lunes, 4 de noviembre de 2019

CRÓNICA NUPCIAL DE DESPOSORIOS SIN PRECEDENTES

Vaya de introducción un cariñoso poema, especialidad del cronista:

¡¡¡ Vámonos de bodaaaa !!!

      Hernandes y Gonzales,                                                     ¿Pero quién se casa?
      Alemanis y Monteros,                                                       Interpela bloguero curioso.
      madrileños, zamoranos, 
      charros y valencianos:                                                       ¡Por favor!Si todo el mundo lo sabe! 
      próximos y lejanos,                                                           ¡Si pregonándolo llevan 
      parientes e invitados,                                                         y organizándolo están 
      ... pero no todos.                                                                trescientos días y pico
                                                                                                 la Pareja SERGIO Y PATRI,
       Solo algunos ¡Los privilegiados!                                     flamante arquitecta ella, 
       Algún que otro alcarreño                                                  avezado ingeniero Sergio. 
       y varios otros: jóvenas y jóvenos. 
       Primas y primos, amigas y amigos,                                  De palaciego abolengo ambos 
       extra llegados del mundo entero:                                      por parte de madre y ley. 

       De las Alemanias y England,                                           Que día y hora han llegado 
       ¡incluso de las Américas!                                                 de oficializar la fiesta 
       ¡de Canadá y de México!                                                  del solemne … ¡TE QUIERO!

       ¡Todas y Todos! 
       lujosa y pomposamente tocados ,                                      ¡A las siete de la tarde, 
       en insuperable exhibición de “majos”,                              el 24 de Agosto próximo! 
       de alegrías cargados e ilusiones colmados.                       ¡En “El Casino del Tormes"
                                                                                                  citados estamos Todos!
       Vámonos de fiesta! 
       a las riberas del Tormes                                                      Pero… de todo ello 
       de Salamanca la Blanca ,                                                    ¡y …mucho más! 
       de Torres y Toros,                                                               a estas ripiosas rimas 
       Universidad y Plaza.                                                           minuciosa crónica seguirá.

Notición del verano del 18 
Nupcias con tanta antelación, tan minuciosamente organizadas como las de Patricia y Sergio, no han conocido ni los más viejos del lugar (o séase los abuelos de los casamenteros). 

- “Nos casamos en Salamanca, en el Casino del Tormes!” - anunciaron solemnemente los protagonistas en una sobremesa veraniega ante una audiencia boquiabierta de comensales en la Colina de Palacios.
- “Horror! Tierra trágame! en el Casino de Salamanca”, exclamé horrorizado. En ese burgués salón, por mis aldeanos pies una sola vez ollado.
- “Creo que te confundes. No es el Casino de la calle del Concejo. Es el "Casino del Tormes”. Hotel-Casino-Restaurante reunidos en un antiguo molino restaurado en las márgenes del Tormes, antigua fábrica de harinas.


Escenario singular 
Efectivamente, ¡qué acierto! ¡Qué belleza!


           "En la rivera verde y deleitosa del claro Tormes..."
                                                      (Garcilaso de la Vega)

En el nuevo barrio de las antiguas Tenerías, Ribera de Curtidores, en la zona más antigua e histórica de la ciudad, junto al río, frente a la puerta de Aníbal, escoltados por el puente romano, por el toro y el Lazarillo con su amo el ciego. Cerca de la aceña de Lázaro González, molinero de Tejares, capitán de la dinastía de pícaros universales en cuya compaña el opa ha estado metido en harina.

En este singular escenario, tuvo lugar un cálido atardecer de agosto, en fecha ya conocida y en un altar ad hoc montado, el evento que como cronista paso a relatar:

Primeros pasos
En autobús contratado para la ocasión, llegaba el cronista, procedente de Palacios con gran parte de los familiares de ambos novios al Paseo del Doctor Esperabé salmantino, al molino del Tormes, ese ideal escenario, minutos antes de la hora oficial señalizada.

Solemnemente caminamos unas y otros hasta una plazoleta abierta flanqueada por edificios restaurados y la antigua fábrica de harinas del siglo XIX al fondo.  Pausadamente íbamos llegando familiares y amigos de los novios. Regocijante intercambio de besos y abrazos en feliz reencuentro.

En este tono y ambiente festivo y feliz hizo su presencia la pareja de contrayentes entre aplausos y vítores: “la novia radiante dando resplandores por toda la plaza” (según rezaba canción popular de antaño)... y exultante el novio y orgulloso de su prenda dorada.

Solemne ceremonia 

Como “el amor, la gala y la música andan el mismo camino (Cervantes una vez más)

Mientras los novios ascendían al tablado de la ceremonia, el coro polifónico-mixto González solemnizó la ceremonia con un programa de altura: Te quiero (letra de Benedetti), When I Fall in Love y Viva la Vida.

La ceremonia oficial fue sencilla y emotiva. “Nuevos tiempos, nuevos mores”, cambios de época y escenario. Alcalde por párroco, río y molino por iglesia, lenguaje y fórmulas nuevas y diferentes.

Alipio Tapia, alcalde de San Pelayo y amigo de los padres del novio, amistad de la que presumimos muchos de los invitados, oficializó la ceremonia con tal soltura, simpatía y destreza cual si hubiera estado matrimoniando todos los meses de su vida.

Hay que resaltar la labor siempre acertada del maestro de ceremonias, Miguel Ruiz, que cual diestro profesional al micro, orquestó la ceremonia sin dejar cabos sueltos, con gran maestría.

Y como no sólo obras, sino que “palabras son también amores”, amor, cariño y amistad verdaderos demostraron también al micro parientes y amigos. Brillantes y cariñosas las palabras de María, Celia, Alicia y no podían faltar las clásicas palabras del opa: tiernas, dulzonas y líricas. Poesía y música, almas gemelas, llevan implícitas ambas la esencia de esta fiesta. Alegría y felicidad.

Banquete espléndido y sorprendente
El banquete nupcial fue una muestra más del excelente quehacer de los novios. Nada que ver con las habituales suculentas comilonas de los bodorrios al estilo “bodas del rico Camacho”. Aún así abundante, selecto, variado y generoso.
Este comensal, moderado en el beber y comer, se siente incapacitado para catalogar, enumerar y definir la variedad y variopinta cantidad de entrantes, aperitivos, tapas o pinchos que camareros solícitos brindaban sin cesar, regados de bebidas a discreción.

La tarde iba declinando sobre la humilde aceña de Tejares del padre de nuestro Lazarillo. En grupitos, todos disfrutábamos de la suave y refrescante brisa que nos brindaban las tranquilas aguas y los frondosos chopos del Tormes. Por el cielo azul, cruzaban parejas y cuadrillas de palomas mensajeras, que bajaban a abrevar al río o retornaban a pernoctar en el palomar de las torres catedralicias unamunianas (Alto soto de torres, que al atardecer, cuando el sol…).

Sobresaliente cum laude merece la distribución de los comensales, la ausencia de mesa presidencial de autoridades, todos en mesas redondas, compaginando jóvenes con mayores de distintas familias, unos centros de mesa que, aunque vengan de muy antiguo, nunca antes se vieron en tales circunstancias... y juegos de mesa y fuera de las mesas que confieren un carácter convivial. Para encontrarse como en  casa!

Silenciar no puedo en esta crónica singular, el peculiar final merecedor de matrícula de honor: eliminación de la habitual tarta nupcial, y los presentes de la madrina: tazas que nos recuerdan a ellos y un lindo tarrito de dulce mermelada, del que disfrutamos en sucesivos desayunos.


Fin de fiesta: cóctel animado entre cánticos y danzas 


La guinda del pastel que no hubo, lo puso la pareja de los nuevos esposos, en la inauguración del baile-final de fiesta, con la brillante representación y coreografía del vals nupcial de rigor que nos dejó a todos boquiabiertos: qué elegancia, qué soltura de movimientos, sonrisas y figuras. Histórico espectáculo de danza: ni la mismísima Pina Bausch de la mano de Nurejev lo hubieran superado. Atónitos, no dábamos crédito a lo que veíamos… y tanta admiración y alegría fueron gratamente correspondidas cuando parientes y amigos de los desposados, irrumpieron en la pista bailando al mismo son un baile que ellos también habían preparado, colmando la pista de animación y contento que continuaron sin parar.

Pausadamente, a partir de las 2 y media de la madrugada empezó el desfile de retorno de invitados a sus coches o al autobús que esperaba solitario y silencioso con motor en marcha en la serena y tranquila noche salmantina del barrio del río.



PD. Precioso broche de oro que marca el comienzo de esta nueva etapa de vuestra vida!


¡Que a lo largo de vuestra vida 

sepáis mantener viva y reconfortante 

la felicidad de este 24 de agosto inolvidable!

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