sábado, 26 de junio de 2021

No hay Presente sin Pasado III…

...¡ni historietas por historiar!


“Alle gute Dinge sind drei”, “Todas las buenas cosas son tres” reza un popular proverbio alemán. Y en esta mi pecaminosa propensión a idealizar y magnificar todo lo que significa “pasado y pueblo”, mi bolígrafo queda, casi siempre, insatisfecho. Hoy, sin embargo, exultante y jubiloso, no puede menos de convertir este tercer capítulo de la serie “No hay Presente sin Pasado” en la tercera y excelentísima noticia sobre el Presente de la “Iglesia de mi pueblo”: notición periodístico y televisivo sobre “La Iglesia de Nuestra Señora del Castillo” de Carrascal de Velambélez: De sobresaliente -e histórica- hay que calificar la noticia aparecida en el diario salmantino La Gaceta del 6 de mayo de 2021. En su sección “viva mi pueblo” y en grandes titulares aparece el siguiente notición: EÑE San Pedro del Valle 6 mayo 2021 : El tesoro oculto de una pedanía salmantina de 40 habitantes que aspira a ser “BIC”= Bien de Interés Cultural”

Continúo copiando literalmente: “El consistorio de San Pedro del Valle ha solicitado a la Junta que inicie la declaración como Bien de Interés Cultural la Iglesia de Carrascal de Velambélez [...] El templo que está ubicado en una localidad de apenas 40 empadronados está incluido en la Ruta de pinturas murales de la Edad Moderna promovido por la Dirección General del Patronato de la Junta La Gaceta del 6 de mayo

Pero no solamente la prensa salmantina, ¡hasta la Televisión!:amplió la noticia ofreciendo un reportaje sobre la historia y el valor de las pinturas grises y policromadas que ofrecen retablo y murales  (tv8 Salamanca)  y  la diócesis de Salamanca le dedica una interesantísima infografía con todo lujo de detalle explicando las pinturas (infografía de la diócesis de Salamanca)...

...y la Junta de Castilla y León incluye un bonito reportaje fotográfico . Llama la atención la transcripción del topónimo “Velanvélez” con “v”. El historiador, obsesionado posiblemente por el origen tan nobiliario del “Carrascal” se saltó a la torera toda la normativa ortográfico-gramatical.

Estas cuatro citas o referencias de actualísima historicidad son las “cuatro en una”, que deja corto el dicho germano de que” todas las buenas cosas son tres”.

Pero todavía faltan cabos por atar y curiosidades e historietas-¿trascendentales?- de valor histórico por revelar. Una de ellas, contada por boca y arte del “descubridor” -y relator del cómo, dónde y cuándo tuvo lugar el singular punto de partida del descubrimiento del valioso tesoro pictórico del testero y laterales del famoso templo: Tesoro pictórico estudiado y monografiado por Mercedes Cifuentes Diaz, restauradora del altar mayor (Informe de restauración de las pinturas murales y retablo principal de la Capilla mayor de la iglesia de Carrascal de Velambélez ( Salamanca 1944)) Y por Teresa Burgos González, licenciada en Historia del Arte por la Complutense madrileña, profesora actualmente en Noruega y nieta de este bloguero (Programa iconográfico de las pinturas murales de la iglesia de Carrascal de Velambélez)...


La historieta prometida no se deja esperar: “Fue en afortunado domingo de mes y año por catalogar en el que picaruelo monaguillo descubrió el “tesoro de las grisallas”. Lo que sí consta, en versión oral del protagonista, es el relato de la fazaña del descubrimiento de las únicas y afamadas pinturas de escuela italiana y del s. XVI. Cuando dicho monaguillo - ¡uno más de entre los muchos de los que solían dedicarse a esta profesión - entre los que se encontró este bloguero - en vez de escuchar la rutinaria plática del celebrante, se dedicaba a catalogar y contar unas veces los racimos, otras las uvas, de las columnas barrocas que adornaban el altar mayor barroco de antaño en el testero hoy en el coro. Disfrutando otras del vuelo y peripecias del atrevido gorrioncillo que se había colado por la escalera del campanario, y otras más a seguir el zigzagueo de las moscas …-casualmente ese domingo- una de ellas se posaba en un agujerito descascarillado del lateral del púlpito en el que aparecían pinturas-dibujitos llamativos, desconocidos e insospechados. 


Tal descubrimiento casuístico, comunicado al párroco de turno, tardaría varios años en recibir atención e interés por parte de las autoridades locales y provinciales correspondientes. Lo que sí es cierto- ¡e histórico!- es que aquel “coloncillo” explorador y descubridor de las américas de su pueblo fue, nada más y nada menos que mi estimado amigo el Dr. Felicísimo Martín, más conocido como Feli para los amigos, e hijo de mi inolvidable vecino y amigo coetáneo Fili.


Aún quedan cabos por atar y detalles anecdóticos que publicar vinculados a la historia e historias de la iglesia de “ mi pueblo” - ( v. próximo capítulo). Mi memoria afectiva guarda cual oro en paño “monumentos artístico-populares”, desaparecidos unos y desvirtuados otros. Dos de ellos escoltaban la iglesia : uno en su fachada meridional y otra en su muro septentrional : el “Empedrao” y el “Juego pelota”.

Continuará...