico 2022.

domingo, 28 de noviembre de 2021

Romanza a la Vid y a la Viña


Sueño otoñal de un enamorado de las Uvas

“Somos el paisaje de nuestra infancia” (A. Teiner)
“Quien sabe apreciar la belleza del jardín, tiene aún más mérito que el jardinero”.

La viña exuberante
Tanto la sentencia primera como el proverbio siguiente encajan cual anillo al dedo de este vendimiador, viñador o “viñadero”, -¡triplemente jubilado! pero todavía activo - recopilador de refranes, dichos, sentencias y proverbios. Sirvan ambos de filosofía práctica y de orgullo a las herederas de la Viña de la Bandera, a su vez apreciadoras de la belleza de la jardinería. Y a la par, ejemplo y lección de vendimiadoras de este simplón 2021. ¡Tan pobre en frutos, como rico y exuberante en follaje y presencia, según testimonia la foto.

También recomendables a dueñas y vendimiadores/as de todo gremio y procedencia, sirvan los dos siguientes consejos dictados expresamente para La Bandera:

Si la viña quieres ver moza, pódala corta.
Poda corta tu viña y siempre será niña.

Viña recién podada
Transcurridos años y lustros, incluso décadas, liberado este bloguero - viñador y viticultor - de los trabajos de poda y escarba, arado y sulfatado, etc., etc., el pasado verano disfrutó cual enano de la panorámica de nuestra Bandera - convertida en tierna “niña” y dulce y garrida “moza” - a raíz de la poda drástica - ¡”a melón”! - por nuestro amigo Jorge y familia. Técnica obligatoria impuesta por el Coronavirus (véase foto de Jorge La viña recién podada) tras un año sin poda en el 2020, consecuencia del confinamiento generalizado de campo y ciudad.

Ha sido casualidad circunstancial la transformación que ha experimentado la centenaria viña de la Bandera tras estos dos años de relajación en las labores propias del viñedo y merced a las numerosas y sucesivas replantaciones anuales: sustitución de cepas semicentenarias por nuevas y novedosas variedades desconocidas en nuestra tierra: Tinta de Toro, Juan García, Verdejo blanco, moscatel “chico”, e.o.

“Mis Viñas“ - añadiendo a la Bandera del abuelito Clemente en Palacios la de mi padre Benjamín en Zarapicos - sueño de mi infancia, adolescencia y primera juventud.

N.B.: (Zarapicos, aldea prácticamente desaparecida - 48 habitantes censados, pero la mitad residentes en la capital salmantina - famoso hoy día por su campo de golf - lo fue antaño por sus uvas y sus viñedos ¡y por la singular, enorme y modernísima bodega de los Sexmeros, de dos plantas - también hoy desaparecida - levantada en una ligera hondonada, sobre un arroyuelo, regulador de la temperatura del líquido que fermentaba o envejecía en gigantescas cubas de madera, pero la ”pandemia del capitalismo” acabó con ésta y con todos los viñedos del municipio, convertido en inmenso “huerto” solar - ¡miles y miles de placas solares!-, compañeras del campo de golf, antaño encinar comunal). Perdón por tan extenso inciso.
¡Mi viñita!, la viña de mi padre Benjamín, fue viña modelo, plantada con todo mimo, pericia y esmero por el tío Saturnino (hermanastro de mi abuela paterna y de ella heredada, maestro y secretario que fue toda su vida del ayuntamiento), convertida por sus herederos, mi padre primero y mi hermano Luciano después, en recordatorio de oro: ¡nostalgia y felicidad hermanadas!

“La Naturaleza es la vida y es preciso conservarla y disfrutarla”, recomendaba su padre a mi adorado Miguel Delibes niño. “¿Cuántos siglos caben en las horas de un niño?”, se preguntaba a su vez mi inolvidable Neruda.

Mutatis mutandis: ¿Cuántos lustros caben en las décadas de un nonagenario afortunado, enamorado de la viña y las uvas desde la más remota infancia? Cuando, desde los diez o doce años hasta la primera juventud, cuando aprendió a volar- caminaba diariamente, todas las mañanas, campo a través canturreando y correteando, atajando y atrochando minifundios, senderos y linderos desde Carrascal a la viña de Zarapicos, rayana con otros viñedos de San Pedro del Valle, a espantar, gritando y “cencerreando”, las bandadas de tordos (estorninos), plaga frecuente en aquellos años, que solía arrasar viñas y acabar con la vendimia en escasos minutos.

¡Mi primera viña “bandera”! Inolvidable la estampa, el cariño y la simpatía del “guarda oficial” de las viñas, ”el cojo Domingo”, sentadito a cuclillas en su burrita blanca, silbando o contándome historietas graciosas del pueblo y de sus gentes.

“Existe algo que el tiempo no puede anular y son los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas en que uno ha sido feliz” sentenciaba Julio Cortázar. Sirva de ejemplo corroborador mi única y última visita del pasado verano a nuestra viñita de la Bandera”.La viña y las uvas han contribuido y están contribuyendo al sueño de este aficionado moralista “ morir con ilusiones en edad avanzada y a poder soñar despierto”. Solamente podrás tener paz si tú la proporcionas.

Degustación de aperitivo obligado
Memorable el último- y único-saludo “La Bandera en esta añada de 2021. Atardecía por poniente. El sol vespertino ocultándose en el cercano horizonte de viñedos vecinales se despedía con el último adiós, filtrándose entre las ramas del gigantesco chopo, herencia y testigo único de la vieja huerta del abuelito Clemente. Absoluta gozosa soledad. Plácida panorámica otoñal disfrutando en solitario sentadito en una de las sólidas piedras - asientos históricos en la plataforma de la rústica caseta, merendero familiar predilecto anual y aperitivo obligatorio, coronación de la vendimia.

Post data: Finalizo el presente capítulo en el tono proverbial con que lo empezamos, pidiendo perdón públicamente por una de mis imperdonables debilidades: La Bandera ha contribuido - una vez liberado de los trabajos de poda, escarba, arado, sulfatado, etc…, ¡y vendimia! - al sueño de vivir con ilusiones en edad avanzada, soñando despierto a la espera de la centena... liberado de pesadillas, cargas y ambiciones.

lunes, 8 de noviembre de 2021

Carta abierta a las Vendimiadoras y Vendimiadores del 2021

Majadahonda, 20 de Octubre de 2021


En primer lugar, gracias mil por esa serie de alegrías, dulces como los amarillitos racimos de malvasía y el puñadito de mis favoritos verdejos con que nos obsequiasteis a vuestro regreso. No podéis imaginaros cuánto me costó el pasado año - primero de la pandemia -, renunciar a mi participación en nuestra anual y solemne, familiar y multitudinaria reunión de la vendimia en el pueblo. Quiero que sepáis que la presumible nostalgia y tristeza al no poder acompañaros en la “histórica” - ¡por su parquedad en todos los sentidos! - vendimia de este 2021 se ha visto endulzada por la orgullosa presunción - ¡corazón y mente no mienten”! - de que “nuestra” herencia - de Palmira y propia - ha caído en buenas manos. ¡La pervivencia de la  Bandera y del consiguiente vinillo tinto y blanco de la bodega de La Colina de Valmiguel están asegurados!

¡Magistral labor la vuestra! ¡Insuperable la serie de alegrías que durante todo el 14 de la pasada semana iban llegando a través de móviles y fotografías, desde la Bandera y la Colina de Valmiguel! Y desde la calle La Fuente de Palacios del Arzobispo: lagar, bodega y residencia veraniega - restaurante este año del tradicional y solemne cocido madrileño. Menú obligatorio - por obra, gracia y maestría anual de la chef Emma.

¡Feliz, Felicísimo! se siente este archijubilado viticultor y bodeguero al constatar el apego - muy pobre - de hijas y yernos, nietas y nietos, sin excepción. Aunque con notables y llamativas ausencias, debido a la fecha y a las obligaciones y deberes profesionales. Y sin olvidar a los fieles ayudantes anuales, llegados de Carbajosa. Hasta de Bilbao nos llegaba - de vez en cuando - ayuda y presencia. Tampoco faltaban amigas y amigos, de unas y otros, provenientes de Guadalajara , Madrid y Salamanca. e.o. lugares. Memorable e inolvidable la velada musical findefiesta; coralistas, guitarristas …

¡¡¡Un fuerte, fortísimo abrazo de  felicitación y agradecimiento a los protagonistas de este 2021!!!

domingo, 10 de octubre de 2021

Sentimientos otoñales: poder anímico estacional y circunstancial

Adormecido y apático. Cansino y cansado, sin saber qué hacer con mi tiempo. Inactivo y alicaído intentando superar pensamientos sombríos y recuerdos, se me ocurrió retomar el bolígrafo y el blog varios meses en paro, cuando… - perdone el bloguero lector este obligatorio inciso- cuando el teléfono tempranero nos trajo la triste -aunque esperada- noticia de Luisa Regalado: "Pepe ha muerto. Ha dejado de respirar después de una noche tranquila dormido".

Pepe Regalado formaba, con Palmira y Manolo, el trío familiar nonagenario puro y duro. Él, el más joven, con 92 tacos. ¿Qué más vamos a pedir?

Las familias González Herrero y Regalado Herrero, quizás por culpa de un servidor -asentado durante una larga década en Algorta después de su traslado de Alemania a la universidad vizcaína de Deusto-, han sido dos de las más estrechamente vinculadas. Pepe y su mujer Dori, quien nos dejó con su temprana muerte antes de alcanzar los 70, vinieron a Euskadi, aconsejados y guiados por Palmira y Manolo, asentándose en un principio en Ermua -donde Dori fue profesora y nacería Javi, el benjamín del "septeto", y Pepe  trabajando como encargado en Postes Nervión, empresa importante vizcaína y en localidad cuyo nombre no recuerdo. Seducidos y arrastrados por el tirón familiar, acabaron asentándose a orillas del Cantábrico, echando raíces en Berango y floreciendo también a nuestra vera en Algorta.

Fallecida Dori, trascurridos varios años de soledad, Pepe encontraría  alivio a  su viudez en Venezuela, en nuestra dulce y cariñosísima Zulay. De donde retornarían, tras varios años de estancia en el continente americano, para disfrutar el final de su senectud en Algorta, rodeados, en todo momento, del calor y compañía de todos sus Regalados.

Palacios sería -patria chica de Regalados, González y Herreros en todo tiempo, y... ¡ojalá! continúe siéndolo durante muchos año más- solar familiar veraniego: escenario óptimo de "Herreradas", encuentros deportivos, corales y culinarios.

Palmira y Manolo están orgullosos -¡recuerdo inolvidable!- de haber compartido mesa con Pepe y Zulay, y con nuestro ahijado Ramón, en Peñausende escasas semanas anteriores a su última despedida.

Pepe, charro por los cuatro costados, serrano de Linares de Riofrío, fue desde sus primeros años matrimoniales y a lo largo de su recorrido- principalmente en nuestras  estancias palaciegas, y desde su breve estancia en Santiz, el factotum  familiar: maestro-técnico, arregla-averías, chaperones y estropicios universales: fontanero, electricista, mecánico de coches, relojero, etc. etc.: recio, duro, como su hirsuta cabellera -íntegra hasta el final-. Lo mismo servía para un roto, que para un descosido. No había fechoría mecánica que se le resistiera. Incluso hasta en la cocina hacía sus pinitos y dejó su impronta: ¡los churros de Pepe para el desayuno gozaban de fama familiar interprovincial! Compitiendo con sus asados y pescados, sobresaliendo carpas y barbos que él mismo pescaba con su caña en el Tormes o el pantano de Cañedo.

Pero muestra de su pericia manual y mecánica sirvan de ejemplo -con la simple intención de aliviar nuestra tristeza, en estos primeros días sin su compañía- las siguientes fazañas: dos peripecias o correrías de entre las numerosas que disfrutamos ambos juntos en nuestra juventud:


Pepe Regalado relojero

Fecha de actos: una noche de un San Juan cualquiera. Pepe Regalado y Manolo González,  dos chulillos estudiantes salmantinos, viajaban "estiraos" -aunque sin un duro en el bolsillo- de la capital al pueblo a "ver la novia": dos de las "guapas" hijas del señor secretario, autoridad relevante de aldea en aquellos tiempos.

Concluido el "baile de la noche" -que antaño, siguiendo las estrictas normas morales de aquellos tiempos- comenzaba a las 10 y terminaba a las 12, la pareja de pardillos, después de unas copichuelas de Osborne con amiguetes en el bar de "tío José Manuel"- ¡nada que ver con el botellón de agora!- fueron a descansar las escasas horitas restantes al hotel gratuito de "cá Socorro", simpática y cordial parienta lejana, quien nos había reservado alcoba de lujo con mesilla y todo, despertador obligatorio. Artilugio y circunstancia pintiparada para que mi amigo "relojero" demostrase sus habilidades artesanales, pues el viejo artefacto no lograba marcar bien la hora.

La operación restauradora se extendía más de lo normal y nuestro dormilón Manolo desesperado , no pudiendo conciliar el sueño con la luz encendida, no cesaba de repetir:

-"¡Pepe, por favor! ¡Apaga la luz!"

Pero la luz continuaba impertérrita sin apagarse, y Pepe... erre que erre.

-"¡Ya voy! ¡Estoy terminando!"

Pero la operación no tenía fin. Todavía queda por saber a qué hora finalizó Pepe su laboriosa tarea. Solamente recuerdo con nitidez que el reloj marcaba las 7 en punto, cuando la pareja de "ilustres novios fiesteros" se desperezaba para a las 8 tomar el coche de línea que los devolviese a la capital.

 

Pepe Regalado automovilista pionero

El estudiante Pepe Regalado era un estudiante de "alcurnia". Su padre, contratista de carreteras, era dueño del primer "carro" particular familiar que figura en mi memoria. Un "cacharrillo" de los años de Maricastaña, que había que arrancar a manivela y empujar, con frecuencia, para que se pusiera en marcha: Una vez más la siguiente aventura como ejemplo. Marca, matrícula y demás pormenores técnicos para mí desconocidos. Pero suficientes para que su joven dueño presumiese de automóvil, cuando la simple bicicleta era todavía  lujo y categoría social.

Ocasión pintiparada para corroborar que cuanto antecede fue la excursioncita de Pepe con su bólido y otros dos amiguetes -Manolo uno del trío- por lindos pueblecitos serranos próximos a Linares, lindo e inolvidable. San Esteban de la Sierra, en el que, al ascender por una cuesta más empinada de lo normal, el vehículo de marras se declaró en huelga, o mejor dicho en paro, y nos costó Dios y ayuda  poner el rebelde motor en marcha. Pero no hay mal que por bien no venga: aprendí a manejar la manivela de un coche -orgulloso de ser precisamente el coche de Pepe Regalado y feliz de regresar contentos de la aventura a la capital.

¡Gracias Pepe! Sirva esta entrada de mi blog de despedida merecidísima por familia tan numerosa como cariñosa, jovial y animosa. Artística, musical y danzarina. Haciendo gala de tu apellido, han sabido convertir tu herencia en verdadero y valioso "Regalo".



¡Adiós, Pepe! ¡Hasta pronto! ¡Tu última -23 de agosto pasado- muda, leve y dulce sonrisa de despedida en Peñausende-, nos acompañará siempre!

domingo, 3 de octubre de 2021

Dejemos pasar la Pandemia…

... y el Coronavirus con sus mundiales y mortíferas secuelas. Como pasó la Filomena y pasaron los arrasadores fuegos malagueños y californianos. Y pasaron los 40º grados del Polo Norte y los 50º andaluces. Y, Dios quiera que pase cuanto antes el terco volcán canario, que tiene a toda España en vilo. Y… -¡cuanto antes!- cese también de arrojar fuego y cenizas, lava y desolación, sobre la española isla de La Palma. Y ya que el tiempo atmosférico reclama actualidad dejemos también pasar las “Nubes” de mi -antaño- adorado Azorín. Y también “Dejemos pasar el viento” como hizo J.C. Onetti en una de sus inmortales creaciones novelísticas.

Y metidos ya en harina, que este Bloguero intente y luche, igualmente, por dejar pasar y superar, esta larguísima pausa vacacional de varios meses de veraneo y sesteo en la -¡“ancha”!- campiña salmantina. Campo, y aldeas marcadas igualmente -¡un año más!- por el confinamiento oficial de la dichosa pandemia, culpable, en gran escala, del aislamiento y vacío generalizados. Ella ha sido- y continua siendo- la culpable de la suspensión y desaparición de los populares festejos y celebraciones populares de toda índole: invernales, primaverales y estivales. Por ejemplo: Navidades sin nacimientos y nochebuenas, regalos, ni reyes, Semanas Santas sin procesiones de Jueves y Viernes Santos, Domingos de Gloria y vacaciones escolares... Fiestas patronales o locales trasladadas en gran parte al verano, pero faltas de la alegría popular de antaño: sin reencuentros anuales familiares, concursos, juegos y juergas con sus ruidosas y luminosas orquestas, banquetes pantagruélicos, paelladas, asados y limonadas a discreción etc.etc., Disfrutando residentes y visitantes de la anual compañía de los hijos del pueblo emigrantes de las grandes urbes industriales o comerciales como Barcelona, Madrid, Bilbao etc.
Centrándonos en este verano 2021 que acaba de abandonarnos, el verano y veraneo más fresco y seco de mi historial meteorológico, sin un simple amago de la típica tormenta o “nublao” veraniegos castellanos, sin una mínima gota de la ansiada “Lluvia tierna”, como diría Luis Landero.

Pues, este verano meteorológico que en fecha de hoy, 23 de septiembre, acaba de finalizar, literal y cronológicamente hablando, concluyó el ¡24 de agosto! Fecha insólita.Tempranero, inhumano y desproporcionado destierro del Opa del campo a la ciudad. Final insólito. Retorno adormecedor y apático. Calor, vacío y desgana. Desánimo y desinterés. ¡Desmemoriado! ¡Con el BLOG sesteando semanas y meses! Mas, un día cualquiera, mientras este bloguero luchaba cabizbajo en la vagancia y aburrimiento por encontrar soluciones y novedades temáticas de retorno a la escritura, encontró solución ilusionante con la aparición de un sobre en blanco destinado a la Omi y al Opa. (Para lectores desconocedores del alemán debo aclarar que “Omi” significa abuelita y “Opa” abuelo).


LA COLINA

Abierto el sobre, dejemos hablar -y escribir- a La Colina de Valmiguel de Palacios del Arzobispo por obra y arte gracia y agradecimiento de una de sus herederas: Patricia, madre orgullosa de Amelia, primera biznieta de la estirpe familiar González-Herrero y de raíces palaciegas por parte de padre y madre.

La carta
Las fuentes de inspiración


Posdata: El bloguero, junto a la cofundadora de la Colina, acompañados  de su bisnieta en el momento de recepción de tan histórica misiva.

domingo, 25 de julio de 2021

HAY PRESENTE SIN PASADO

Paisajes vividos y lugares desaparecidos

La historia de todas las ciudades, pueblos y lugares brindan páginas oscuras. Hojas borrosas o emborronadas. Incluso hasta tachadas. Y una de ellas es la de "mi pueblo". Del patrimonio de Carrascal de Velambélez han desaparecido con la restauración de su iglesia y la modernización de sus viviendas, asfaltado de sus calles y callejuelas, han desaparecido repito, o cambiado totalmente de destino o de existencia, lugares, parajes o espacios emblemáticos. Alguno de ellos paraíso habitat de infancia y primera juventud.Verbi gracia:

El empedrao y el juego pelota, el osario y el portalillo, el  potro y la fragua, la puente, los pontones y los charcos, el pozo y su encina - ¡la más grande, centenaria y señorial de todo el término! - el carcabón y las cárcabas, entre los más significativos.

Algunos de ellos perviven relegados y sin uso, como el cebonero, o cambiado de destino, como las eras de la señora Francisca y el señor Evaristo, hoy muestrario de modernos chalets ajardinados y... ¡ hasta con piscinas y pajarería! Otros han  desaparecidos con la llegada de la política agraria de la "concentración parcelaria", al tragarse el generalizado minifundio y llevándose consigo  la multipropiedad del monte: encinar y montanera sin parangón en los términos de la zona.

Y llegó la emigración, llevándose por delante fiestas, festejos y tradiciones seculares: las águedas y las rondas, las minifiestas del Patrocinio de San José, Santa Bárbara y Santa Águeda, los bailes de tamboril, los memorables "salones de baile", como el de la casa del señor Agustín con su gramola. E inolvidables los populares, campechanotes y "famosos" tamborileros: el señor Florián de San Pedro, el señor Quintín de La Vega de Tirados y Pepe el de Almenara. Los tres aficionados de primera a la jarra de tinto de la señora Casera... imprescindible para templar la flauta y que no podía faltar en el baile del juego pelota o en el del toral.

Perdónenme mis paisanos de hoy - y de ayer-  a quienes este capítulo les sonará a cuento de Maricastaña. Pero la nostalgia asciende hasta la veleta del campanario y el tañir de sus campanas...         

yo las amo, yo las oigo
como oigo el rumor del viento,
el murmurar de la fuente
o el balido del cordero.

¡Cómo iba a pensar mi adorada Rosalía que... - "como los pájaros ellas" - con sus ecos y sus repiqueteos iban a calar tan profundo en el corazoncito de aquel chavaluco vecino que desde el corral de su casa las controlaba, mañana y tarde, pasando lista y revista a los pardales (gorriones), tordos (estorninos) y chirlos (vencejos) moradores de la torre y tejados de su iglesia!

... Si por siempre enmudecieran,
¡qué tristeza en el aire y en el cielo!
¡qué silencio en las iglesias!
¡qué tristeza entre los muertos! ...

Pero no era con ellas, las campanas y la torre. Ni con ellos: pájaros, fuentes y corderos, con los que pretendía poner punto final a esta larguísima serie de capítulos dedicados a "mi pueblo". La restauración de la iglesia y aledaños se llevó consigo dos "monumentos" que la "engrandecían" y circundaban:

Empedrao parcialmente conservado
tras la 1ª restauración
     
el "EMPEDRAO" en su fachada principal y el " JUEGO PELOTA" en su trasera septentrional. La iglesia se levantaba en una especie de plataforma empedrada con cantos rodados, conocida como "el empedrao", verdadera obra de arte secular, pues las piedrecitas continuaban firmes y fijas a lo largo de los años. Además de accesibilidad al templo, el enrollado servía en invierno de pista de atletismo, en las carreras con "chancas" - botas con pisos de madera y herraduras como las de las caballos confeccionadas por mi padre - que constituían las delicias de los chavales en sus atronadoras carrerillas infantiles.

El antiguo empedrao en la actualidad

No es  su valor deportivo, sin embargo, lo que quiero resaltar sino su valor urbanístico histórico, pues, cotejando la fecha de 1836 que registra y luce la fachada de la que fue casa del cura D. Salvador Rodríguez, hoy casa de Castor y anteriormente casa de mi niñez y adolescencia, con ley nacional de urbanismo de 1834 muy posiblemente ese "empedrao" de la iglesia -levantado  aproximadamente un metro sobre la calle Larga, y al que desde la casa cural se ascendía por rudimentaria escalinata, pudiera ser obra de esa fecha. Un servidor ni quita ni pone rey. ¡Que lo dictaminen los historiadores! 

EL JUEGO PELOTA era cuestión fácil de dilucidar. Aunque Carrascal no disponía de Frontón, del que presumía San Pedro del Valle, estrella monumental de la comarca, en algunas aldeas pequeñas castellanas, Carrascal y Zarapicos como ejemplo, denominábamos así al muro del Campanario, caso de Zarapicos o a la  mitad del muro septentrional de la iglesia, como ejemplo Carrascal, partido en dos por obra y gracia de no se sabe quien, y utilizado, a partir del buen tiempo, pues en invierno era intransitable barrizal, para la práctica de la "pelota vasca o juego pelota". A pesar de los pesares, y de las deficiencias, de él salió uno de los más sobresalientes "pelotaris"de la comarca, mi entrañable e inseparable Juanito Sánchez, quien con Angel Martín de San Pedro, también amigo, y el inolvidable y cordial Sindo de Juzbado formaban el trío pelotari de moda de aquellos lejanos tiempos.

PD: Con el homenaje a este trío de deportistas a la antigua usanza y con las presentes líneas solicito perdón y venia a la mayoría de mis blogueros lectores, por la pesadez de tan extensa apología - ¡cuatro capítulos! - a mi rediviva cuna.

sábado, 26 de junio de 2021

No hay Presente sin Pasado III…

...¡ni historietas por historiar!


“Alle gute Dinge sind drei”, “Todas las buenas cosas son tres” reza un popular proverbio alemán. Y en esta mi pecaminosa propensión a idealizar y magnificar todo lo que significa “pasado y pueblo”, mi bolígrafo queda, casi siempre, insatisfecho. Hoy, sin embargo, exultante y jubiloso, no puede menos de convertir este tercer capítulo de la serie “No hay Presente sin Pasado” en la tercera y excelentísima noticia sobre el Presente de la “Iglesia de mi pueblo”: notición periodístico y televisivo sobre “La Iglesia de Nuestra Señora del Castillo” de Carrascal de Velambélez: De sobresaliente -e histórica- hay que calificar la noticia aparecida en el diario salmantino La Gaceta del 6 de mayo de 2021. En su sección “viva mi pueblo” y en grandes titulares aparece el siguiente notición: EÑE San Pedro del Valle 6 mayo 2021 : El tesoro oculto de una pedanía salmantina de 40 habitantes que aspira a ser “BIC”= Bien de Interés Cultural”

Continúo copiando literalmente: “El consistorio de San Pedro del Valle ha solicitado a la Junta que inicie la declaración como Bien de Interés Cultural la Iglesia de Carrascal de Velambélez [...] El templo que está ubicado en una localidad de apenas 40 empadronados está incluido en la Ruta de pinturas murales de la Edad Moderna promovido por la Dirección General del Patronato de la Junta La Gaceta del 6 de mayo

Pero no solamente la prensa salmantina, ¡hasta la Televisión!:amplió la noticia ofreciendo un reportaje sobre la historia y el valor de las pinturas grises y policromadas que ofrecen retablo y murales  (tv8 Salamanca)  y  la diócesis de Salamanca le dedica una interesantísima infografía con todo lujo de detalle explicando las pinturas (infografía de la diócesis de Salamanca)...

...y la Junta de Castilla y León incluye un bonito reportaje fotográfico . Llama la atención la transcripción del topónimo “Velanvélez” con “v”. El historiador, obsesionado posiblemente por el origen tan nobiliario del “Carrascal” se saltó a la torera toda la normativa ortográfico-gramatical.

Estas cuatro citas o referencias de actualísima historicidad son las “cuatro en una”, que deja corto el dicho germano de que” todas las buenas cosas son tres”.

Pero todavía faltan cabos por atar y curiosidades e historietas-¿trascendentales?- de valor histórico por revelar. Una de ellas, contada por boca y arte del “descubridor” -y relator del cómo, dónde y cuándo tuvo lugar el singular punto de partida del descubrimiento del valioso tesoro pictórico del testero y laterales del famoso templo: Tesoro pictórico estudiado y monografiado por Mercedes Cifuentes Diaz, restauradora del altar mayor (Informe de restauración de las pinturas murales y retablo principal de la Capilla mayor de la iglesia de Carrascal de Velambélez ( Salamanca 1944)) Y por Teresa Burgos González, licenciada en Historia del Arte por la Complutense madrileña, profesora actualmente en Noruega y nieta de este bloguero (Programa iconográfico de las pinturas murales de la iglesia de Carrascal de Velambélez)...


La historieta prometida no se deja esperar: “Fue en afortunado domingo de mes y año por catalogar en el que picaruelo monaguillo descubrió el “tesoro de las grisallas”. Lo que sí consta, en versión oral del protagonista, es el relato de la fazaña del descubrimiento de las únicas y afamadas pinturas de escuela italiana y del s. XVI. Cuando dicho monaguillo - ¡uno más de entre los muchos de los que solían dedicarse a esta profesión - entre los que se encontró este bloguero - en vez de escuchar la rutinaria plática del celebrante, se dedicaba a catalogar y contar unas veces los racimos, otras las uvas, de las columnas barrocas que adornaban el altar mayor barroco de antaño en el testero hoy en el coro. Disfrutando otras del vuelo y peripecias del atrevido gorrioncillo que se había colado por la escalera del campanario, y otras más a seguir el zigzagueo de las moscas …-casualmente ese domingo- una de ellas se posaba en un agujerito descascarillado del lateral del púlpito en el que aparecían pinturas-dibujitos llamativos, desconocidos e insospechados. 


Tal descubrimiento casuístico, comunicado al párroco de turno, tardaría varios años en recibir atención e interés por parte de las autoridades locales y provinciales correspondientes. Lo que sí es cierto- ¡e histórico!- es que aquel “coloncillo” explorador y descubridor de las américas de su pueblo fue, nada más y nada menos que mi estimado amigo el Dr. Felicísimo Martín, más conocido como Feli para los amigos, e hijo de mi inolvidable vecino y amigo coetáneo Fili.


Aún quedan cabos por atar y detalles anecdóticos que publicar vinculados a la historia e historias de la iglesia de “ mi pueblo” - ( v. próximo capítulo). Mi memoria afectiva guarda cual oro en paño “monumentos artístico-populares”, desaparecidos unos y desvirtuados otros. Dos de ellos escoltaban la iglesia : uno en su fachada meridional y otra en su muro septentrional : el “Empedrao” y el “Juego pelota”.

Continuará...

viernes, 30 de abril de 2021

¡ADIOS ABRIL: mes de las Aguas y Refranes mil!


Los nuevos tiempos destierran los viejos hábitos, las viejas fórmulas y los viejos hechos y dichos. Pero, inmortales perviven proverbios y sentencias, dichos y decires y... REFRANES, a quienes personalmente suele acudir este Bloguero en sus “ apuros y afanes”. ¡Y en circunstancias muy especiales! Como se da el caso en esta empinada y espinosa cuesta de pandémica y nonagenaria senectud, y en este “Abril de Aguas mil” de 2021.

A esta bellísima literatura, a esta popular tradición de dichos, proverbios y refranes - sal y pimienta y reflejo del alma popular - pertenece esta larga treintena, en su mayoría sobre el Tiempo y la Intemperie. Excluyo - perdón por mi individualismo -  los más trillados y desgastados por su popularidad como por ejemplo: Abril aguas mil, Las mañanitas de Abril pa' mí..., e incluyo un par de los de propia cosecha. Pues... los refranes no pueden morir, ni morirán nunca.

Abril concluido, invierno ido.

Abril, abrilete, más malo que siete... llama a mayo y vete.

En Abril, buen verano nos espera, si la lluvia es duradera.

Cuando truena en Abril, el labrador es feliz, pues cuando Abril suena, noticia buena.

Abril que de agua rezumas y de lilas perfumas.

Cuando Abril abrilea, bien luce la primavera.

A Abril alabo, si no vuelve el rabo.

A Abril con sus chaparrones, sigue mayo con sus flores.

En llorar y en reír se le fue el tiempo a Abril

En Abril cada gota vale mil.

Abril hace la fuente parir.

Llueva en Abril y Mayo, aunque no llueva en todo el año.

Abril sin granizo, Dios no lo hizo.

Abril que sale lloviendo, a mayo llama riendo.

Abril a los campos hace reír.

En llorar y en reír se le pasa el tiempo a Abril.

Marzo es la puerta y Abril trae la llave si es que no está puesta.

Abril abrileño, de ciento uno bueno, y la vieja que lo decía vivió ciento uno y no conoció ninguno.

En Abril, lluvias hasta que a las vacas los cuernos de le cubran.

Abril es lluvioso y señoril.

En Abril huye de la cocina, pero no quites la anguarina.

Abril mojado, de panes viene cargado.

Ni Abril sin flores, ni juventud sin amores.

Cuando Abril truena, noticia buena.

Abril, abrilillo, ¿cuándo no fue pillo?

Abriles y hombres viles, desde que el mundo fue mundo, los hubo a miles.

Hijo, si quieres vivir, guarda pan para mayo y leña para Abril.

En marzo si cortas un cardo te nacerán cuatro y en Abril te nacerán mil.

Tu perejil, siémbralo en Abril… (Mas... como no hay regla sin excepción, este Bloguero no recuerda cuándo lo plantó, si bien de refrán me sirvió:   

Mi perejil en Abril floreció, y para muestra un botón (foto del perejil en mi terraza).

Majadahonda, 30 de Abril de 2021       

* (Dedicado a Miguel Ángel García y a Lali, fieles amigos del pueblo, duchos en la materia - campo, meteorología y animales - en la que me dan papas con honda .Y muy agradecido al afamado meteorólogo Jaime Legaz, compañero y amigo en el Centro de Mayores y rival en la pista de Petanca, por su donación de “El libro de los Refranes de la Temperie” (Instituto nacional de Meteorología). Colección que, sumada a los miles y millares de los grandes maestros Gonzalo Correa, Rodríguez Marín, e.o., han servido de fuente a este humilde coleccionista refranero).


martes, 13 de abril de 2021

No hay presente sin pasado II

Carrascal, pedanía histórica sin historia escrita

Carrascal de Velambélez es pedanía histórica salmantina, relegada y olvidada durante siglos, y sin memoria escrita testimonial - resucitada y rediviva a finales del siglo XX. Su singular topónimo - ¡antropónimo bandera! - sirve de ejemplo en esta España vacía repleta de arte e ilusiones.
Sin ánimo de erudición o historicismo profesional, este fiel hijo de "humilde, humildísimo y durante siglos relegado pueblo charro”, seducido y orgulloso del topónimo de su cuna, pretende en el presente capítulo aclarar orígenes medievales de esta hoy resplandeciente aldea castellana. Desaparecida o tachada en la historia de población y repoblación del alfoz de Ledesma, aparece por primera vez en 1838 en el catastro provincial salmantino del Marqués de la Ensenada como pedanía de San Pedro del Valle.

Iglesia de Carrascal antes de la restauración, 1986

Todavía malviviría relegada y olvidada otro largo siglo hasta que, a finales del XX (1985) resucita, gracias a su monumental iglesia - no por grande sino por valioso tesoro pictórico- y a la restauración que inició una joven entusiasta alcaldesa del municipio de San Pedro del Valle durante más de 16 años, Encarna Montejo, hija de “carrascalina”, y al entusiasmo de sus vecinos e hijos del pueblo - entre los que figura, orgullosa, mi familia. 



Inauguración de la iglesia restaurada, 1995
Después de una larga década de obras y descubrimientos murales valiosísimos, fue inaugurada en l995, a cuya inauguración tuvimos el honor - y la inmensa alegría - de ser invitados Palmira y un servidor, y que fue presidida - entre otras autoridades salmantinas - por la teniente alcalde de Salamanca Gracia Sánchez, cuyo padre Sebastián, también era hijo de Carrascal, y muy estimado por este bloguero, de adolescente y jovenzuelo, y que figura también en primera línea de la foto recordatorio del acto (incluir foto del acto)(resaltado también en la prensa local “El Adelanto” del 4 de septiembre de 1995): "Rehabilitación de diez años de trabajos en los que han participado activamente todos los vecinos - y gran parte de los hijos del pueblo dispersos por la geografía hispana - quienes han dejado un templo repleto de obras de arte todas las épocas". 


Turistas en Carrascal, joya turística, 2005 
Asentados ya en el siglo XXI, tomará las riendas del municipio un joven “carrascalino o carrascaleño” ¡tanto monta! - ¡algo impensable en la política de antaño, cuando este cronista era niño y joven, y el puesto de alcalde era siempre de un vecino de San Pedro! - Alberto Torres, quien de la iglesia y del pueblo ha hecho joya turística. Y en el incomunicado, relegado y ruinoso "carrascal", ha puesto la primera piedra en este siglo XXI - que yo calificaría como el del “Renacimiento”- nuevas viviendas y chalets. Y con la pericia y entusiasmo de su tío José Torres, brotó de entre ruinas un auténtico jardín de las delicias (v. foto cap. anterior), compitiendo con la esbeltez del campanario y la torre, con mis  adoradas campanas (también históricas - siglos XVI y XVII) y su repiqueteo, sueño de mi infancia y juventud. 

Perdón por tan extensa como sentimentaloide introducción. Simplemente quería resaltar y demostrar el origen y originalidad y autenticidad del nombre de “mi” pueblo - durante siglos auténtico “carrascal” - historia del topónimo-antropónimo Carrascal de Velambélez. Debo también subrayar su singularidad y rareza. Cuando a lo largo y ancho de mi caminar por variopintos derroteros, amigos o conocidos me preguntaban por mis orígenes, al oír el nombre de "Carrascal de Velambélez" exclamaban extrañados : "¡¡Y eso dónde cae?? ¡¡Qué apodo más raro!! Y rarísimo también lo debe encontrar el corrector automático… lo subraya ya en rojo como ortográficamente incorrecto en la primera línea de este capítulo. 

El topónimo "Carrascal de Velambélez”, tan genuino como rimbombante, es  topónimo y antropónimo a la par: “carrascal” = paraje o terreno poblado de encinas pequeñas o carrascos/as - es frecuente en toda la margen izquierda del Tormes, desde Carrascal de Barregas - oeste de Salamanca - hasta la frontera portuguesa: algún ejemplo más: Carrascal de Olmillos, Carrascalino - finca próxima a Golpejas - Carrascal de Pericalvo, Carrascal del Obispo... etc. Y en el antropónimo Velambélez puede detectarse claramente su correspondencia con los nombres peculiares del linaje o dignidad de sus  fundadores, pobladores o repobladores Los Vela y sus herederos los Vélez. En el afán de éstos - condes, obispos, conquistadores o señores -  de bautizar las tierras reconquistadas a los árabes y pobladas con francos, asturianos y leoneses con sus propios nombres, el Conde Don Vela de Aragón y Navarra no solo se contentó con prestarle su nombre a la fundación de Carrascal, en la margen izquierda del Tormes, próxima a las ya existentes Jusbado y Çarapicos (fundaciones del rey leonés Don Ramiro II, Fueros de Ledesma…) - sino que hasta la engrandeció donándola a uno de sus sucesores Vélez, hijo de Vela.

La fecha que suelen dar los afamados historiadores del medievo, los eminentes investigadores salmantinos J.L. Martín, A. Llorente Maldonado y Federico Onís para la repoblación de Salamanca es 1102. Y la toponimia - el nombre de los pueblos, “asentamientos del Tormes”, avanzadilla de toda la cristiandad occidental, demuestran el interés de los monarcas Ramiro II de León y Alfonso VI de Castilla y León en donaciones de propiedades a miembros de la aristocracia (v. Fueros leoneses de Zamora, Salamanca, Ledesma, Alba de Tormes). Ejemplo elocuente Carrascal de Velambélez, donación a los Vela. Mas... dejemos hablar a la historia: “En el tiempo que reinaba el rey don Alonso en Castilla que ganó a Toledo vino un hijo bastardo del rey de Aragón que llamaron Don Vela a lo servir…”.

La familia de los Vela fue un poderoso linaje de entronque visigodo o navarro aragonés poblador del valle de Ayala, fundador también de esta casa y linaje, enterrado en un monasterio alavés, y repoblador de la zona del Tormes entre Salamanca y Ledesma y de la población general de Salamanca. E inclusive decisiva y trascendental fue su aportación a la repoblación de Salamanca: "El infante Don Vela la reedificó y pobló ya que se encontraba desolada en razón a las continuas invasiones moras. Alfonso VI ordenó a su yerno Raimundo de Borgoña e hija doña Urraca, en la cual Don Vela prestó un gran servicio…”. Y seguimos citando: "Muerto el rey (+1109) accedió al trono en 1109 su hija Doña Urraca y Don Vela continuó al servicio de la reina, como lo había hecho con su padre...". E incluso muerto Don Raimundo en +1107, “Don Vela fue quien continuó con la reconstrucción y repoblación, según se ha dicho, desde 1107 hasta 1124, posible fecha de su muerte". (Relato aparecido en "Historias de Caballeros Andantes: nuestros ancestros medievales").

 

Pero este Bloguero continúa todavía disfrutando del encanto y singularidad de muchos de los microtopónimos de su pueblo antes de la concentración parcelaria a finales del pasado siglo. En mi desmemoriada memoria continúan todavía tintineando paisajes y terruños tan melódicos e inolvidables como: Las chiviteras, Las perenalas, Las cárcabas, El Carcabón, La antanica, La cueva, Las cruces etc., etc.

martes, 23 de marzo de 2021

No hay presente sin pasado I


La España vacía: Pueblos “chicos” - Añoranzas grandes e Historias fantásticas

Mapa Tierra de Ledesma

La oscura Historia de mi “solar chico”, nostalgia agazapada en los jardines de la infancia y adolescencia, resucita en esta prórroga dadivosa de mi senectud, empeñado este bloguero en aclarar dudas y desvelar historias: orígenes y toponimia de “mis pueblos”. Simplemente la singularidad seductora de su toponimia, la musicalidad y originalidad de sus nombres: Carrascal de Velambélez, Zarapicos, Florida de Liébana, Almenara de Tormes, Juzbado, San Pedro del Valle, Palacios del Arzobispo, Añover de Tormes, Santiz, Zamayón, Torresmenudas, San Pelayo de la Guareña, Villaseco de los Reyes… Las arcaicas estampas de antaño y las modernas de hogaño de todos ellos, ¡y muchos más! - alimentan mis sueños y alargan mis duermevelas.

Nostálgica pero feliz, todavía hoy, mi nonagenaria naturaleza continua aleteando por valles y arroyos, por montículos y encinares, por sus callejuelas y sus plazas, por las márgenes de “mi río”, por el campanario, la torre y las campanas de “mi” iglesia.

El bloguero con su amigo Feli en el parque

“Mi patria es mi infancia”, sentenciaba Rilke. Yo añadiría... ¡y mucho más!: mi adolescencia, y mi juventud, mi familia y amigos. Mis caminos y mis paisajes: mi viña y mi huerto, ¡mis pájaros y sus nidos!, ¡mi escuela!: el Amicis Corazón, y el mapa de España. Sus leyendas y sus orígenes medievales, etc., etc. “El Presente sería nada sin el Pasado”. Recuerdos que no mueren, lazos de los que no logras desligarte… ¡El Pasado también sería nada sin el Presente!

Tan extenso como introductorio prólogo viene a cuento de llamada telefónica de mi hija “alcarreña” Antje comunicándome, exultante y sorprendida, que una amiga, encajera madrileña, había estado en Zarapicos de excursión, hacía más de una veintena de años, quedando sorprendida de la belleza del lugar y la noticia de que allí vivían un escritor y un pintor famosos. Cierto lo del primero. Allí vivió José Luis Martín, profesor, historiador y político de renombre. Pero lamentablemente no conozco al artista del pincel. Pero comparto plenamente opiniones y sensaciones de su amiga.

Armonizar Presente y Pasado es uno de los objetivos prioritarios de este Bloguero, siguiendo la súplica de mi hija: ¿Por qué no escribes algo más sobre la historia de tus pueblos y completas el capítulo “El triángulo amoroso”, del primer tomo de tus “Semblanzas”?

Escuela antigua de Carrascal

Pues… obras son amores. Y aunque la Historia no figura en mis predilecciones, sí lo han sido - y continúan siéndolo - la Geografía y la Lingüística. Y en especial la Toponimia. En mi autodidactismo escolar, en la escuela mixta de mi inolvidable Carrascal - con magnífico edificio sinpar en la comarca ledesmina - con un solo mapa de España adornando sus muros, presumía el rapazuelo de “saberse” de memoria y de carrerilla, el número de habitantes de cada ciudad española y el nombre de los partidos judiciales de todas y cada una de las provincias. 

Pero volviendo a la Toponimia, habría que añadir a ésta mi debilidad por la Antroponimia y la Etimología. (¡No te olvido querido amigo Rudi Reidinger - versado en latines, aunque germano - cómo disfrutábamos jugando a las etimologías léxicas acompañados del Diccionario de la RAE!). Pero antes de pasar más adelante, debo confesar humildemente que este capítulo no hubiera tenido lugar sin la excepcional  ayuda de mi compañero y paisano Ignacio Coca y a su tesis doctoral “Toponimia de la Ribera de Cañedo”: “obra pionera, magistral, imprescindible en el campo lingüístico-geográfico de la toponimia”. E imprescindibles también para conseguir el soñado objetivo - ¡añoranza tanto tiempo rumiada! - de demostrar que el topónimo de “mi pueblo Carrascal de Velambélez” - es uno más de los “nombres de personas convertidos en nombres de lugar” de las aldeas de la repoblación medieval del alfoz de Ledesma.

Iglesia de Carrascal en la actualidad
Los antropónimos del s. XII - Vela y Vélez como ejemplo - son nombres identificados, producto de bautizar la tierra conquistada o repoblada con el nombre del donante o repoblador. Carrascal es fitónimo frecuente en la margen izquierda del Tormes entre Salamanca y la Tierra de Ledesma: Carrascal de Barregas, Carrascal de Olmillos, Carrascalino, Carrascal del Obispo, Carrascal de Pericalvo. Mi Carrascal de Velambélez, relegado y marginado ¡durante  siglos y siglos! como pedanía de San Pedro del Valle, ha saltado a las páginas de actualidad turística merced a la joya monumental artística de su iglesia  la Virgen del Castillo, una de las mas célebres - con la de Almenara - de la época de la repoblación de la ribera del Tormes por Don Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI, - casado con su hija Doña Urraca - y el Conde Vela de Aragón, por mandato del rey Castellano-leonés (+1009). Y según consta en alusión implícita en el Romance del Rey don Alonso, que ganó a Toledo...



… Esto fue aquende el río

que agora Tajo se llama,

sin otros muchos lugares

que allende el río ganara.

Luego en ganando el lugar,

de cristianos le poblaba,

luego le hace su iglesia,

luego le pone campanas;

dejólos fortalecidos

y a Toledo se tornara.

……

Pero de esta historia y… mucho más, en el próximo capítulo. Ambos dedicados a: Alberto Torres, joven y admirado alcalde ejemplar, y a Feli Martín, Colás, Castor y Francisco, inolvidables y queridos vecinos y amigos en la distancia. Todos ellos - con el “embellecedor, artesano real, José Torres - “alma, corazón y vida” de “nuestro” pueblo.