domingo, 3 de octubre de 2021

Dejemos pasar la Pandemia…

... y el Coronavirus con sus mundiales y mortíferas secuelas. Como pasó la Filomena y pasaron los arrasadores fuegos malagueños y californianos. Y pasaron los 40º grados del Polo Norte y los 50º andaluces. Y, Dios quiera que pase cuanto antes el terco volcán canario, que tiene a toda España en vilo. Y… -¡cuanto antes!- cese también de arrojar fuego y cenizas, lava y desolación, sobre la española isla de La Palma. Y ya que el tiempo atmosférico reclama actualidad dejemos también pasar las “Nubes” de mi -antaño- adorado Azorín. Y también “Dejemos pasar el viento” como hizo J.C. Onetti en una de sus inmortales creaciones novelísticas.

Y metidos ya en harina, que este Bloguero intente y luche, igualmente, por dejar pasar y superar, esta larguísima pausa vacacional de varios meses de veraneo y sesteo en la -¡“ancha”!- campiña salmantina. Campo, y aldeas marcadas igualmente -¡un año más!- por el confinamiento oficial de la dichosa pandemia, culpable, en gran escala, del aislamiento y vacío generalizados. Ella ha sido- y continua siendo- la culpable de la suspensión y desaparición de los populares festejos y celebraciones populares de toda índole: invernales, primaverales y estivales. Por ejemplo: Navidades sin nacimientos y nochebuenas, regalos, ni reyes, Semanas Santas sin procesiones de Jueves y Viernes Santos, Domingos de Gloria y vacaciones escolares... Fiestas patronales o locales trasladadas en gran parte al verano, pero faltas de la alegría popular de antaño: sin reencuentros anuales familiares, concursos, juegos y juergas con sus ruidosas y luminosas orquestas, banquetes pantagruélicos, paelladas, asados y limonadas a discreción etc.etc., Disfrutando residentes y visitantes de la anual compañía de los hijos del pueblo emigrantes de las grandes urbes industriales o comerciales como Barcelona, Madrid, Bilbao etc.
Centrándonos en este verano 2021 que acaba de abandonarnos, el verano y veraneo más fresco y seco de mi historial meteorológico, sin un simple amago de la típica tormenta o “nublao” veraniegos castellanos, sin una mínima gota de la ansiada “Lluvia tierna”, como diría Luis Landero.

Pues, este verano meteorológico que en fecha de hoy, 23 de septiembre, acaba de finalizar, literal y cronológicamente hablando, concluyó el ¡24 de agosto! Fecha insólita.Tempranero, inhumano y desproporcionado destierro del Opa del campo a la ciudad. Final insólito. Retorno adormecedor y apático. Calor, vacío y desgana. Desánimo y desinterés. ¡Desmemoriado! ¡Con el BLOG sesteando semanas y meses! Mas, un día cualquiera, mientras este bloguero luchaba cabizbajo en la vagancia y aburrimiento por encontrar soluciones y novedades temáticas de retorno a la escritura, encontró solución ilusionante con la aparición de un sobre en blanco destinado a la Omi y al Opa. (Para lectores desconocedores del alemán debo aclarar que “Omi” significa abuelita y “Opa” abuelo).


LA COLINA

Abierto el sobre, dejemos hablar -y escribir- a La Colina de Valmiguel de Palacios del Arzobispo por obra y arte gracia y agradecimiento de una de sus herederas: Patricia, madre orgullosa de Amelia, primera biznieta de la estirpe familiar González-Herrero y de raíces palaciegas por parte de padre y madre.

La carta
Las fuentes de inspiración


Posdata: El bloguero, junto a la cofundadora de la Colina, acompañados  de su bisnieta en el momento de recepción de tan histórica misiva.

2 comentarios:

Lucila dijo...

Reconozco que en este capítulo es la carta de la nieta lo que más me ha emocionado...y qué bonito dobujo! El blogero estará orgulloso!😍

Casadesnuda dijo...

Qué bonito! Muchas gracias por compartirlo!😍