domingo, 29 de enero de 2023

¡HACE MAS DE UN SIGLO!


Poemas que no mueren. Libros que envejecen.

En un día de Reyes, 6 de Enero de 1905, moría en un pueblecito del norte de Cáceres, a los 35 años de edad, el popular poeta “salamanquino-cacereño” JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN. Analogías y similitudes vivenciales: infancia y primera juventud en pueblos salmantinos y cacereños, escenarios y vivencias profesionales comunes, que motivaron algunos de los más afamados y famosos poemas del poeta. Y vivencias literarias de este bloguero, que ya de niño -en la paupérrima escuela “mixta”, ¡y sin libros!-  de un pueblo vacío -¡sin luz eléctrica ni agua corriente!- recitaba de memoria el poema “Idilio” -"la pavera”- versos vivenciales infantiles! Idílica escena picaresca de parejita campesina guardiana de los pavitos en el poema del poeta, y también con nueve o diez añitos el bloguero cuidaba de que los pavos no comieran los cereales de las eras y no se perdieran en sus correrías tras los saltamontes en los eriales de la campiña. También de adolescente jugaba el bloguero al romántico juego de adivinar el color de los “capullitos de amapola”: "si eran  blancos… monja. Y fraile si eran rosa”.

Dejemos ahora que nos deleite Gabriel y Galán con los “idílicos” versos de…


IDILIO

La pulida paverilla
- un capullo de amapola-
jugaba con el paverillo
en la linde de la hoja. ¡¡¡ Foto del poeta!!!
La pavada anda buscando
hormiguitas y langosta
en los cercanos baldíos
que no tienen otra cosa.
Sentada está la pavera
de lindón sobre la alfombra,
y el pavero de rodillas,
como adoran los que adoran.
Ella ha juntado en el halda,
donde los tallos les corta,
un montón de bien cerrados
capullitos de amapola.

…………………..

Y se lo muestra al muchacho preguntando
¿fraile o monja?
Y esperando se le queda
¡más picaresca y más mona! …
El capullo será fraile
si tiene rojas las hojas
pero si las tiene blancas,
el capullo será monja…

“El poeta más grande será siempre el que más enteramente se comunique”, según palabras del ilustre prologuista de la edición de que disfruto  -¡casi centenaria! (1935)- Juan Maragall: “La poesía de Gabriel y Galán es de las que atan lazos, compenetración de tierra y musa. Influencia de la naturaleza, voces de los pueblos”.

Un ejemplo más de los numerosos que pudiera aducir es el “Vaquerillo”, otro más de la serie  “Campesinas”. Poema con dejes autobiográficos del poeta.

EL VAQUERILLO

He dormido esta noche en el monte
con el niño que cuida mis vacas
Una noche solemne de junio
Una noche de junio muy clara.
Los valles dormían,
los búhos cantaban,
sonaba un cencerro,
rumiaban las vacas

….

Y le dije con voz de cariño
cuando vi clarear la mañana:
Despierta mi mozo
que viene ya el alba
y hay que hacer una lumbre muy grande
y un almuerzo muy rico ¡Levanta!
Tú te quedas luego
guardando las vacas
Y a la noche te vas y las dejas…
San Antonio bendito las guarda…
y a tu madre a la noche le dices
que vaya a mi casa
porque ya eres grande
y te quiero aumentar la soldada

Y si “Poesía no es otra cosa que palabra viva”, “vivitos y palpitando”, que diría Gabriel y Galán, continúan coleando en mi ajada memoria algunos de sus poemas: poesía social -dialectal, sin precedentes e insuperables, ofrecidos en “Extremeñas”, según palabras del ilustre pensador y escritor catalán, uno de los famosos prologuistas de “mi” edición favorita, J. Maragall: 

 “La poesía grande, la única, gusta mucho de brotar en dialectos. Dialecto es la constante de las lenguas en boca del pueblo que es como si dijéramos la madre tierra de las palabras”.  Ejemplo elocuente…                                                      

Con Gabriel y Galán se fueron -según se quejaba ya el poeta hace más de un siglo- “los pastores y segadores de su abuelo, que alegraban las majadas con historias y cantares”. Pero se fueron también los “Vaquerillos”, con su “Galana” y los ganaderos y gañanes (véase el poema “El gañán” y las “Montarazas y Alquerías” extremeñas-castellanas. Y tantos y tantas y tantos... recogidos en sus “Campesinas” y “Extremeñas”… “Poesía popular que no muere… Poesía grande, la única gusta mucho de brotar en dialecto… Dialecto es la constante de las lenguas en boca del pueblo, que es como si dijéramos la madre tierra de las palabras “Continuo acudiendo a Maragall: Palabras de la Poesía popular que no muere. Sirvan de ejemplo una más, “religiosa”, pero que el autor -o el editor- no la recoge en el apartado Religiosa del segundo tomo, sino que figura capitaneando el apartado Extremeñas, y es una de las más populares y más recitadas: El Cristu benditu, de la que ofrecemos los primeros versos. Una de las más populares y de las más recitadas en círculos y tertulias literarias. Inolvidable e histórica fue una de ellas. La celebrada en el Centro de Mayores de Majadahonda, presidida por una nieta, que vivió en Majadahonda, y un nieto residente en Madrid.

EL CRISTU BENDITU

I
¿Ondi jueron los tiempos aquellos,
que pué que no guelvan
cuando yo jui persona leía
que jizu comedias
y aleluyas tamién y cantaris
pa cantalos en una vigüela?
¿Ondi jueron aquellas cocinas
que llamaban ilusionis y eran
a 'specie de airinos
que atontá me tenían la mollera?
¿Ondi jueron de aquellos sentires
las delicaezas
que me jizun llorar como un neni,
de gustu y de pena?
¿Ondi jueron aquellos pensaris
que jacían dolel la cabeza
de puro lo jondus
y enreäos que eran?

II
Pensando estas cosas,
que me daban ajogos de pena,
una vez andaba por los olivaris
que la ermita del Cristu röean.
Triste y aginao,
de la ermita me jui pa la vera;
solitaria y abierta la vide
y entrémi por ella.
Con el alma llenita de jielis
con el pecho jechito una breva
y la cara jaciendo pucheros
lo mesmito que un niño de teta,
juime ampié del Cristu,
me jinqué en la tierra

III
¡Qué güeno es el Cristu
de la ermita aquella!
Pa jacel más alegri mi vía,
ni dineros me dio ni jacienda,
polque ice la genti que sabi
que la dicha no está en la riqueza.
Ni me jizu marqués, ni menistro,
ni alcaldi siquiera,
pa podel dil a misa el primero
con la ensinia los días de fiesta
y sentalmi a la vera del cura
jaciendu fachenda.
¡Pa esas cosas que son de fanfarria
no da nada el Cristu de la ermita aquella!

PS: Para no abusar de la paciencia de los lectores amigos de este Blog con el extensísimo poema de Gabriel y Galán, en extremeño, “El Cristu benditu”, dejamos para el próximo capítulo el apartado “Libros que  envejecen”.

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