domingo, 14 de septiembre de 2014

AUFWIEDERSEHEN DEUTSCHLAND!!!

Danke schööönnnn!!! 

"De caballeros es ser agradecidos", rezaba un viejo dicho castellano, cuando para demostrar agradecimiento no se precisaba ser jinete o tener caballo, ni aderezar abures o agures. El presente capítulo enzarza adioses y agradecimientos a la par. Un adiós que confirmaba que nuestra estancia en Alemania había valido la pena. Agradecimiento  por la dadivosa deferencia y afable acogida tedescas, redondeadas con la metamorfosis de Deutschland en nuestra "zweite Heimat" (segunda patria). Reconocimiento por habernos enseñado tantas cosas y transmitido tantos valiosos valores que, no es el lugar ni el momento de listarlos. Aprendimos a viajar por toda Europa y a volar como las aves de paso, salvando fronteras sin retornar nunca al mismo nido. Y "a ensanchar nuestras mentes", que diría Octavio Paz. Atesoramos reglas y normas, modos y modales desconocidos aquende los Pirineos.

Foto de despedida de la familia Dettmer
en su Jagdhaus del Taunus

Aquella familia de emigrantes españolitos en Frankfurt había logrado ganarse relaciones y amistades personales y profesionales, y conquistarse aprecio y estima en la capital del Main y en la barriada de Unterliederbach. ¡Cuán distinta la cálida despedida de la tibia y recelosa acogida inicial, al asociarnos en nuestra llegada al postergado gremio extranjero de los Gastarbeiter (¡currantes invitados!). Se sucedieron las invitaciones y celebraciones: agridulces, afables y amistosas en su mayoría, como demuestra la foto adjunta.


Escenas entrañables como la que pondrá punto final al presente capítulo. Obsequios y recuerdos de toda índole: libros y grabados en primer plano. Pañuelos blancos, mudos adioses cálidos, desde  algunas ventanas en la Ludwig-Henslerstr. y en la barriada de Unterliederbach, para hacernos más llevadera la última despedida en una gélida mañana de enero nórdico.

Y como remate de capítulo y etapa tan trascendental es la historieta prometida, resumen paradigmático de comportamiento ejemplar y simbólico  de un pueblo que, aunque catalogado de cabeza cuadrada y mente kantiana, su corazón es ejemplo de grandeza y humanitarismo. Había anochecido. La casa desnuda y vacía agrandaba el silencio y nostalgia convertida en incómoda sala de espera. El nerviosismo familiar  crecía con la llegada de la noche y la tardanza de la esperada alborada de partida. Todo ordenadamente planificado, menos la inesperada e intempestiva llamada al timbre. Un chavalote rubio, un mozalbete  compañero de juegos, fútbol y "Federball" (badminton) en la calle del barrio, aparece en la puerta con un una botellita de dulce licor en una mano y tres copichuelas en la otra. Resumo traducido el contenido de su mensaje:

"Vengo a brindar con ustedes. A desearles muy buen viaje y mucha suerte en España. Y a darles las gracias por lo bonita que ha sido su vecindad en nuestra calle. Prosit! (¡salud!)". Recíprocas fueron nuestras últimas palabras acompañadas del más cordial abrazo y del más efusivo "Danke Schön!"

Huelga todo comentario.

1 comentario:

Blanca dijo...

Que suerte poder leer sobre tu infancia y sobre tan bonitas experiencias en este blog, del que soy fan numero uno. Espero que el verano empiece a dar sus frutos en el blog!