martes, 24 de diciembre de 2013

Canto a la Navidad (MJG)

CANTO A LA NAVIDAD

Decoración navideña de encaje de bolillos (diseño de Brigitte Bellon)

Siempre activo y dinámico con la pluma, me estoy aficionando a la poesía y como muestra va esta felicitación cordial y afectuosa para mis lectores.

¡Y llegó la Navidad!
Navidad
¡Blanca Navidad! ¡Dulce Navidad!

Fiesta que algunos detestan y otros quieren desterrar,
y en su afán de progresía
seculares tradiciones sepultar,
empañando costumbres y creencias
que endulzan y aligeran la pesada carga
de la vida real,
sin calar en la verdad y quintaesencia
de la FIESTA DE LAS FIESTAS,
cristiana y pagana a la par.

¡Qué largo y oscuro el invierno!
sin blancura de la nieve, villancicos
ni belenes.

Sin árboles ni coronas de Navidad
y de Adviento,
sin Nochebuena y sin Reyes.
Sin mazapanes, polvorones,
aguinaldos y turrones.

Sin vacaciones ni fiestas,
sin reuniones ni reencuentros familiares,
sin sueños, ensueños e ilusiones infantiles
que del corazón y el alma brotan:
armoniosa alianza de pequeños y mayores.

“Navidad, Navidad, dulce Navidad
que Rosana proclamaba en villancico popular:
LA ALEGRÍA DE ESTE DÍA HAY QUE CELEBRAR,
PARA QUE EL MUNDO SONRÍA AL DESPERTAR,
PARA QUE SE ABRA LA PUERTA Y NO SE CIERRE MÁS.”

“Para que la bella página
del libro de la vida
no se borre jamás.”

domingo, 22 de diciembre de 2013

CARRASCAL (de Velambélez) REDIVIVO

Cabizbajo, alicaído, con el alma a los pies y el corazón en un puño, retornábamos al coche en la penúltima visita a mi Carrascal. Un día cualquiera del otoño de 2012 se repetía la tradicional visita y recorrido: de la escuela a la iglesia y viceversa. Ante nosotros un pueblo semi-abandonado. Despoblado. Deshabitado. Ni una sola persona. Ni un único animal. Sin pájaros ni flores. Puertas y ventanas cerradas. Como si todos sus habitantes hubieran sido evacuados ante el riesgo peligroso de inminente catástrofe.

Cambio de fecha y decorado. El mismo escenario, redivivo como por arte de magia, en el penúltimo día del verano de 2013, vísperas de la Fiesta. Los paisajes y los lugares se transforman y permanecen vivos con nuevos ropaje de seductores colores. Éste era el Carrascal rescatado, el de tan dulces recuerdos de mi infancia, adolescencia y primera juventud. Con Palmira y nuestra hija Blancaluz como guía-organizadora, acompañados por algunos de los primos Pedraz (¡Antonio te recordamos!), tan encariñados con Zarapicos-Carrascal, y con Paloma como acompañante coorganizadora, nos encontramos con un pueblo nuevo, poblado de nuevas generaciones alegres y juveniles, tocado de fiesta, radiante de animación y vida, con tertulias y entretenidas partidas de cartas y edificios históricos impecablemente restaurados.

Pero la mayor sorpresa e inesperada alegría fue el conocer al nuevo alcalde del Ayuntamiento de San Pedro del Valle - creo que el primer “carrascaleño” de la historia - Alberto Torres, nieto de mis inolvidables y queridos Felicitas y Toño. Joven dinámico, entusiasta, emprendedor y con geniales ideas como la creación de un Aviario propio. Dos estupendas y extraordinarias realidades que bien merecen ser plasmadas en versos libres, testimonio de mi vínculo y afecto a raíces profundas, alimentadas por nobles recuerdos y sentimientos.



SUEÑO DE UNA TARDE DE VERANO

Con la pequeñez de tímido poblado, 
al abrigo de cierzos en suave ladera recostado, 
entre valles y encinares descansando, 
llenaste a rebosar el entrañable universo de mi infancia. 

Con el radiante sol del mediodía,
iluminaste el rinconcito de mi adolescencia, 
y con la luna de plata de tus noches,
saturaste de ensueños mis primeras aventuras juveniles. 

En la bóveda silenciosa de tu cielo, 
de la Ladera al Palomar, 
y desde el Río hasta el Rodillo y Chiviteras, 
reservados tengo una estrella y un lucero, 
desde donde contemplar puedo tu geográfica figura, 
la de ahora y la de antes.

El viejo Carrascal de intransitables calles,
en invierno barrizales y guijarros,
de ruinosos pajares y corrales,
rústicas paredes de cortinas y pajares, 
tenadas, tejados y muros agrietados, 
el viejo tejado y la antigua espadaña de la iglesia,
morada placentera en primaveras y veranos 
de golondrinas y gorriones a raudales, 
de tordos y vencejos a mansalva. 

En tu calle Larga, más bien corta,
desde el centenario pórtico de mi cuna (1836),
con el tránsito cotidiano de personas, 
carros y ganado, perros y gallinas, 
todos conviviendo en armoniosa compañía. 

Niños y jóvenes, entonces numerosos, 
adultos y ancianos,
cuyos nombres, rostros y modales, 
continúan mi memoria reanimando 
con pelos y señales, 
hoy día dignamente representados,
 como testigos de una época y de otros tiempos, 
por el dúo afortunado de Elvira, 
y su dulce y juvenil sonrisa como guía, 
y de Francisco, con nombre propio de calle ¡bien ganado! 
en emocionante e interminable abrazo siempre recordado. 

Hoy, en vísperas de Fiesta Grande, 
te admiro emocionado, 
convertido en pueblo nuevo y vivo, 
embellecido y transformado en refugio de descanso y festejos de verano, 
en nuevas y retocadas casas, mansiones modernas, por nuestra iglesia escoltadas, 
monumento histórico con puertas nuevas castellanas, 
y “mi” adorada escuela, edificio sin igual en comarca y provincia charras. 

¡Sueño de una tarde de verano! 
Despierto hoy, prosigo, Alberto admirado,
extasiado ante tu Aviario, seductor tesoro para el niño, 
hoy anciano, que soñaba, y continúa soñando, 
con nidos y con pájaros. 

Correteando persisto todavía como niño y jovenzuelo,
con amigos del alma, compañeros, 
en las sofocantes siestas veraniegas, 
por eriales, rastrojeras y barbechos,
persiguiendo a las perdices y sus polluelos.
Desde el Monte y por la Cueva,
hasta las Vegas y las márgenes del Río. 

Paisajes y personas desaparecidos,
por imperativo y tiranía de los tiempos. 
Pero no habéis muerto: 
¡Conmigo vais, en mi corazón os llevo! 

( (MJG 2013)

jueves, 5 de diciembre de 2013

A G O S T O 2 0 1 3

El verano va acercándose lentamente a su cenit con la ansiada recuperación de Antje. Omi y Opa ya estabilizados, alargando cada día unos metros más los paseos vespertinos con las vacas de Nuria como curiosonas controladoras. Agosto, haciendo bueno el refrán popular “agosto frío al rostro”, nos liberó del calor abrasador que todo agosta. El agosto más frío del siglo (?) - ¡todas las dormidas con manta! - sirvió de reconstituyente del espíritu. “Agosto todo lo seca menos el mosto” … y el ánimo. Aunque me faltaba el arrullo de la tortolica de la encina grande, el nido de la torcaz - ¡totalmente desaparecida! - curiosona ella, observando y participando con su arrullo en nuestras actividades, idas y venidas, y la constante compañía de las turcas, reducida a una solita, tristona y tímida merodeando por el poste del teléfono y acudiendo de vez en cuando huidiza al abrevadero del angelito. Pero los refuerzos, visitas y festejos de familiares y amigos difuminaron los tonos otoñales. A ello también contribuyeron las efemérides y acontecimientos más reseñables.

El 57º aniversario de nuestra boda transcurrió como uno de los más silenciosos. Menos solemne y cuán distante y diferente de las celebraciones en aquellos primeros años en los que este redactor se concurrido. En la comida de celebración de los novios, estuvieron acompañados de Lucila, Inés y Martín en La Clerecía de la Beltraneja de Ledesma. Comida casera con sencillez recoleta e íntima a la sombra fresca de un nogal, en un pequeño e histórico patio castellano de restaurada casona rural.

Y entre comidas sigue el juego. Como muestra amistosa de afecto y agradecimiento, invitamos a comer a los celadores y centinelas de la Colina y la Parcela, Marisa, Geli y Lali (Jesús y Pilar pasaron a la lista de pendientes), en el restaurante de los hijos de Rosa-Ovidio en Calzada. La esmerada paella casera de Diego, su cordialidad y campechanía y las insuperables chuletitas de cordero del parrillero Miguel Ángel contribuyeron al distendido, cordial y repetible encuentro. Unos días después, 10 de Agosto, comida anual de la Asociación de Mayores en el frontón. Asistencia protocolaria y de cumplido. Cuán distinta de los primeros “banquetes” de antaño, cuando este viejo bloguero se excedía en protagonismo: organizando, perorando, poetizando, cantando y bailando, confraternizando con unos y otros. ¡Con todas y todos! Siempre alegre, jovial y bienhumorado.

La Herrerada, el festejo familiar del año, coincidía un sábado 17 con la ansiada llegada de la “inglesa” Blanca. Pensando en positivo, los problemas se reducen una tonelada. La Herrerada 2013, diezmada este año por la ausencia de los Burgos y de la juventud bulliciosa, animadora y vocinglera, y Rafa como único y fiel representante de los Herrero salmantinos, discurrió en la habitual tónica, gastronómica y musical, insuperable. La alegría del reencuentro y las cariñosas atenciones de “todos los nuestros”, con una única pareja de viejitos incombustibles, amortiguaron debilidades y desánimos.

El amanecer de la mañana siguiente fue diferente. Blanca, con su presencia y su animoso y voluntarioso carácter, hizo subir el termómetro de nuestra alicaída moral a la espera - nunca tan alargada- de la tarde. Y aunque el veraneo de los Regalado, alicorto este año, nos supo a poco, Ana, Javi y Rober recuperaron el tiempo perdido, reapareciendo nuevamente por unos cuantos días y revivieron la mortecina pista de petanca de este 13 de amargo recuerdo deportivo: el novato - y futuro crack - Rober, derrotando al viejo anfitrión campeón! Y lo más doloroso todavía: no formado en la escuela de la Colina…

Domingo de gloria en Agosto. Después de la tormenta viene la calma. "¡Por muy larga que sea la tormenta siempre acabará saliendo el sol!" (Khalil Gibran). Sin cohetes, repique o volteo de campanas, iluminando con su sonrisa y su presencia la Colina apareció tras su operación Antje este inolvidable domingo de agosto. Escoltada por Quique y Teresa, procedente de la Escandinavia, y acompañados por Morgan. El coro de mozas del pueblo de hace un siglo le hubiera dedicado, al salir del coche el cortejo del cuarteto, la canción que antaño se cantaba a la novia a la salida de la iglesia: “Ya sale la novia, - ya sale, ya sale - dando resplandores - por toda la calle”. Y contagiado por el canto, al poetrasto de turno se le encendió la lucecita romántica de su corazón, y se le escaparon los siguientes ripios libres:

"Llegaste despacito:
como se levanta el sol por las mañanas
y la brisa despereza los molinos del otero.

Como la primera golondrina, tímida y recelosa,
anuncia por el pueblo la llegada de la primavera.

Caminabas sonriente:
levemente,
compitiendo tu dulce sonrisa y tu tierna mirada azul
con la capa celeste de lo alto.
¡La tierra tocando al cielo!

Con tu soñada presencia
se desvanecía lenta la melancolía,
y por la vereda del pinar
se adentraba triunfadora la esperanza".

Puesta de sol desde La Colina, octubre 2013.
Y aunque la gloria del domingo duró un par de días justos, al final vacacional se repitió el evento. Esta vez más fortalecida en la llegada. Ya con cámara en ristre, inmortalizando atardeceres espectaculares como el que muestra la foto, o fotografiando variedades de cepas, hojas y uvas en la viña en su afán de confeccionar catálogo vitivinícola para principiantes y aficionados al “bon vino” y a la buena viña. El archivo ilustrado promete ser didáctico e instructivo. Emma y Juan aportan también su granito, esta vez de uvas en vez de arena, a esta gran obra y a la seguridad de la caseta blindándola con candado y cadenas de hierro a la tentación de los raterillos de turno.

Las Fiestas de la Morera o de la Asociación de dulce recuerdo cofundacional han ido perdiendo atracción y seducción con un cuarto de siglo más a mis espaldas. Vivo permanece todavía el concurso de disfraces, gracias a la ilusión de Inés, Martín y sus amigas(os), casi todos los años triunfadores siguiendo las sendas del Opa que también se llevó algún premio disfrazado de jeque. Sin embargo, las estruendosas, ensordecedoras, insufribles y monumentales orquestas son ya materia non grata para los delicados oídos de viejos sordos. De ensalzar es la entusiasta labor de mejora de la asociación, con un programa innovador que incluía la actuación en el abarrotado y entregado frontón de un seductor y engatusador mago, con los sobrinos Iker y Arancha como improvisados ayudantes y prometedores artistas.

Para muestra algunos ejemplos:La familia entera mimándonos. La tradicional paellada marisquera de los Pedraz en Santiz. El paellero mayor de A Coruña y provincias limítrofes,el entusiasta y entrañable Ton, nos obsequió un año más con las delicias de la sua terra.Pero el arroz no hubiera estado en su punto sin la ayuda de la caterva de mirones charros bilbainos, gaditanos, canarios etc.etc. También en este encuentro familiar hubo notables ausencias, la más significativa la de Antonio, senior de los Pedraz. Pero, te recordamos y continuamos queriéndote. Mas, atención galego, que el gaditano Juan viene pisando fuerte con su clásica de pollo.

Y como cierre de programa del verano, mencionar la ya tradicional visita a Carrascal. Conducidos por Blanca y Paloma, sabedoras de las querencias de sus padres por los lares, acompañados de Benjamín, Consuelo y Carmen - este año con la ausencia sensible y dolorosa de Antonio - Palmira y Manolo emprendieron la entrañable e imperdonable excursión anual a Zarapicos, San Pedro y Carrascal, los tres en uno, los que marcaron con dejes de nostálgica felicidad nuestra infancia y adolescencia vacacionales.

Final de vacaciones. Epígono concordante. “Las heridas del pasado se protegen con el vendado de la armonía” (Fl.I.) No juzgues la vida por una sola estación. El verano 2013 fue algo más que sorpresivas visiones de gafas oscuras. Algunos ejemplos: la Familia entera mimándonos, los Amigos fieles transeúntes del camino (Domingo Coca, abastecedor de hortalizas ecológicas y su hija Mari Jose y Javi con la alegría de sus hijos, el Huerto con tanto cariño como celo por mano de Marisa plantado y que diariamente me traía a la memoria los inmortales versos de Fray Luis de León: “Del monte en la ladera - por mi mano plantado tengo un huerto…

La Viña, bálsamo de paz y de esperanza, (este año azufrada, limpiada y regada por Migue - hijo pequeño de Tere y Miguel Angel - insuperable compañía e impagable ayuda, y soberbiamente arada por Lali y su tractor rojo.

Y por último, y entre otras, la concordante melodía y acompañamiento de la semiolvidada, por dificultosa, distracción de la Lectura. Tres novelas “vendimiadas” en horas muertas, redivivas gracias a la ayuda impensable de los nuevos cristalinos, y sobre todo merced y mérito de un viejo amigo recuperado, el uruguayo premio Cervantes, Juan Carlos Onetti con “Dejemos hablar al viento” y los grandes desconocidos incorporados a mi nómina, bestsellers 2013 en sus respectivos países: el sueco Jonas Jonasson, revelación escandinava con su originalísimo y seductor “(El) abuelo que se tiró por la ventana …” y el alemán Florian Illies - otro novato en la novelística internacional - con su dificultoso, pero también originalísimo, monumento en el 2013 al “1913. Un año hace 100 años”. Mejor cierre estival a este 2013 de comienzos tan otoñales y discordantes, imposible.






martes, 19 de noviembre de 2013

VACACIONES ESTIVALES CON CADENCIAS OTOÑALES

(Primera parte)


Perdonen nuestros lectores la metamorfosis de mi blog convertido en pseudo-diario íntimo. Las memorias no son siempre relatos de recuerdos de antaño, sino también comunicación de sentimientos y vivencias recientes.

Las vacaciones de verano del 2013 (primero y último13) de mis andaduras terrenales comenzaron en Palacios un 2 de julio y concluyeron un 2 de septiembre del fatídico mal-augurador año. Dos meses justos tras un impertinente retraso, que Dios quiera no vuelva a repetirse: Antje hospitalizada en la Clínica Moncloa y el Opa con un resfriado de garganta. Si a estas incidencias añadimos la primavera gris, con una Omi “radiándose“ y un Opa operándose de cataratas, pues, como recoge el dicho popular, “apaga y vámonos”.


Acompañados de Lucila, Inés y Martín, Palacios nos recibió con un sol cegador, sofocante y asfixiante, batiendo records: tres o cuatro días acercándonos a los 40º. ¿Sería la temperatura, las circunstancias familiares, una Colina menos concurrida de lo habitual, las oscuras gafas de sol obligatorias, las causantes del retorno a la realidad insospechada, escondida tras el espejo, falso amigo, o el espejismo de la edad, en apariencia insospechable? “No sé, pero hay algo que explicar no puedo” - parafraseando al romántico Bécquer.

Los días, largos. Semejantes a las noches. Grises, aunque soleados, los primeros y, oscuras y borrascosas las últimas: el sueño, costoso de reconciliar. Los fines de semana, inmensos: de jueves a lunes. Algunos en solitario como el primero. Día y noche girando en torno al teléfono esperando noticias de Antje. Soledad atenuada con la cariñosa compañía de María José para ahuyentar los fantasmas tenebrosos de La Colina.

Nos trasladamos a la calle La Fuente de Palacios, buscando la amorosa compañía de la vecindad - Tere y Miguel Ángel - y acompañados durante los paseos nocturnos tranquilizadores de Pepita o Sure. El acogedor dormitorio de Andrés con antigua campana de cocina castellana y su claraboya-observatorio de estrellas elevó ligeramente mi decaído ánimo.

La enfermedad de Antje y vacío de la Colina fueron circunstancias que enturbiaron el rumbo veraniego. La incertidumbre del pronóstico en la Moncloa, el peso de la edad, de los años y del pasado planeando sobre la Colina y reflejados en tristes horizontes, próximos y lejanos. La evolución del pueblo y sus gentes. La transformación del campo y la campiña: amarillentas y mortecinas rastrojeras deshabitadas, bostezando aburrimiento, los oscuros pinares de los Cerracines, las pacientes, tristes y serias - este año frondosas - encinas clamando compañía animal o humana.

A mediados mes llegó la necesitada y ansiada compañía de Emma-Juan. Se hizo la luz. Efímera ante los inminentes acontecimientos, pero graciosamente animada por los coristas de los Peñascales, Juande, Manolo e Inma, quienes dieron sabor a la parrillada y a la velada de despedida, con el humor del charro Manolo, rememorando historietas y batallas de niñez y juventud en nuestra Salamanca.

También inolvidable el reencuentro con la Tante Lola y el Onkel Pepe en Salamanca .La cariñosísima Tante, que telefoneaba y rezaba diariamente por Antje, como otras(os) amigas(os) creyentes, para que todo resultase bien. La fe mueve montañas. Los aperitivos cinco estrellas en un bar de la calle Zamora y el humor característico e insuperable del Onkel (ejemplar siempre su filosofía y postura modélicas ante los achaques) fueron reconfortante remedio para mi alicaída moral.

Y la casi institucionalizada visita de Paloma, casi una más de la familia, Jorge, siempre dispuesto a echar una mano en lo que sea, Iván, mi pequeño gran amigo y su hermanita Ángela, llegan a la Colina para aligerarnos del peso del verano con dejes otoñales, ya que anuncian de nuevo el vacío de la Colina por otra semanita.

El 22 de julio queda especialmente registrado en mi memoria: la operación de Antje: sol tibio las primeras horas del día, atardecer lento y fresco. Las primeras noticias son satisfactorias, pero quedamos a la espera del resultado de la biopsia.

Inesperada y terapéutica la visita de Xili-Jesús. Los quijotescos molinos de viento en los altozanos de la raya norte giraban incansables y desafiantes. Bocanadas de aire fresco. El teléfono cambia de tono. No todo son penas y pesares. La vigorosa y recuperada, siempre cordial y animosa, voz de Jesús anunciando su visita desde Golpejas cambió la película ya en la antevíspera. Xili con su dulce sonrisa de oro y su placentera y contagiosa bondad, Jesús con su bromista entusiasmo y su bonhomía, y Emma y Juan con su exquisita merienda, marca de la casa, en la quietud acogedora de sus tenadas, curaron por algunos días nuestra melancolía y nos contagiaron de su positiva firmeza y animosidad.

Lucila, Joseba, Inés y Martín regresan, reanimando y revitalizando nuevamente La Colina. Antje débil y encamada y todavía con dieta total, se recupera poco a poco: los besos y abrazos de madre y hermana pequeña sirvieron de medicamento reconstituyente y reconfortante.

 “Dejemos hablar al viento” (J.C. Onetti) ¡Dejemos cantar a los pájaros! Jugar, corretear y gritar a los niños. Chapotear y regocijarse en la piscina, Martín con su tranquilo y bonachón amigo Marcos, filósofo en ciernes, Inés bailoteando con su amiga Carla en todas partes. Contemplemos el desfile de las nubes, la belleza y magnificencia de los gigantescos cúmulos por oriente y occidente agrandada y esclarecida con mis nuevos cristales de aumento. Mas, no podemos cambiar su rumbo. Ni el susurro del viento. Ni regular el lenguaje de las aves. Los pájaros interrumpen sus trinos entrado el verano con el cambio de sus plumas y el silencio se enseñorea de los bosques y los campos. Las puestas de sol persistían este mes en su nostálgica belleza. El resplandor de la luna se tornaba más pálido. Pero al día siguiente el sol se levantaba brillante y estimulante por levante anunciando la continuidad de la vida.
Algunos días y la mayoría. Las horas transcurren lentas y los días… suma de contradicciones. Como la vida misma. Conjunto de sombras y luces. De estas últimas dan testimonio “El Huerto”, bálsamo de esperanza y entretenimiento y “La Viña”, sanatorio de mente y cuerpo.

lunes, 28 de octubre de 2013

EL ALEMÁN NO ES DIFÍCIL

Repertorio de curiosidades, dichos y decires


La familia González-Herrero (y vástagos) influenciada por suerte y gracia del destino por la lengua y cultura germanas, muestra frecuentemente influencias y herencias de hábitos y costumbres, modismos y ocurrencias relacionados con el alemán y los alemanes. Compartimos experiencias inolvidables, durante nuestra estadía en las Germanias, con los españoles que huyeron en desbandada de la primera “gran crisis”, la masiva emigración del plan Ullastres de estabilización económica de hace medio siglo. El presente capítulo, por Antje sugerido y solicitado, va a ella dedicado como terapia. Con la ferviente esperanza de endulzar y acelerar su total recuperación postoperatoria. En él se ofrece una breve recapitulación de "teorías" lingüísticas, dichos y hechos, invenciones y creación de palabras y palabrejas, con el fin también de regocijar o refocijar, que diría Cervantes, a los hispanos germano-parlantes y a los afortunados alemanes conocedores del castellano.

Aconteció en los albores de la década de los sesenta del siglo pasado, cuando la Alemania del resurgimiento era el Dorado de trabajadores huéspedes españoles e italianos, ( traducción literal de Gastarbeiter… ¡qué finamente hilaban ya en aquel entonces los políticos alemanes!). A las oficinas de la Karitasverband de Frankfurt, donde voluntariamente cooperaba en algunas de mis tardes libres como asesor polivalente, acudía ese día uno de tantos compatriotas desorientados, quien, para más Inri, procedía de la universitaria ciudad del Tormes, según demostraría más tarde como genial gramático, siguiendo las huella de su inmortal paisano Antonio Nebrija.

A la consabida y obligatoria pregunta: -¿Qué tal te defiendes con el alemán?- contestó categóricamente y sin titubeos: -¡Muy bien! No tengo problemas. Porque, bien sabrá usted que todas las lenguas son iguales. Lo que pasa es que, como los humanos somos tan tontos, en cada país cambiamos el nombre de las cosas.

Ante mi colosal extrañeza, apaciguó mis dudas con los siguientes ejemplos aclaratorios y con el consejo ineludible de que “había que aguzar bien el oído”. Soy consciente de que no sabía escribir ninguno de los términos de su vocabulario alemán, ni jamás los había visto escritos, ni por supuesto lo de homonimia era chino para sus alcances. Pero hete aquí su razonamiento y sus conclusiones:


Acepciones no contempladas aún por la RAE.
“Ellos llaman Messer (cuchillo) a lo que nosotros llamamos mesa. Y a nuestro broche, ese artilugio, a veces de oro, que suelen lucir las mujeres en el pecho o la solapa, ellos lo llaman Brötchen (bollo o panecillo). Kutscher (cochero) es para nosotros la cuchara. Al maldito sello de la policía, que tantos quebraderos de cabeza nos origina, ellos lo apodan Stempel, que en realidad son nuestras estampas, y eso de que a la mantequilla (Butter en alemán) la apoden como a esas de la profesión más antigua de la humanidad, ¡clama al cielo!

En relación con la afamada mantequilla alemana no puedo pasar por alto una anécdota graciosísima relacionada con la andalucita Lola: nuestra Lola, “empleada del hogar”(tampoco los políticos españoles se quedan cortos a la hora de crear palabras) en casa de unos amigos alemanes, esperaba paciente su vez en la cola de una tienda de ultramarinos con la lista de recados de la señora en la mano. De repente, escandalizada, comienza a santiguarse al oír que su antecesora de fila llama “puta” a la dependienta de la tienda. Horrorizada, cuenta lo acaecido a su señora, quien la tranquiliza aclarándole que la clienta no insultaba a la vendedora, si no que simplemente le pedía mantequilla (Butter).

Sin entender de lingüísticas ni idiomas, ni apenas leer y escribir, aplicaba teoría similar a la de su paisano, otro consultante de Los Pizarrales salmantinos, quien indignado se presenta quejumbroso en el consultorio de Caritas, al recibir en su primera paga cantidad de marcos muy inferior a lo convenido. El pobre desconocía el término impuestos e ignoraba que, ya entonces, a los solteros en Alemania el fisco les retenía un 25%. Pero, mayor sería mi sorpresa al contestar él a la pregunta de ritual que dónde trabajaba, que lo hacía en la Ortiz. “¿Ortiz?" Extrañado contesté que en Frankfurt no existía empresa alguna con ese nombre español. "¿Y qué es lo que haces?” - insistí. “Echar betún (Beton en alemán) y mortero (Mörtel) en una carretera. Es una empresa muy grande”- puntualizó. Al fin logré deducir que, efectivamente trabajaba en Hochtief, una de las multinacionales de la construcción, en la que desde hace unos años figura como gran accionista el madridista Florentino Pérez.

Otro compatriota andaluz, también “trabajador invitado”, compartía opinión con el lingüista salmantino, y no comprendía como los alemanes podían ser tan torpes, pues no le entendían cuando él hablaba alemán. Su ejemplo era elocuente: me contaba que, cuando volvía en tren del trabajo de Frankfurt a Wiesbaden, pedía al revisor un billete a “vizbadén” y el tonto del controlador no le entendía. Sin comentarios.

Pero más ingeniosa y pragmática era la interpretación lingüística de un estudiante (?) español que vagabundeaba por la metrópoli del Main sin dar golpe, sableando cigarrillos, cervezas y Würstchen y viviendo del cuento. Practicaba tesis opuesta a la de los anteriores intérpretes: "Los alemanes son tan inteligentes que entienden perfectamente el español. Por tanto, yo no me esfuerzo por aprender el tedesco". Y demostraba su filosofía con hechos: “Yo entro en un restaurante –decía- y llamo al camarero “Joroba” y el “Herr Ober” acude solícito cual tierno corderillo. Me despido a la salida con un “aféitense” y con un leve cabezazo me responde cortésmente “Aufwiedersehen”.

En este muestrario anecdótico de la creatividad lingüística popular y del enrevesado artilugio de las lenguas tienen también cabida este bloguero y su distinguida esposa. Entre sus variopintas actividades en Alemania, figuraba el de traductores, intérpretes y locutores en el estudio radiofónico paraestatal Internationes. Yo grababa, traduciendo directamente al micro de un hermoso magnetófono Telefunken, los guiones que posteriormente ambos solíamos grabar en español en el estudio para ser enviados a emisoras de radio de España e Hispanoamérica. Palmira era la encargada de pasarlos a máquina en papel, que nos proporcionaban en el estudio. En cierta ocasión, a Palmira se le había agotado el material y fue al despacho del jefe a solicitarlo. –“ Herr Antes"- tal era su curioso apellido alemán. "Ich habe keine Matratzen”- “Du armes Kind” (pobrecita mi niña!) –respondió compasivo el jefe. “Und wo willst Du denn schlafen?" (¿y dónde vas a dormir?). Palmira había confundido Matratzen (colchón) con Matritzen (papel para fotocopiadora).

Al que esto redacta le costó Dios y ayuda la pronunciación de algunas palabras, por ejemplo el adverbio “ahora” (jetzt). En la última de mis estancias de soltero en Frankfurt, en mi círculo de amigos –Peter Fromm a la cabeza- se encontraba un turco. Como todos los orientales, con habilidad y destreza en el aprendizaje de lenguas. Pero, nuestro charrito de marras no sabía todavía que en alemán no te puedes comer ninguna consonante. Yo, sin embargo me limitaba en el caso del adverbio temporal a decir “yes”, a lo que el turco burlón me respondía “nein”.

Meteduras de pata también cometía el joven profesor recién instalado en Frankfurt, muy verde todavía en la lengua de Goethe. Un anochecer lluvioso viajando con su joven esposa en su primer flamante VW (Volkswagen) por una de las principales vías del centro de la ciudad, giró a la izquierda, de buenas a primeras, por una estrecha calle de dirección prohibida. No había transitado ni 20 metros cuando un tranvía que venía de frente y una pareja de tráfico con el brazo levantado, me echaron el alto. Furioso, uno de ellos soltó tal retahíla de ininteligibles improperios, que solamente le faltó echarme la mano al cuello. El angelito del emigrante no supo sino contestar con la locución aprendida tal vez la noche anterior:” Na, und...”. A punto estuvo de coger mi “escarabajo” y a sus ocupantes y estamparlos contra la pared. El idiomatismo alemán traducido más o menos libremente equivaldría al chulesco: "Bueno, ¿ y qué?” -“Verschwinde”(desaparece)-gritó. Y gesticulando la marcha atrás, con el tranvía ya esperando como testigo, me liberó compasivo del merecido multazo. Innumerables, y a cual más graciosas, serían también las anécdotas, historietas y chascarrillos almacenados en nuestro bregar con nuestros alumnos de español y amigos hispanoparlantes.

Pero para no convertir el capítulo en interminable y peligroso ladrillo, nos despedimos de nuestros lectores varones con un aféitense y de todos ustedes con el consabido Aufwiedersehen.

viernes, 21 de junio de 2013

EL RÍO DE MI VIDA (I)

(Historias que pasaron en el Río que no pasa)


Un Barbo entra en el Guinnes de capturas históricas

Dedicado a mi primo Antonio Pedraz, a quien siempre recordaré con cariño, con quien compartí infancia y adolescencia en nuestras aventuras veraniegas de Zarapicos en casa de los abuelitos y jubilación entre viñedos y jardines de Palacios y Santiz, disfrute de paelladas y barbacoas a la sombra de copudos pinos, de cerezos, higueras o nogales, siempre acompañados de la numerosa y amorosa familia.

Aún continúa soltando coletazos en mi retina. Sintiendo sigo todavía la insospechada mansura de sus lomos en mis manos. Y a través de la magia de la memoria, alientan vivas en el recuerdo las circunstancias y pormenores de tan monumental captura.

¡El barbo más grande en mi aventurera historia pescadora! Gris oscuro el lomo. Amarillenta-blanquecina su enorme panza. Criado en las oscuras, profundas y frías aguas de un recodo del Tormes charro. Con los primeros frescores del otoño, dejaba su hábitat de los abismos, para ir a solearse en las templadas aguas de la orilla. En zona poco frecuentada por pescadores con red y barca. Tampoco era éste mi habitual territorio de pesca. Pero esa tarde, fresca, como era ya habitual a principios de septiembre, cuando las sombras de los chopos comienzan a alargarse, con mi primo Antonio Pedraz de acompañante - principiante en la materia - partíamos de la casa de los abuelitos de Zarapicos a la finca de Santibáñez a disfrutar de la aventura del baño y de la pesca.

Como me conocía de memoria una extensa parcela de las riberas de “mi” río, elegí, sopesando circunstancias temporales y espaciales, una minúscula playita de aguas remansadas y superficiales, cubiertas de espesa capa de ovas. Las escasas clareras aparecían pobladas por infinidad de minúsculas sardas, crías y larvas, que jugueteaban disfrutando a la luz del sol. Por la cuerda se saca el caldero, pensó el avezado pescadorzuelo.

La luz, la temperatura, la hora y las primeras “redadas” auguraban una maravillosa tarde de pesca. En el “fardel”, sucedáneo de costera o mochila, coleteaban ya las primeras piezas pequeñas.

De repente… en una de mis brazadas, tropiezo con un inesperado sorprendente obstáculo.¿Quién lo iba a esperar? ¡Era un colosal barbo! Nunca mi imaginación había soñado con tan preciada presa. Pero aún no había caído en mis redes. La experiencia me dictaba que había que actuar con tanta cautela como pericia.

"Antonio no te muevas".

Antonio permanecía hierático e inmóvil cual estatua pétrea ajeno a la causa del mandato. Por unos instantes me sentí como el “viejo pescador” de Hemingway. Era consciente de que si mi golpe de atrape con las dos manos no era certero, al primer coletazo desaparecería, dejándome con dos palmos de narices. Suavemente fui deslizando mis manos hacia las agallas, su punto vulnerable.

"Antonio, échame una mano".

Y Antonio bailoteaba y revoloteaba a mi alrededor sin entender palabra de la misteriosa súplica, sin saber dónde poner las manos. Instintivamente hinqué mi rodilla derecha en la resbaladiza naturaleza del cetáceo y, apresándolo con ambas manos, salí disparado hacia la arena. Con nuestro trofeo en alto, Antonio y yo, discípulo y maestro, nos sentíamos más felices que Contador recibiendo la copa del Tour en los Eliseos.



Solamente faltó el fotógrafo de turno para inmortalizar la hazaña piscícola más sobresaliente de mi peculiar carrera de “pescapeces a mano”. Afortunadamente, esta carencia queda suplida con creces por mi pintora favorita.

Los autores de tal heroicidad suspendieron automáticamente su labor y volaron más que corrieron a proclamar a cuatro vientos la noticia y a presumir de su fazaña por las calles del pueblo. Viva y multicolor pervive la estampa del dúo triunfador Antonio-Manolo, saltando alborozados pregonando, con el trofeo en alto, la victoria del siglo. Cómo, cuándo y dónde acabó sus días nuestra mansa y sumisa criaturita no consta en los anales de mi memoria. Sí recuerdo con orgullo y regocijo que vendimos nuestra mercancía, para sacar unas perrillas, a vecinas y amigas de nuestra abuelita.

También doy fe de que un servidor no le clavó el diente. Y ya que hace al caso, aprovecho la ocasión para hacer pública una de mis humanas flaquezas y rarezas: ¡Siempre antepuse el cultivo del tomate a su degustación, y siempre disfruté más pescando que saboreando lo pescado!

*NOTA: "Uno no muere mientras le recuerden". Siempre te recordaremos todos.

domingo, 9 de junio de 2013

RETROSPECTIVAS ALEMANAS VI

Frankfurt, campo de operaciones y entrenamiento


H-ojeando – con hache y sin ella- los álbumes de Alemania, en las sombras y silencios de la senectud, remansan en blanco y negro decenas y centenas de fotografías de nuestra primera cámara fotográfica (una Voigtländer). Tiernas y enternecedoras fotos del nacimiento, primeros pasos y primeros juegos de nuestras primeras hijas. Inmortales e imborrables momentos, gestos y acciones, lugares y personas -¡ hasta personajes!- que configuraron el ciclo más trascendental de nuestra profesión y de nuestras vidas.

El muchacho para todo, ya nuevo inquilino frankfurtense, hizo bueno el dicho popular: "Aprendiz de mucho maestro de nada."

A la vista del cuadro de actividades reflejado en el capítulo anterior, relatar el sinfín de anécdotas y curiosidades profesionales almacenadas en los años de prueba y aprendizaje en Alemania exigirían riachuelos de tinta. Es tal el cúmulo de sensaciones, que me encuentro perdido en el recuerdo. Me bailan nombres y lugares, me desamparan palabras, personas y personajes. Sin pensarlo ni buscarlo, Frankfurt se convirtió, de la noche a la mañana, en vivero de amistades y contactos con los que nunca soñó aquel maestro de aldea.

Especial recordatorio y agradecimiento merece la DIAG (Deutsch Ibero-Amerikanische Gesellschaft), culpable de tan fulminante ascenso social y cuna de relaciones interlinguísticas de todo tipo. Comenzando como profesor-organizador de cursos de español y actividades culturales (charlas, coloquios, presentaciones, entrevistas etc.)
El bloguero en una de sus charlas 
 
ascendí a profesor particular de élite, intérprete y traductor de personajes y directivos de toda índole. De emigrante de a pie ascendía rápidamente a emigrante de primera: con coche, teléfono y pisito amueblado en Paul Ehrlichstrasse, antigua zona residencial en la margen izquierda del Main. Y hasta con el lujazo de niñera (Haustochter) una de las cuales, la insuperable Cele, continúa en fiel amistad inseparable y en afectuoso recuerdo imborrable para nuestras hijas.

Profesor particular de élite


A la cabeza de este alumnado jet destaca el Dr. Pirkham, director general del Deutsche Bank, austriaco de refinada cortesía y ejemplar sencillez y afabilidad. Dado elegantísimo español, las clases consistían en amena conversación sobre lo divino y lo humano. El contacto persistió en Madrid donde se jubiló como director para España del Deutsche Bank. Merced a su intervención y a sus relaciones en el mundo de la banca y la diplomacia aparecieron otros alumnos de rango y alcurnia, por ejemplo: Herr von Ambró, director general de la Banca Internationale del Lavoro y de nobiliaria ascendencia austro-húngara. Persona seria, distante y cultísima, versado en historia universal. Las dos horas semanales en su despacho se basan fundamentalemnte en la lectura en voz alta de capítulos escogidos de la Historia de España de Modesto Lafuente, terreno en el que el inocente parvulillo lector se encontraba con frecuencia perdido y avergonzado. Inolvidable la seriedad con que me recibió una mañana, rogándome la suspensión de la clase. Acababa de recibir la noticia de que las tropas y tanques soviéticos ocupaban las calles de Praga, capital donde residía parte de su familia.

De diferente personalidad era Freiherr von Lobkowitz, director del Dredsner Bank en la central de Frankfurt, discípulo con destacado título, nevado bigote a lo Kaiser y de ascendencia imperial.

Sobresaliente merece en esta recapitulación el joven Dr. Joachim Lange, director de la radio y televisión de Hessen y su agraciada y atenta esposa. Cultísimos, refinados y aplicados seguían a rajatabla el método Berlitz y disfrutaban chapurreando la lengua de Cervantes, acompañados siempre de una cerveza o un vaso de bon vino del Rhin.

Del mundo de la diplomacia recuerdo la rubita y joven esposa del cónsul belga en Frankurt, pero ante todo, y sobre todos en esta parcela, el matrimonio Dettmer, él, cónsul de Guatemala e hijo de un exalcalde de Frankfurt y su mujer, heredera de la popular empresa de cosméticos Mouson Labendel mit der Postkusche. Como muestra de agradecimiento y de amistad destaca la invitación-despedida en su casa de caza en el Taunus. Un cuadro del Postkusche sigue adornando una de las paredes de nuestra casa. La amistad pervivió durante varios años, testimoniada con un encuentro último en Madrid.

Las que perduran y persisten, también y todavía, son unas corbatas – actualizadas y revividas por las veleidades de la moda - y una preciosa manta de Trevira, pionera marca en la revolución industrial textil, invención de Farbwerke Hoechst, obsequio de uno de los directores, alumno futbolero, fan del Eintracht Frankfurt, con quien tuve el honor de ver el primer encuentro de futbol televisado: la final de de la liga europea en Glasgow Eintracht- Real Madrid. Para desdicha y desconsuelo de mi anfitrión ganó el Madrid 6-3.

También de dulce recuerdo, aunque solo fuera por las riquísimas tabletas de exquisito chocolate con que me obsequiaba frecuentemente, fue el contacto profesoral con un director de Sarotti, afamada marca suiza de chocolates. Hasta el nombre y el lugar de ubicación de su acogedor chalet a 20 km de Frankfurt han desaparecido de la trastienda de la memoria histórica. No así el susto de muerte en uno de los regresos a casa una gélida, brumosa y nevada noche de invierno. Conduciendo a paso de tortuga, con el VW en primera, pude esquivar con instintivo frenazo la repentina aparición, a un palmo de mis narices, de un espectro en el centro de la carretera comarcal. El fantasmagórico peatón desapareció como por arte de magia en la oscuridad de la noche, con el pobre Manolo estático, mudo y pálido de muerte y el bravo Volskwagen con una de sus ruedas a un palmo de la cuneta.

Profesor integral en la DIAG y en la Handelsschule de Farbwerke Hoechst


La eventualidad e inestabilidad de este alumnado de élite financiera estaban aliviadas con la seguridad contractual e indefinida en los cursos diarios nocturnos en la DIAG y las clases de español en la escuela de comercio particular de Farbwerke.

La relación y listado de alumnos - amigos que pasaron por los cursos de la DIAG y por nuestra academia casera, tanto de Palmira como propios - haría interminable y soporífero el listado. Consciente además de que, las cosas sencillas son las más difíciles de describir, dedicaré solamente un breve espacio a la Farbwerke y a su escuela de formación profesional por la trascendencia y repercusión de mi amistad, aunque distante siempre acogedora y auténtica, con su director Herr Hóder ( el acento es libertad fonética para evitar malévolas analogías con el español). Entre los numerosos favores destaca por su trascendencia la consecución de nuestra última y definitiva vivienda en Alemania: un adosado en Unterliederbach, Ludwig Henslerstrasse 28, entonces novedosa construcción unifamiliar. Con la llegada de Blancaluz el reducido pisito de Frankfurt resultaba muy estrecho para seis personas. La búsqueda, sin intervención de inmobiliarias, de un hogar apropiado rayaba en la utopía. En un par de ocasiones, cuando soñábamos con tener ya el pájaro en la mano, la ilusión se desvanecía al averiguar el arrendatario que se trataba de familia con tres hijos, rompiendo el acuerdo con un lacónico “kommt nicht in Frage”(¡ ni hablar!).

Un día se nos apareció la virgen de Lourdes, en la persona de Herr Hoder. Un conocido de su empresa alquilaba un adosado a estrenar en una urbanización de las cercanías. En esta ocasión la respuesta telefónica a nuestra consabida muletilla -“ tenemos tres hijas”-,pareció llegada del cielo:- "No importa. Natural, Si no para qué iba usted a querer un adosado?"

Anecdotario aparte, no puedo pasar por alto la trascendencia de nuestra proximidad real y profesional con FWH y el director de su escuela comercial.
El bloguero de intérprete en Hoechst
Gracias a su intervención Hoechst fue campo abonado de operaciones y aprendizaje. A tal grado ascendió nuestra relación que, en cierta ocasión, hice de intérprete y traductor en una entrevista con el Director General de la famosa multinacional.

A él continúo agradeciendo el primer doblaje al español de un cortometraje publicitario en unos estudios de Marburg. También él fue promotor de mi futurible ascenso a la dirección del departamento de traductores. Sin embargo la cláusula obligatoria de solicitud de la nacionalidad alemana me sirvió de disculpa piadosa y coartada de renuncia y justificación para nuestro retorno a las España.

Pero corramos ya el telón y pongamos punto final a este capítulo que irá seguido en breve de otro que nos hablará del intérprete, traductor, editor y corresponsal.

martes, 21 de mayo de 2013

ALEMANIA, PUERTAS ABIERTAS

Caminando hacia el futuro en Frankfurt am Main


Amanecía en el Frankfurt de segunda postguerra mundial. Alboreaba en la recién nacida RFA (República Federal Alemana). El primer y anciano canciller Conrad Adenauer asentaba la primera piedra de la democracia germana y Ludwig Erhardt, el ilustre artífice del “milagro económico alemán”, ponía en marcha el cacareado “Wohlstand” (bienestar), aspiración y promesa de los políticos mundiales.

Primera navidad en solitario
La pareja fundadora-protagonista de estas semblanzas llegaba a Frankfurt tan fresca y despacito como aparece cada día la aurora mañanera. Como la tímida y madrugadora golondrina, heraldo de primaveras, buscando cobijo donde albergarse. Llegábamos a Frankfurt, estación central del corazón de Europa donde tropeles de emigrantes del suroeste de Europa descendían de los trenes de París seducidos por el boyante mercado germano. Algunos, con permiso de trabajo, la mayoría con los papeles incompletos y desordenados. Desnortados muchos, y cerradas las puertas de salida para la inmensa mayoría.

Muy pocos, los afortunados escogidos, llegábamos a Frankfurt , con visados en regla y sus puertas abiertas, como "profesor ayudante"  de español. Y comenzamos a andar. Y a callejear. Y nos asentamos en una habitación con derecho a cocina, exceptuados fines de semana y festivos. Y sin darnos cuenta, sin planos ni proyectos, nos lanzamos a soñar. A trabajar enseñando y crecer aprendiendo. Al socaire de ilusiones y esperanzas. Abrigados siempre por nuevas amistades y numerosos conocimientos. Esforzándonos por dejar poso en cada paso.

Antes del año se nos sumó Antje, nuestra primera hija. Su nombre empieza por A porque así lo aconsejaban los cánones de uno de los primeros amigos alemanes. Rápidamente, apenas un año después, escandalizados próximos y lejanos, se nos agregó Emma, también nombre germano. Al menos según la fonética (pronúnciese con una sola consonante), y justificado porque la vocal E sigue a la A. Pero, sustituyendo el Main por el Tormes, se fue a nacer en Salamanca para que su mamá estrenase el primer vuelo en un bimotor de Lufthansa.

Felices con nuestras dos primeras
Y también sin pensarlo, y sin planificarlo, una gélida, pero hermosísima, radiante y nevada noche de enero, con la luna más bella del año como testigo en el cenit, llegó Blancaluz – su nombre no precisa comentario- haciendo bueno el dicho alemán :"Alle gute Dinge sind drei"  (todas las buenas cosas son tres).

"Insieme" con Palmira, italianismo insuperable de una de sus primeras y fieles alumnas, avanzábamos en la siembra mejorando la cosecha, enseñando español y aprendiendo alemán: en casa (academia privada) y en la universidad (cursos para extranjeros). Sustituyendo el tranvía por el popular escarabajo (VW), transcurrido un par de años, Frankfurt capital, barriadas y cercanías me eran tan familiares y conocidas como la provinciana Salamanca.

El "asistente" de español, merced a la buena hoja de servicios y a buenas relaciones en el Kultusministerium de Hessen en Wiesbaden, consiguió varias renovaciones del contrato anual ascendiendo, ¡atención al titulazo!, a "Nebenamtlichelehrkraft" (profesor adjunto o semioficial secundario), desfilando por los Institutos de Enseñanza Secundaria de Frankfurt, donde el español era lengua optativa. Gratísimo recuerdo en forma de libro, dedicado y firmado, conservo de los alumnos del Goethe y de las alumnas del Bettina, y de las alumnas/os de la Ziehen y Leibniz-Schule. En ésta última y en la Bachschule (academia de lenguas), internado de lujo para señoritas en el Taunus, me sucedió y relevó el querido e insuperable Onkel Pepe, el mejor relevo y más fiel amigo del mundo.

Mas, la docencia fue una minúscula parcela en mi historial profesional frankfurtense. Siguiendo derroteros y vericuetos impensables, este correcaminos, "muchacho para todo", acabó aterrizando cual pequeño burgués, producto del "Wohlstand" alemán, en una ajardinada urbanización de adosados de Unterliederbach, con vistas al Taunus y en las inmediaciones de la autovía de Wiesbaden.

La vecindad nos acogió con simpatía y cordialidad. Superadas la sorpresa y reticencias iniciales -  cómo un emigrante, ¡¿podía permitirse ese lujazo residencial?! - remataron nuestra estancia en Alemania en una entrañable e inolvidable demostración de tristeza, la víspera de nuestro retorno definitivo a España.

Sonrían, por favor
Prueba elocuente es la foto adjunta y la amistad que Antje mantiene con una de sus amigas de cole y juegos, Cornelia. Regresábamos considerados, liberados y entrenados. Entrenamiento marcado por una serie de actividades liberales, todas ellas emparentadas, fruto del estudio y docencia de las lenguas, historia y cultura alemana y española.

En capítulos sucesivos desvelaré, aunque desordenadas y semiperdidas en el recuerdo, vivencias y aventuras profesionales de nuestra estancia en Frankfurt. Me limitaré a relatar algunas de mis experiencias y peripecias como profesor de español de élite (banqueros, políticos y diplomáticos). Traductor e intérprete privado de empresarios e ilustres directivos de multinacionales alemanas, españolas e hispano-americanas. Amén de todo tipo de ensayos y experimentos (I&D) como escritor, editor, periodista-corresponsal, charlista-presentador, locutor de radio con Palmira y Peter Fromm, peruanos y argentinos, asistente social, voluntario con inmigrantes, cofundador y subdirector del Centro Español en Frankfurt, etc.etc. Más, en el próximo capítulo.

lunes, 29 de abril de 2013

LA CONQUISTA de G E R M A N I A

 La Trama de la Vida, Alemania aval de una existencia


Nota preliminar: El lector que busque coherencia o concordancia en nuestro blog, lea con anterioridad al presente capítulo -si no lo ha hecho hasta ahora- los apartados relacionados con Alemania: Alemania en el Horizonte, Boda de miel y Frankfurt über Alles.

Der Römer (foto http://www.frankfurt.de)
Al curso de verano en Heidelberg y a la breve estancia en la AEG de Frankfurt siguió continuadamente, un largo periplo de varios años en la ciudad de Goethe, la etapa quizás más apasionante y atractiva, más decisiva, determinante y trascendental en mi vida. Frankfurt, además de plataforma profesional sirvió de incentivo y promoción, ampliación de horizontes y referencia obligada. Alemania es sinónimo de aptitudes y normas, rumbo y recuerdo de una pacífica batalla de sobrevivencia.

Los intrépidos navegantes Palmira-Manolo, curtidos por la experiencia y vivencias insólitas e inesperadas, cargados de recuerdos, amistades y enseñanzas, y acompañados ya de sus tres hijas mayores, aquella pareja de novios aventureros que aterrizaba en Frankfurt con poco más que lo puesto, retornaba tras años a Algorta y Deusto con el maletero de un Opel Record atiborrado de novedosos enseres domésticos alemanes, con la fuerza y energías de un pasado provechoso y aprovechado: el novato Licenciado regresaba Doctor.

La lejana Alemania, entonces todavía dividida, continúa aún irradiando nostálgica atracción.

Revivir con palabras escritas algunos de los episodios más significativos y memorables de aquella década en el extranjero es el objetivo de nuestra serie sobre Alemania. Transmitir las semblanzas de unos años y lugares, y de un mundo en las antípodas del rural y provinciano charro de nuestra juventud, es tarea difícil aunque gratificante.

Ante tan ingente distancia en el tiempo y en el espacio, hasta el dominio de la lengua, la historia y la cultura, nombres y lugares van inexorablemente languideciendo y eclipsándose en mi memoria. Pero todavía hoy, transcurrido medio largo siglo, Alemania, sus pueblos, ciudades y gentes, sus paisajes, personas y personajes continúan apareciéndose en sueños y realidades.

Para el anciano bloguero “romántico” Frankfurt con su Main, el Römer y la Hauptwache, su catedral y su Internationale Messe, el Taunus con su Feldberg y la Bachschule con el Onkel y la Tante Lola inmortalizándolos, las calles y barriadas: Unterlindau- y Paul Ehrlichstrasse (1ª y 2ª vivienda, ésta última agrandada, animada y alborozada con la llegada e incorporación de las hijas) Hoechst-Unterliederbach y su Ludwig Henslerstr., nuestra última residencia, adosado ajardinado y todo (v. foto en cap. Jardinero de familia), y numerosísimos etcéteras son mucho más que lejanos paisajes y recuerdos de la década más trascendental en la vida de una familia.

MAPA: Caída del Imperio Romano
No fue conquista, ni mucho menos, como pregona el enunciado del capítulo. A Germania solamente la conquistaron los hunos (V. mapa adjunto). Alemania no fue conquista para mí y mi familia. Fue aprendizaje y descubrimiento. Descubrir es vivir y aprender. Aprendimos a ser río marchando siempre hacia adelante. Descubrimos otra cultura y otra lengua. Conocimos otras gentes. Otros modos y modelos de vivir y convivir. Asimilamos valores valiosos, desconocidos, que pusimos en práctica y continuamos practicando. Aprendimos a conocer y amar la naturaleza y los animales. Lastimosa y vergonzante fue mi primera experiencia en este terreno. Una anécdota lo confirma:


Entre las primeras amistades en mi llegada a Frankfurt, todavía soltero, figuraba la del director de la oficina de turismo (Die Deutsche Zentrale für Fremdenverkehr), un tal Herr Möhring, personaje entrañable y cercano, pero tedesco integral. Solía invitarme a la mesa algunos fines de semana y a pasear por el Frankfurter Wald (el bosque de Frankfurt), acompañados de sus hijos. En su afán didáctico de practicar y aprender español y botánica, a cada dos por tres me torturaba con la muletilla “Wie heisst das?” (¿cómo se llama esto?). ¡Cielo santo! Para el españolito -uno más de tantos- interesado y conocedor de poco más que chopos y encinares, amapolas y malvas, todas las coníferas eran pinos y toda la floración rosas o flores. Avergonzado empecé desde entonces a interesarme, conocer y enamorarme de ese maravilloso don de la naturaleza que apodamos flora.

Copiamos también el afán viajero de los alemanes: viajar es también vivir y aprender. “El viajar ensancha la mente”, como escribió mi apreciado Octavio Paz y coincidiendo con Séneca en que la vida es “un viaje y una búsqueda”. Alemania nos abrió sus puertas de par en par.Nuestro afán no fue labrar fortuna -aunque retornamos con un pisito en Salamanca- sino ganar amistades y contactos, ensanchar y ampliar horizontes y achicar barreras. Los Pirineos se hicieron expugnables. Y nos adentramos en Europa por Irún, Roncesvalles, Canfranc o Portbou, y a Alemania por Saarbrücken o Estrasburgo.

Aprendimos y copiamos tradiciones que conservamos vivas en festejos y celebraciones familiares : La "Weihnacht" (Navidad) y los regalos del "Christkind". La "Adventskranz" (corona de adviento), y la casera "Stollen" preludiando la llegada de los imperdonables "Lebkuchen" de Nürnberg, facilitados en el sur de Europa en muchos supermercados. La "Osterhase" (liebre de pascua) era esperada con la misma ilusión que el ratoncito Pérez por los pequeños de la familia el domingo de Pascua por la mañana. Enternecedora y gozosa la tierna escena de los pequeños/as buscando los "Ostereier" (huevos de pascua) escondidos por los mayores en la hierba y arbustos del jardín o entorno de la casa.

En las prácticas reposteriles alemanas, son avezadas maestras Palmira, nuestras hijas y alguna de nuestras nietas. Los "Kuchen" y "Torten" alemanes caseros no pueden faltar en nuestras sobremesas. Y el potpourri de germanismos y muletillas alemanas son la sal y pimienta en algunos de nuestros saludos, dichos y proverbios.

Ejemplos perdurables: Gute Nacht, Vielen Dank, Danke schön, Bitte schön, Wie schön, Wiedersehen, Mein lieber Mann, Alles Gute, Tschüss, Lecker y "Leckerisimo". Und so weiter, etc., etc.

Sin pensarlo, ni casi buscarlo, alcanzamos la categoría de bilingües y Alemania acabó convertida en nuestra "zweite Heimat" (segunda patria) y retornamos a la madre patria regocijados, fortalecidos y promocionados. Con una vasta experiencia y un aprendizaje, que requerirán algunos capítulos más.

jueves, 4 de abril de 2013

MIS AUTORES FAVORITOS III:


Gabriel Miró-Juan Rulfo: Obras son amores


La cortesía de los libros permite disfrutar de la belleza del Arte de la Palabra a todas las horas del día, en todas las estaciones del año y en todas las edades y vicisitudes de la vida. Y el don de la memoria y la fantasía es premio que nos faculta para simultanear presente y pasado. Muestra de todo ello es el disfrute anual de una lectura obligatoria, cuando las mimosas, prímulas y prunos preludian la primavera y llega la pascua florida, aunque este año haya sido marzal y lluviosa.

Todos los años por estas fechas me acompaña la lectura de algunos capítulos del arrinconado novelista alicantino Gabriel Miró con sus “Figuras de la pasión”, siguiendo escrupulosamente, desde mi época estudiantil, recomendaciones agradecidas de Fernando Lázaro Carreter, ilustre profesor y maestro de Crítica literaria.

No se trata de una historia novelada o de una apología o panegírico del histórico acontecimiento, como el título induce a conjeturar, sino de un homenaje lírico a las mujeres de Jerusalén y a las tres Marías bíblicas, sobresaliendo por su belleza el dedicado a María Magdalena - y concretamente de un testimonio de amor filial del autor a la madre, a quien el novelista, agnóstico confeso, honra con la escueta dedicatoria del libro: “A mi madre, quien me ha contado muchas veces la pasión del Señor”.

“Levantaron las mujeres sus ojos al azul de la tarde y prorrumpieron en palabras de júbilo y bendiciones al Señor. Muy alto, entre Cafarnaum y Bethsaida, venia el gracioso triángulo de una bandada de grullas. Doce aves vio María Salomé… La madre de la mujer de Kefa sonrió descreídamente porque sabía que su Simón guardaba la promesa de las llaves del Reino de los Cielos. Pero pronto olvidaron sus querellas para recibir devotamente el anuncio de la llegada del Maestro y los suyos. El Señor les enviaba su mensaje con las aves del cielo porque todas las criaturas le pertenecían.

Y cuando bajaron los ojos a la tierra se les apareció un caminante entre las barcas derribadas sobre la frescura del herbazal.”

Este testimonio, y circunstancias fantasiosas, me llevaron a emparentar a Gabriel Miró con otro de mis devotos y admirados autores, el mexicano Juan Rulfo, quien no precisa presentación, pero de quien vale la pena degustar y recordar el comienzo de su Pedro Páramo, en el que la figura de la madre ocupa el maravilloso pórtico de la novela:

"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo: “no dejes de ir a visitarlo – me recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte”. Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría…

Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta ahora pronto cuando comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre." 
Escribía Oscar Wilde: “ No es necesario tomarse toda la botella para saber a calidad del vino”. Pues para que nuestros lectores corroboren la sentencia de Oscar Wilde y agradezcamos también a Gabriel Miró, como muestra de mi devoción y admiración, la inclusión en unas Memorias del principio de su mencionada novela.


Nota suplicatoria:
A los lectores inquietos, inteligentes y atrevidos que deseen incorporarse al círculo de amigos y defensores del dúo Rulfo - Miró les recomiendo acercarse con lenta lectura preventiva al “Llano en llamas” de Rulfo (http://www.apaduques.es/Juan-Rulfo_Llano-en-llamas(1).pdf) y a saborear las agridulces "Cerezas del cementerio” de Miró, auténticas exquisiteces y delicias literarias.