sábado, 4 de noviembre de 2023

Sueño de un Amante de las Uvas

 

 La nueva generación de vendimiadoras
Ilustración de Patricia Alemany Glez
Parodiando a Ferenc Máté, pluma amante del “bon vino”, (vide “Un viñedo en la Toscana”), con quien me siento emparentado -aunque con gustos  diferentes- pues, mientras su sueño es el “vino propio” - el mío lo son “mis propias y ricas uvas”: las uvas  de La Bandera d
e Palacios del Arzobispo (Salamanca). Y aunque los caminos a los viñedos propios, -¡plantados ambos por las propias manos!- sean diferentes, similar es el idilio natural entre hombre y naturaleza que los latinos calificaban de “locus aemenus”.

Pero mientras el enamoramiento del novelista húngaro y el de su esposa comenzó en su madurez, el de este bloguero abarca toda su existencia. Pues, ya en su infancia este rapazuelo, “espantapájaros” de profesión y de devoción, disfrutaba como un enano defendiendo, a gritos y aspavientos de las enormes bandadas de estorninos -arrasaviñedos-  las uvitas de la viña modélica de su padre Benjamín en el entorno íidílico vitivinícola del Zarapicos, hoy desértica panorámica, plaga de las placas solares. ¡Huelga la entristecedora alusión!

Pasemos página a la viñita de hoy, a la viña de “La Bandera” en Palacios del Arzobispo (Salamanca), herencia familiar de Palmira. Y aunque la extensión de la finquita no sea comparable a la gigantesca italiana de F. Maté, pues no asciende a la hectárea su extensión -y la de la viñita no sobrepase la mitad de la parcela- antaño huerta, prado, frutales, charca, etc., etc., lamentable y parcialmente descuidada hoy y cercada por fincas colindantes abandonadas, pasto hoy de la maleza: salvada por el altozano de poniente, por la viñita -ejemplarmente cultivada por el trío de “viticultores amigos” Luis, Claudio y Juan Calles.

Hoy La Bandera Viña es sinónimo de Uvas, Vino, Bodega, Vendimia, Reunión familiar en pleno con allegados, familiares e invitados -procedentes de Majadahonda, Guadalajara, Vizcaya, etc.: compañía y ayuda insustituibles de Regalados, procedentes de Bilbao y de la Calvarrasa salmantina.

Vendimia es también tradición de Cocido madrileño familiar, hasta el pasado año obra y arte de la cocinera Emma en su cocina del pueblo. Dignamente sustituida hogaño por el cocinero Sergio, versado en estas lides.

¡Ah! Y hablando de banquetes y celebraciones culinarias de Vendimia no podemos silenciar el reconfortante, idílico y tradicional  Aperitivo en la plataforma de la caseta -coronación de la tarea recolectiva y premio tradicional a los exhaustos vendimiadores de hogaño.

Pues Bandera y Viña forman cuarteto con Caseta y Pozo de abundantes y cristalinas aguas y nuevo y flamante brocal. Fuente de riego antaño, hoy plataforma con sólidos asientos, solidas piedras de cantería, obra y arte de los actuales jóvenes  propietarios, refectorio para el merecido aperitivo postvendimia y la obligatoria  merienda campestre veraniega a la sombra del gigantesco roble y en compañía del humilde membrillero.

Y pasando de lo positivo y culinario a lo romántico, a lo atmosférico: Bandera, pozo, plataforma, etc., etc., significa también Atardeceres y Puestas de sol veraniegas de belleza insuperable: el sol estival ocultándose tras el verde viñedo modélico de los amigos Calles (Luis, Claudio y Juan) espectáculo sin igual, cumplidores a rajatabla del proverbio popular “Escarba a su tiempo, poda en su día, azufra por San Juan y vendimia por San Miguel, y en vez de cinco recogerás diez”.

Las vendimiadoras y vendimiadores de hogaño de La Bandera han cumplido a rajatabla el cuarto mandamiento del viticultor. Es más… la vendimia de la Bandera 2023 pasará a la Historia como Vendimia histórica, pues de reseñar es la incorporación a las vendimiadoras de una nueva generación: nuestra bisnieta Amelia, dos añitos y medio, ¡vendimiando como una profesional! “El viejo pone la viña y otras generaciones la vendimian”.

Digna de reseñar es también la jubilación definitiva  del senior de la cuadrrilla -el Opa Manolo- alma, corazón y vida de La Viña la Bandera ¡durante largo medio siglo! Si bien no ha renunciado oficialmente al cargo, pues a través del móvil y el teléfono continúa “participando y disfrutando activamente”, recibiendo bella y abundante información  fotográfica de todo tipo y el regalo de una gran caja de malvasía -con algún racimito de moscatel y verdejo, y un “paar” -en alemán varios- de dulcísima negrita- ¡delicia insuperable para el desayuno del Opa!

Para los herederos y cuidadores de la Bandera está casi terminado un mapa y a medio hacer un manual de La Bandera, en la que figurarán todas las variedades de uva plantadas en la viña desde que el abuelito de Palmira plantara las primeras, hasta las últimas que hemos ido sustituyendo a lo largo de los años, para que no se pierda esa información tan valiosa e interesante. La Viña La Bandera es un muestrario de nada menos que 20 especies distintas de uvas. Ahí queda eso…

lunes, 2 de octubre de 2023

Al son de la Gaita y el Tamboril

"A cantar me ganarás
pero no a saber cantares,
que tengo un arca llena
y siete costales."

"La ciudad que te vio
por vez primera
el tambor de tu pueblo te repite."

"El día que tú naciste
nacieron todas las flores,
en la pila del bautismo
cantaron los ruiseñores."

Parodiando a mi adorado maestro Miguel Delibes en su primera gran novela La sombra del ciprés es alargada , "yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas, y creo que el silencio y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada más nacer…”, yo nací en un minúsculo y pobre pueblecito salmantino y entre los recuerdos más vivos y entrañables de mi niñez y adolescencia, que se metieron e mi alma nada más nacer, figuran los de la música popular: coplas y cantares populares, canciones de siempre, letras y melodías cantadas de generación en generación. Impresos en mi cerebro y guardados cuidadosamente en mi repertorio musical figuran los ecos alegres y festivos, primitivos y populares: coplas del castizo tamboril y de las populares  flauta o gaita castellanas en bailes y festejos de toda índole.

Fiestas de Carrascal en septiembre de 2016
De mi infancia, de la adolescencia y primera juventud, del gusto romántico por lo popular, la música capitaneaba primacía en rondas y verbenas, bodas y romerías y  celebraciones populares y familiares de todo tipo. Cual oro en paño en el archivo de mi memoria figuran canciones populares -principalmente castellanas- editadas (por citar algunos ejemplos) en varios tomos por Everest. Música que llegaba a nuestros oídos a través de la flauta y el tamboril en aquellos tiempos, casi seculares, en los que la luz eléctrica (y por tanto ni radio ni televisión) habían aparecido en los apartados poblados castellano-leoneses, perdidos e incomunicados por tierra, mar y aire. 

De la   niñez perviven vivas todavía en mi memoria las canciones patrioteriles cantadas diaria y obligatoriamente al final de la jornada escolar en todas las escuelas nacionales en aquellos "años triunfales” del incipiente franquismo: El ¡Viva España!, sustituido algunas tardes por el himno, igualmente oficializado, ¡Cara al sol! (Confieso “orgulloso” que aquel entusiasta cantor infantil ni presumió, ni vistió jamás la célebre “nueva camisa azul”).


Muchos fueron además -¡y continúan siéndolo- los factores y festejos causantes, a los que me siento vinculado como autor del presente capítulo. De resaltar fue -y continúa siéndolo- durante las anuales festivas y populares ferias septembrinas salmantinas el día del tamborilero en Salamanca. Tradición anual charra. Durante los festejos septembrinos las calles principales de la ciudad vibraban y bailaban al son de las flautas y tamboriles charros. 

La música popular es la que mejor refleja el espíritu rural tradicional. Música hoy bastante relegada y arrinconada en las fiestas populares por las ensordecedoras y monumentales orquestas en voga.  

Pero resucitada -¡y revivida!- en otros actos, como lo fue en el histórico Palacio del Infante Don Luis de Boadilla del Monte  el domingo 4 de junio a las 12:30 de la mañana: al son de la flauta y el tamboril, en el ciclo de Cultura tradicional en la España rural, por los músicos e intérpretes folkloristas D. Miguel Nava y Don Rafael Martín, cofundadores, profesores e investigadores en la Escuela de Müsica y Danza tradicionales en la Sierra Norte Entresierras.

"Canta, canta, guitarra
guitarra mía,
que tú siempre serás
toda mi vida." 

Recordando vivencias musicales populares, se entrecruzan los cables de los grandes profesores e intérpretes de hoy día y la vivencia musical de la pasada primavera, con las vivencias musicales de la infancia y juventud: la flauta popular y el tamboril de los tamborileros y dulzaineros de antaño.

Tres fueron los animadores con su gaita y tamboril de las fiestas y festejos: bodas, carnavales, romerías populares de aquellos pueblecitos del Tormes ledesmino: Almenara - La Vega de Tirados, Zarapicos y Juzbado -con San Pedro del Valle y “mi Carrascal” a la cabeza. Tres los ilustres tamborileros ¡solicitadísimos!: Pepe el de Almenara como el más sobresaliente. Y los tres aficionadillos a “la jarra de tintorro” -siempre a sus pies para enjuagar la flauta -: el señor Quintín de la Vega de Tirados, a cualquier día y hora a disposición de los mozos de Carrascal- quienes disfrutaban canturreando y bailoteando al ritmo singular de su peculiar flauta de la media docena de canciones de su repertorio.

Inolvidable su pasodoble:

"Tú me robaste las peras
tú caerás.
Tú me robaste las peras,
tú las pagarás.
¡Tralaarala larala! ¡Laralala! ¡Laralala!"

 También famoso era el canturreado vals:

"De la feria de Sevilla
he contraido una alianza
gargantilla de colores
y unos anillos de plata.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
No te mires en el río.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ojitos de mi querer!
¡Porque tengo Niña celos de…!"

 (Puedes escuchar esta canción cantada por Conchita Piquer en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=9XDG5tRBK4c)


Memorable también mi muy querido Sr. Florián, zapatero, gran pescador de barbos y vecino de mi abuela materna en San Pedro del Valle.  

A su recuerdo va dirigido este post.

jueves, 22 de junio de 2023

¡A la caza de la Centena! ¿Hay quien dé más?

(Nonagenario florido y hermoso y… aficionadillo a las letras y las flores)

“Nunca cantemos la vida de un mismo pueblo -ni la flor de un solo huerto- y que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros.” ¡Y todas las terrazas!

Plagiando al poeta zamorano León Felipe, inmortalizado en el archivo de mi memoria, la voz del poeta y el ritmo de sus versos perviven frecuentemente en el mundo de mi florida terraza de Majadahonda …

“¡Cuán veloz el tiempo pasa!…

todo fluye, todo pasa

el devenir marca la marcha.”

Pasan las nubes volando, los años volando pasan, vienen, pasan y vuelven… como los de este abrilcumpleañero con “centena” cercana a la vista.

Debajo del cielo de mi realismo, la adorada terraza de mi idealismo. Mundos y lugares hay donde encuentran reposo los años, la edad y la memoria. No importa que los sueños mintiendo prosigan, ya que al fin y al cabo…

“Venturoso el que soñando muere

infeliz el que vive sin soñar”. ( Rosalía de Castro)

La primavera llega con su abril  florido y hermoso. Abril abrilero no siempre es traicionero. Menos aún si es solemne y gozoso, como el de este cumpleañero de rango navegando placentero en ruta de los “ocho” con la centena como meta a sus espaldas.

“Mundos hay donde encuentran reposo los años”, repito. En los horizontes de mi terraza por ejemplo, sol radiante y cielo azul, nubes blancas, oscuras y brumosas, gigantescos cúmulos tormentosos en formación, aviones a mansalva -indescifrables destino, altura y procedencia- cruzando el cielo madrileño en todas direcciones.

En mi humilde, pero luminosa terraza, brilla tempranera -¡ya en febrero!- la primavera. Mundos hay donde encuentran reposo los años de jubilación. Obligatorio y reconfortante el saludo matinal a la terraza con “mis” plantas y flores suplicando el rieguecito alterno, o diario, en las fechas estivales. También en la quietud de la tarde, con el sol de espaldas despidiéndose en las altozanas  chimeneas de los vecinos tejados de enfrente y la típica meriendilla hispana “amenizada” con la lectura del librito de turno. La terraza de las flores convertida en merendero y salón de lecturas predilectas cuando en amarillo variado brillan ya exuberantes las tempraneras caléndulas, acompañadas también de las madrugadoras fresias multicolor: ¡Amarillas, moradas y rojas!

Siempre acompañados, mañana y tarde, por mis inseparables amigos: los voladores - cantores, mis adorados amiguitos desde la infancia, los pajaritos: el canto del mirlo enamorado - el arrullo de mi tierna y adorada tortolica o paloma turca luciendo su media corbatita negra en su presumido cuello y acercándose, al atardecer, a limpiar los restos del “comedero” de los pícaros, esquivos y ladronzuelos gorrioncillos.

Y en plena primavera, en el mayo florido y hermoso, tanto si el cielo está claro como oscuro, encapotado como soleado, la terraza es libro abierto a la climatología y a la floristería. Archivo  rememorativo de inolvidables vivencias de infancia y juventud a cielo abierto: escenario y fiesta de silbos, chirriante exhibición voladora y musical de los veloces vencejos, que en pequeñas bandadas - rozando con sus chirridos y acrobacias los aleros de los tejados, donde las hembras cuidan de sus polluelos, copiando a la ausente - golondrina becqueriana - ¡por mí tan añorada! - pasaba rozando los cristales de las ventanas de su amada. También añorado es el silbido mañanero del desaparecido estornino en las chimeneas del bloque de enfrente, si bien el esquivo mirlo ameniza los plácidos atardeceres con su regocijante canto.

Y sin renegar de la ciudad, buscando siempre los silencios de la sonora soledad de “mi terraza”, este afortunado nonagenario, volcado siempre al campo y a la naturaleza desde la infancia, es a su vez, repito, afortunado amigo diario de la TERRAZA con sus flores, sus plantas y sus pajaritos: sus vistas al cielo y a la montaña.



El tiempo parece detenerse en este cálido mundillo urbano, convertido por el patriarca de la familia en lugar de recreo y reencuentro familiar. La visita - e “inspección” de la terraza es tradición familiar obligatoria de Palmira e hijas. Y también mercadillo obligatorio de intercambio de tiestos, plantas y flores en sus visitas a Majadahonda. Sirva de ejemplo la siguiente foto, cierre testimonial de lo antedicho. Y testimonio de esta Terraza, libro abierto a la climatología, a la florería, a la fotografía y a la pajarería.

miércoles, 1 de marzo de 2023

¡Candelaria a 2 y San Blas a 3, adivina qué mes es!


Comenzamos hoy jugando a las adivinanzas. Si sabes cuándo es
San Blas, sabes también cuándo es Santa Águeda, pues hay un refrán que reza: “El tercero San Blas y Santa Agueda detrás”: si San Blas es el tres, Santa Águeda es el cuatro.

Festividades o festejos a los que antecede La Candelaria o Las Candelas, precediendo a todos ellos, el día 2 de “Febrerillo el loco con sus días 28”. Pero a pesar de su locura y su “cortura”, es realmente también el más “refranista”. ¿O se apoda  también “refranero” al que dice, sabe o inventa refranes? ¿A qu
e tú, querido lector-bloguero, no sabes cuándo es San Ciruelo… ? Perdona tanta irrespetuosidad y tontería “febreril”. Pero has de saber que “San Ciruelo es… el 30 de febrero”, ¡ja! ¡ja! ¡ja!

Mas… ¿qué humano no sabe o ha sabido, celebrado y festejado el 14 de febrero, el San Valentín de los enamorados? Sin embargo, tal vez no sepas que “Por San Valentino, los almendros florecidos”.

Me permito, además, testimoniar que “Los refranes de febrero no siempre son verdaderos”.  Pues en este presente y corriente 2023, aún no he visto un solo cerezo en flor, ni “Por San Valentín el invierno toca a su fin”.

Ahora bien, lo que sí sabes de carrerilla, estimado bloguero, amante de la meteorología -y si no lo sabes debes saberlo también - es que… febrero, como “el pequeñito” de la familia, es también por su singularidad … “Febrerín el más corto y más ruín”. Y… “Febrero el revoltoso, no pasó de 28; y si treinta tuviera, nadie con él pudiera”. “Febrerillo el corto, con sus días 28, si tuviera 24 no quedaría perro ni gato”.

“Febrerillo y abrilillo, un par de pillos”.

“Dice la oveja en febrero: hiele hasta que el rabo se me pele. Y le responde el buey: lluvia, lluvia, lluvia, hasta que el cuerno se me pudra”.

Los meses, con sus nombres y sus días, cuentan historietas y son fuente inagotable de chascarrillos, leyendas, dichos y refranes: “Febrerillo el mocho, con sus días 28” es, gracias a su espíritu revolucionario, el más “rico” en refranes y más populachero del año”. Y sobre todo si es bisiesto:

“Febrero siempre fue loco y más un año bisiesto, donde…

tiene días nones y muchos pares de muchas y malas intenciones”

“Febrero bisiesto, año siniestro”

“Febrero bisiesto, ni esto ni aquello”

“Año bisiesto, entra la hambre en el cesto”

 

Y rendimos  homenaje a este Febrero 2023, uno más de los febrerillos locos con temperaturas veraniegas o invernales - tanto monta - al principio como al fin, confirmando el consejo de que:

“En Febrero, siete capas y un sombrero” y… 

“Febrero febreril, se apostó a ser malo como abril”

“En febrero quema la hoja y vende el cesto”

“Refranes que no sean verdaderos y Febreros que no sean locos… pocos”. 

Siendo este “refranero” sincero y justiciero, no puede ni debe silenciar que “Febrero es fiestero”... además de “embustero y fullero”: el título del capítulo nos anuncia ya dos de las más populares “fiestitas o fiestecitas”, soñadas en infancia, adolescencia y primera juventud tras el larguísimo y monótono, frío y aburrido invierno en los pequeños poblados castellano-leoneses . La Calendaria o Las Candelas, el día 2, en Zarapicos, y San Blas, el 3, en Almenara: festejo religioso solemne e inolvidable en el pueblo salmantino de mis abuelos paternos, y Fiesta de la gargantilla y tamboril en la Almenara de amigos y parientes lejanos - próximos. Devociones, celebraciones y festejos a los que había que añadir Las Águedas (día 5), fiesta popular femenina - todavía perdura en algún pueblo. Muy popular son “Las Águedas” en el pueblo segoviano de Zamarramala, donde una mujer ostenta la alcaldía esos días de fiesta, caso insólito en aquellos lejanos tiempos.

Y “febrerillo el mocho, con sus días 28” continúa todavía… “un rato malo y rato bueno” celebrando Los Carnavales o fiestas que preceden al Miércoles de ceniza, que anuncia y marca la cuarentena de la Cuaresma.

Postdata:

Pasando del Refranero al Santoral  febreril, me llamó la atención la originalidad onomástica frecuente antaño en estos apartados y pequeños pueblos ledesminos: capitando la lista, mi amigo Onésimo (16), Policarpo (23), Escolástica (10), etc.

miércoles, 22 de febrero de 2023

LIBROS QUE ENVEJECEN

Los libros envejecen como las coplas de Gabriel y Galán. ¡Pero no mueren! Sirvan  de ejemplo dos tomitos de  ediciones del poeta “charro”. Obritas sin encuadernar, desvencijadas y “sin usar”: “Obras completas de Gabriel y Galán, Tomo I, 18ª edición, 1935, Madrid, Librería Fe, Puerta del Sol 15”. Y “Tomo II, 17ª edición, sin fecha de publicación, igualmente sin encuadernar ni  abrir”, pero el Tomo I prologado por ilustres plumas y ¡con misteriosa y  singular sorpresa! - como veremos más adelante a su debido tiempo.

Poeta grande será el que más enteramente se comunique”. No solo por su palabra, sino también por su vida y por su obra. ¡Y el que más fácilmente! Facilidad motivada y agrandada en el caso de Gabriel y Galán por una serie de circunstancias, concomitancias y vivencias personales comunes con este anciano lector, recitador del poeta charro-extremeño desde la infancia.

Lugares y escenarios paralelos de infancia y juventud: limitados por la breve vida del poeta -¡muerte a los 35 años de edad!- pero coincidentes, casualmente, con algunos de los capítulos de juventud de este bloguero: comencemos dando la palabra al poeta con su escueta autobiografía: 

“Nací de padres labradores en Frades de la Sierra, pueblecillo de la provincia de Salamanca. Cursé en ésta y en Madrid la carrera de maestro de primera enseñanza. A los diecisiete años de edad obtuve, por oposición, la escuela de Guijuelo (Salamanca), donde viví cuatro años, y después, por oposición también, la de Piedrahita (Avila), que regenté otros cuatro años. Contraje matrimonio con una joven extremeña ¡en Plasencia!)... Mis paisanos, los salamanquinos, y lo mismo los extremeños, me quieren mucho.” Etc., etc.

¡Hitos vivenciales y escenarios comunes! ¡Concomitancias profesionales juveniles, herencias provincianas, costumbres y afanes paralelos! Algunos ejemplos: del pueblecito salmantino de Frades de la Sierra, donde nació el poeta, era mi entrañable e inolvidable amigo Dámaso. Amistad fraguada en la adolescencia en el seminario salmantino -hoy Universidad pontificia - y tras largo distanciamiento profesional, retomada con entusiasmo y cordialidad en la jubilación. Etapa en la que  el amigo Dámaso era apodado “Sandámaso” por la decena de “reencontrados en la jubilación”, al haber superado “milagrosamente” una doble tuberculosis pulmonar. Premiado, además, con una torrentera de voz insuperable y una grandeza de corazón sin precedentes.

Del cordial amigo Dámaso llegaba todos los años la primera entrañable y personalísima felicitación navideña, cuando ésta era tradición española generalizada, siempre ilustrada y acompañada de poemita personal propio. Incluso algún año que otro con versos de su adorado paisano Gabriel y Galán. Devoción corroborada un año con la celebración en Frades del “Encuentro anual estival” en el pueblo de uno de los supervivientes del curso. La celebración el año que le tocó a “Sandámaso” fue celebración histórica ¡a bombo y platillo!: ¡con misa comunitaria solemne y aperitivo a base de productos de la tierra, con recital obligatorio de versos patrios del ilustre poeta, hijo de Frades.

Pasamos página: y nos trasladamos a la provincia de Ávila, también escenario común juvenil. Una de las concomitancias o vivencias personales con el poeta. En Piedrahita, importante y bello pueblo abulense, célebre por el histórico Palacio del Duque de Alba -el famoso cuadro de Goya de la duquesa de Alba- Gabriel y Galán regentó también durante otros cuatro años, según sus palabras, como “maestro de primeras letras”. Pues en Piedrahita también este bloguero, con edad similar a la del poeta charro, 22 años, y “maestro igualmente de primera enseñanza”, disfrutó con jóvenes compañeros salmantinos y abulenses de un “cursillito”- nunca mejor dicho- para … ¡título! de “Instructor elemental del Frente de Juventudes”, obligatorio en aquellos años del franquismo para ejercer la enseñanza oficial, de la que disfruté solamente un curso completo, en el inolvidable pueblo segoviano de Vegas de Matute, en la falda norte de los cerros del Caloco, coronado por La Mujer Muerta del Guadarrama en lontananza.

En Plasencia, pequeña, pero histórica e importante, villa extremeña, que optó en tiempos a capitalidad de Extremadura, se casó nuestro poeta. Curiosamente en la precedente -¡y escueta!- cita  autobiográfica silencia su nombre y se limita a comunicarnos: “contraje matrimonio con una joven extremeña”. Sin embargo, la villa extremeña presume de lugar de casamiento del poeta. La iglesia de San Esteban, situada en el Rincón de San Esteban, próximo a la Plaza Mayor, pregona y presume con placa en su fachada, como lugar de boda del ilustre poeta con una extremeña de Carrascal del Camino -topónimo que, por coincidir con el de mi Carrascal natal, de infancia y de juventud, merece también mención honorífica más adelante. 

Pues… en mi querida e inolvidable Plasencia -y con edad similar a la de la boda del poeta- cumplió este bloguero con sus deberes patrios durante seis breves meses como, Alférez de Complemento.

Oportunidad pintiparada aprovechada por este simpatizante y fiel devoto -¡ya entonces!-del poeta charro-extremeño para recorrer y enamorarme de la idílica comarca del Jerte, con los cerezos en flor, y de la romería placentina de La Virgen del Puerto. Y, por supuesto, visitar algunos de los famosos escenarios de su vida como campesino y labrador. Sin olvidarme de los escenarios de cuna y herencia de su esposa Ana María. Pues a ello invitaban una estrofilla popular del poeta:

No hay bajo el cielo divino 

del campo salamanquino

moza como Ana María

ni más alegre alquería

que Carrascal del Camino.

El topónimo cacereño fue lugar de nacimiento de Ana María y futura residencia como “labrador” de Gabriel y Galán, que abandonó la enseñanza para convertirse  en campesino, asumiendo dirección y administración de una importante dehesa denominada El Tejar, propiedad de un tío de Ana María en el Guijo, donde vivió y murió el poeta, y hoy Casa Museo de Gabriel y Galán.

 “Poetizo como hablan mis paisanos y amigos, próximos y lejanos… Por obra y gracia de la palabra dialectal, popular campesina”.

Y si eran pocas las concomitancias de vida y profesión, mi visión romántica del pasado y mi devoción por la obra de Gabriel y Galán se vieron agrandadas, como anuncié al principio de capítulo, con la adquisición de edición histórica de la obra del poeta, comprada a un “amigo” poeta, vendedor de libros de anticuario en el Rastro madrileño.

¡Los Libros envejecen. Pero no mueren! Sirvan de ejemplo los 2 tomitos anunciados de las Obras completas de Gabriel y Galán: LIBRITOS  SIN ESTRENAR RELEGADOS Y OLVIDADOS! Aunque no devaluados. Valor añadido y agrandado por la categoría de los prologuistas: Emilia Pardo Bazán, Joan Maragall, Fernando Villegas (Zeda) y el P. Cámara, ilustre obispo salmantino de principios  del s. XX. 

Confieso avergonzado que los dos libritos -(Obras completas de Gabriel y Galán), comprados de anticuario, han permanecido relegados en la estantería de “libros empolvados” durante una larga década. Hasta que un día -¡bien y largamente jubilado!-se le ocurrió a este viejo simpatizante del popular poeta charro  echar mano de esta antigualla. Y ¡oh sorpresa! Guillotina en ristre, al ir abriendo al azar algunas páginas del Tomo I, iban apareciendo maravillosos Marcapáginas sin precedentes. !Misteriosos registros ocultos sin igual! 
¡Preciosas, pequeñitas y grandes plumitas multicolor de ave. Plumitas de pajarito o ave de difícil catalogación iban apareciendo indistintamente.
 Marcapáginas colección valiosa de plumas, reservada para este lector-pajarero en su retiro nonagenario.

Tras el descubrimiento de esta retahíla de originales Marcapáginas, este viejo Librito ha rejuvenecido, pasando por valor propio al catálogo de ¡Los libros que no mueren! Estos dos ejemplares de la Obra Completa de Gabriel y Galán mantendrán viva nuestra relación con la aparición de estos “misteriosos marcapáginas” sin precedentes. Mas no perdonaré al primer comprador -¡primer lector de una docena aproximada de poemas!- haber silenciado en el momento de apertura de hojas y colocación de cada plumita marcapáginas, número de página y título del poema escogido y señalizado. De este modo, nombre del primer  comprador y lector misterioso de Gabriel y Galán, y plumitas marcapáginas pasarán a la “histórica lista” de aficionados anónimos a la lectura de “Libros que envejecen pero no mueren”.

domingo, 29 de enero de 2023

¡HACE MAS DE UN SIGLO!


Poemas que no mueren. Libros que envejecen.

En un día de Reyes, 6 de Enero de 1905, moría en un pueblecito del norte de Cáceres, a los 35 años de edad, el popular poeta “salamanquino-cacereño” JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN. Analogías y similitudes vivenciales: infancia y primera juventud en pueblos salmantinos y cacereños, escenarios y vivencias profesionales comunes, que motivaron algunos de los más afamados y famosos poemas del poeta. Y vivencias literarias de este bloguero, que ya de niño -en la paupérrima escuela “mixta”, ¡y sin libros!-  de un pueblo vacío -¡sin luz eléctrica ni agua corriente!- recitaba de memoria el poema “Idilio” -"la pavera”- versos vivenciales infantiles! Idílica escena picaresca de parejita campesina guardiana de los pavitos en el poema del poeta, y también con nueve o diez añitos el bloguero cuidaba de que los pavos no comieran los cereales de las eras y no se perdieran en sus correrías tras los saltamontes en los eriales de la campiña. También de adolescente jugaba el bloguero al romántico juego de adivinar el color de los “capullitos de amapola”: "si eran  blancos… monja. Y fraile si eran rosa”.

Dejemos ahora que nos deleite Gabriel y Galán con los “idílicos” versos de…


IDILIO

La pulida paverilla
- un capullo de amapola-
jugaba con el paverillo
en la linde de la hoja. ¡¡¡ Foto del poeta!!!
La pavada anda buscando
hormiguitas y langosta
en los cercanos baldíos
que no tienen otra cosa.
Sentada está la pavera
de lindón sobre la alfombra,
y el pavero de rodillas,
como adoran los que adoran.
Ella ha juntado en el halda,
donde los tallos les corta,
un montón de bien cerrados
capullitos de amapola.

…………………..

Y se lo muestra al muchacho preguntando
¿fraile o monja?
Y esperando se le queda
¡más picaresca y más mona! …
El capullo será fraile
si tiene rojas las hojas
pero si las tiene blancas,
el capullo será monja…

“El poeta más grande será siempre el que más enteramente se comunique”, según palabras del ilustre prologuista de la edición de que disfruto  -¡casi centenaria! (1935)- Juan Maragall: “La poesía de Gabriel y Galán es de las que atan lazos, compenetración de tierra y musa. Influencia de la naturaleza, voces de los pueblos”.

Un ejemplo más de los numerosos que pudiera aducir es el “Vaquerillo”, otro más de la serie  “Campesinas”. Poema con dejes autobiográficos del poeta.

EL VAQUERILLO

He dormido esta noche en el monte
con el niño que cuida mis vacas
Una noche solemne de junio
Una noche de junio muy clara.
Los valles dormían,
los búhos cantaban,
sonaba un cencerro,
rumiaban las vacas

….

Y le dije con voz de cariño
cuando vi clarear la mañana:
Despierta mi mozo
que viene ya el alba
y hay que hacer una lumbre muy grande
y un almuerzo muy rico ¡Levanta!
Tú te quedas luego
guardando las vacas
Y a la noche te vas y las dejas…
San Antonio bendito las guarda…
y a tu madre a la noche le dices
que vaya a mi casa
porque ya eres grande
y te quiero aumentar la soldada

Y si “Poesía no es otra cosa que palabra viva”, “vivitos y palpitando”, que diría Gabriel y Galán, continúan coleando en mi ajada memoria algunos de sus poemas: poesía social -dialectal, sin precedentes e insuperables, ofrecidos en “Extremeñas”, según palabras del ilustre pensador y escritor catalán, uno de los famosos prologuistas de “mi” edición favorita, J. Maragall: 

 “La poesía grande, la única, gusta mucho de brotar en dialectos. Dialecto es la constante de las lenguas en boca del pueblo que es como si dijéramos la madre tierra de las palabras”.  Ejemplo elocuente…                                                      

Con Gabriel y Galán se fueron -según se quejaba ya el poeta hace más de un siglo- “los pastores y segadores de su abuelo, que alegraban las majadas con historias y cantares”. Pero se fueron también los “Vaquerillos”, con su “Galana” y los ganaderos y gañanes (véase el poema “El gañán” y las “Montarazas y Alquerías” extremeñas-castellanas. Y tantos y tantas y tantos... recogidos en sus “Campesinas” y “Extremeñas”… “Poesía popular que no muere… Poesía grande, la única gusta mucho de brotar en dialecto… Dialecto es la constante de las lenguas en boca del pueblo, que es como si dijéramos la madre tierra de las palabras “Continuo acudiendo a Maragall: Palabras de la Poesía popular que no muere. Sirvan de ejemplo una más, “religiosa”, pero que el autor -o el editor- no la recoge en el apartado Religiosa del segundo tomo, sino que figura capitaneando el apartado Extremeñas, y es una de las más populares y más recitadas: El Cristu benditu, de la que ofrecemos los primeros versos. Una de las más populares y de las más recitadas en círculos y tertulias literarias. Inolvidable e histórica fue una de ellas. La celebrada en el Centro de Mayores de Majadahonda, presidida por una nieta, que vivió en Majadahonda, y un nieto residente en Madrid.

EL CRISTU BENDITU

I
¿Ondi jueron los tiempos aquellos,
que pué que no guelvan
cuando yo jui persona leía
que jizu comedias
y aleluyas tamién y cantaris
pa cantalos en una vigüela?
¿Ondi jueron aquellas cocinas
que llamaban ilusionis y eran
a 'specie de airinos
que atontá me tenían la mollera?
¿Ondi jueron de aquellos sentires
las delicaezas
que me jizun llorar como un neni,
de gustu y de pena?
¿Ondi jueron aquellos pensaris
que jacían dolel la cabeza
de puro lo jondus
y enreäos que eran?

II
Pensando estas cosas,
que me daban ajogos de pena,
una vez andaba por los olivaris
que la ermita del Cristu röean.
Triste y aginao,
de la ermita me jui pa la vera;
solitaria y abierta la vide
y entrémi por ella.
Con el alma llenita de jielis
con el pecho jechito una breva
y la cara jaciendo pucheros
lo mesmito que un niño de teta,
juime ampié del Cristu,
me jinqué en la tierra

III
¡Qué güeno es el Cristu
de la ermita aquella!
Pa jacel más alegri mi vía,
ni dineros me dio ni jacienda,
polque ice la genti que sabi
que la dicha no está en la riqueza.
Ni me jizu marqués, ni menistro,
ni alcaldi siquiera,
pa podel dil a misa el primero
con la ensinia los días de fiesta
y sentalmi a la vera del cura
jaciendu fachenda.
¡Pa esas cosas que son de fanfarria
no da nada el Cristu de la ermita aquella!

PS: Para no abusar de la paciencia de los lectores amigos de este Blog con el extensísimo poema de Gabriel y Galán, en extremeño, “El Cristu benditu”, dejamos para el próximo capítulo el apartado “Libros que  envejecen”.

martes, 3 de enero de 2023

RELEYENDO FAVORITOS II


 EL MENSAJE DE LOS PÁJAROS 

El milenario y silencioso mensaje de los pájaros fue llegando a su entendimiento y compañía como una brisa hecha de palabras... Eran pájaros, maravillosos, destellos de la hermosura del mundo...”. El rey Gracián fue capaz de recordar el mensaje de los pájaros palabra por palabra ( J.M. Gisbert).

El anciano rey Gracián -protagonista del cuento de Gisbert El mensaje de los pájaros- premio nacional de literatura infantil y juvenil, y toda su obra del Cervantes 1997, era el afortunado receptor de este mensaje. Y aunque era un monarca pobre, lo aceptaba y no se  sentía triste.  Lo que más le gustaba era  pasear por las almenas del castillo, y sobre todo, pasear por los frondosos bosques que lo rodeaban para observar los bellos pájaros, admirar los colores de sus plumas y deleitarse escuchando trinos, gorjeos y cantos... En ellos encontraba la belleza más sencilla y agridulce, la armonía más pura, la mejor música y más agradable del mundo”....

Los pájaros de los bosques eran sus súbditos predilectos y también, debido a su soledad sus mejores amigos”. Si bien los amigos de verdad, y fieles servidores,  eran tres: Ayael, Magrís y Lucio.

Ayael era un buhonero que siempre ha vivido de la venta, de aldea en aldea, de lugar en lugar en lugar. Hoy aquí, mañana allá…”. “Ya soy demasiado viejo para seguir llevando esta vida de mercader ambulante… Voy de regreso a la lejana  aldea de Anatolia donde nací. Necesito aligerar el carromato. Vendo  a buen precio lo que me ha quedado…”.

(El rey  se quedó con “una red de finísimos y resistentes hilos de plata. Es casi invisible. Solo se ve bien cuando el sol le da de lleno”....” Sirve para capturar los más bellos pájaros y los de más exquisito y sugestivo canto”).

Pág. 33: Ilustración de Chata Lucini
Magrís era“el muchacho del bosque que parecía un vagabundo de los bosques, y aunque era muy joven, casi un niño… conocía  los cantos de cientos de pájaros e imitaba a la perfección los trinos, gorjeos y cantos de muchas especies con las catorce flautas de madera y hueso que llevaba en su zurrón. Siete de ellas, apodadas por el nombre de los siete pajaritos cuyas melodías hacían las delicias del rey su amigo y que caían en la red de plata del castillo: flauta jilguero, flauta ruiseñor, etc., etc.. El estornino fue el primero que cayó en la red de plata y el jilguero, el anunciador del mensaje de sus compañeros: ( “Si me dejas escapar, dentro de unos días sabrás algo que nunca olvidarás”). Además, el rey y Magris eran caminantes hechizados por el silencio del bosque”.

Lucio era el modesto, noble y honrado criado que se nos autopresenta como sigue: No soy más que un ignorante campesino y penitente, pero me ofrezco a serviros en lo que pueda”... -“No tengo mala voluntad ni le hago mal a nadie. Y si en algo ofendo o molesto, espero ser perdonado”.

Los  lectores, amigos de este blog, se sentirán escandalizados, viendo que el presente capítulo es parcial -simple, lisa y llanamente- copia literal del famoso cuento de Gisbert. Razón quizás no les falte. Pero lo que sí es cierto, o al menos así lo interpreta y siente este anciano bloguero, que  desde niño “soñaba con nidos y quería aprender a volar” (v. capítulo del blog), es que los pajaritos -con sus casitas (los nidos), sus plumajes y sus cantos- eran y continúan siendo sus amigos.

Así mismo, y perdón por la redundancia, cierto es también que, casual y curiosamente,  “los siete preciosos pájaros” que en el profundo corazón del bosque  aguardaban en un mismo árbol  al noble y bondadoso monarca contaban, cuentan y continúan figurando entre mis  predilectos. Tales siete eran:

  • un estornino 
  • un petirrojo 
  • un jilguero 
  • una alondra
  • un ruiseñor 
  • un mirlo y 
  • una calandria                                                                                                        

Y precisamente todos ellos -y ¡muchos! ¡muchísimos más…!- eran, y continúan siendo mis amigos inseparables.

En el Libro de la Vida de cada cual -continúo citando de “Los mensajes de los pájaros”- hay una página en blanco que está siempre esperando”.

El rey Gracián era capaz de recordar el mensaje de los siete pájaros palabra por palabra... Prueba y testimonio de ello, y como colofón al “Mensaje de los Pájaros” es el  capítulo último “Últimas palabras”palabras de despedida del bondadoso Rey Gracián, sabios Consejos, dirigidos a amantes de los pájaros de todas las edades, idiomas y lugares, países y paisajes: 

El monarca enamorado  de los pájaros:

  •  Encontraba cada día un motivo para admirar el mundo.
  • Sus ojos buscaban siempre el asombro, la hermosura, algo con lo que enamorarse.
  • Degustaba 
    • sentir la respiración del tiempo
    • ver cambiar la luz con el paso de las horas
    • contemplar fijamente los crepúsculos y las auroras
    • beber el perfume de las noches y…
    • ¡Extasiarse con los cantos y los colores  de los pájaros!

Hasta en sueños, éstos continúan hablándole. “El rey Gracián fue capaz de recordar el mensaje de los pájaros palabra por palabra. Y la voz de los siete se transformó en una sola voz que decía silenciosas palabras:                                                         



Pág. 139: Ilustración de Chata Lucini 
Ahora conocerás una verdad casi tan antigua como la humanidad”: Gracián  buscó el contacto con la tierra. Se arrodilló con cuidado, ayudándose con las manos, y luego se tendió boca arriba…
Tenía los ojos cerrados y, sin embargo, seguía contemplando el firmamento estrellado. Lo veía a través de los párpados… Luciolo imitó y se tendió a su lado... ”

…Un humano[es] un ser capaz de imaginar mundos lejanos, de hablarles a los dioses, de crear belleza casi de la nada, de llorar de alegría o de dolor en lo más profundo de una madrugada , merece dejar su nombre, sus hechos y su huella en la larga historia del universo.” 

Postdata: Este bloguero amante de la belleza de la palabra, de los pájaros y de la Naturaleza con mayúscula, recomienda la lectura de este premiado cuentito de literatura infantil y juvenil “para mayores”... ¡Poesía en Prosa!… Y dedica el presente capítulo del Blog a su hija A., amante  de los pajaritos -amigos de su jardín- y de LA COLINA, todos -¡y tantos!- de los que pasan por su cámara.