jueves, 5 de diciembre de 2013

A G O S T O 2 0 1 3

El verano va acercándose lentamente a su cenit con la ansiada recuperación de Antje. Omi y Opa ya estabilizados, alargando cada día unos metros más los paseos vespertinos con las vacas de Nuria como curiosonas controladoras. Agosto, haciendo bueno el refrán popular “agosto frío al rostro”, nos liberó del calor abrasador que todo agosta. El agosto más frío del siglo (?) - ¡todas las dormidas con manta! - sirvió de reconstituyente del espíritu. “Agosto todo lo seca menos el mosto” … y el ánimo. Aunque me faltaba el arrullo de la tortolica de la encina grande, el nido de la torcaz - ¡totalmente desaparecida! - curiosona ella, observando y participando con su arrullo en nuestras actividades, idas y venidas, y la constante compañía de las turcas, reducida a una solita, tristona y tímida merodeando por el poste del teléfono y acudiendo de vez en cuando huidiza al abrevadero del angelito. Pero los refuerzos, visitas y festejos de familiares y amigos difuminaron los tonos otoñales. A ello también contribuyeron las efemérides y acontecimientos más reseñables.

El 57º aniversario de nuestra boda transcurrió como uno de los más silenciosos. Menos solemne y cuán distante y diferente de las celebraciones en aquellos primeros años en los que este redactor se concurrido. En la comida de celebración de los novios, estuvieron acompañados de Lucila, Inés y Martín en La Clerecía de la Beltraneja de Ledesma. Comida casera con sencillez recoleta e íntima a la sombra fresca de un nogal, en un pequeño e histórico patio castellano de restaurada casona rural.

Y entre comidas sigue el juego. Como muestra amistosa de afecto y agradecimiento, invitamos a comer a los celadores y centinelas de la Colina y la Parcela, Marisa, Geli y Lali (Jesús y Pilar pasaron a la lista de pendientes), en el restaurante de los hijos de Rosa-Ovidio en Calzada. La esmerada paella casera de Diego, su cordialidad y campechanía y las insuperables chuletitas de cordero del parrillero Miguel Ángel contribuyeron al distendido, cordial y repetible encuentro. Unos días después, 10 de Agosto, comida anual de la Asociación de Mayores en el frontón. Asistencia protocolaria y de cumplido. Cuán distinta de los primeros “banquetes” de antaño, cuando este viejo bloguero se excedía en protagonismo: organizando, perorando, poetizando, cantando y bailando, confraternizando con unos y otros. ¡Con todas y todos! Siempre alegre, jovial y bienhumorado.

La Herrerada, el festejo familiar del año, coincidía un sábado 17 con la ansiada llegada de la “inglesa” Blanca. Pensando en positivo, los problemas se reducen una tonelada. La Herrerada 2013, diezmada este año por la ausencia de los Burgos y de la juventud bulliciosa, animadora y vocinglera, y Rafa como único y fiel representante de los Herrero salmantinos, discurrió en la habitual tónica, gastronómica y musical, insuperable. La alegría del reencuentro y las cariñosas atenciones de “todos los nuestros”, con una única pareja de viejitos incombustibles, amortiguaron debilidades y desánimos.

El amanecer de la mañana siguiente fue diferente. Blanca, con su presencia y su animoso y voluntarioso carácter, hizo subir el termómetro de nuestra alicaída moral a la espera - nunca tan alargada- de la tarde. Y aunque el veraneo de los Regalado, alicorto este año, nos supo a poco, Ana, Javi y Rober recuperaron el tiempo perdido, reapareciendo nuevamente por unos cuantos días y revivieron la mortecina pista de petanca de este 13 de amargo recuerdo deportivo: el novato - y futuro crack - Rober, derrotando al viejo anfitrión campeón! Y lo más doloroso todavía: no formado en la escuela de la Colina…

Domingo de gloria en Agosto. Después de la tormenta viene la calma. "¡Por muy larga que sea la tormenta siempre acabará saliendo el sol!" (Khalil Gibran). Sin cohetes, repique o volteo de campanas, iluminando con su sonrisa y su presencia la Colina apareció tras su operación Antje este inolvidable domingo de agosto. Escoltada por Quique y Teresa, procedente de la Escandinavia, y acompañados por Morgan. El coro de mozas del pueblo de hace un siglo le hubiera dedicado, al salir del coche el cortejo del cuarteto, la canción que antaño se cantaba a la novia a la salida de la iglesia: “Ya sale la novia, - ya sale, ya sale - dando resplandores - por toda la calle”. Y contagiado por el canto, al poetrasto de turno se le encendió la lucecita romántica de su corazón, y se le escaparon los siguientes ripios libres:

"Llegaste despacito:
como se levanta el sol por las mañanas
y la brisa despereza los molinos del otero.

Como la primera golondrina, tímida y recelosa,
anuncia por el pueblo la llegada de la primavera.

Caminabas sonriente:
levemente,
compitiendo tu dulce sonrisa y tu tierna mirada azul
con la capa celeste de lo alto.
¡La tierra tocando al cielo!

Con tu soñada presencia
se desvanecía lenta la melancolía,
y por la vereda del pinar
se adentraba triunfadora la esperanza".

Puesta de sol desde La Colina, octubre 2013.
Y aunque la gloria del domingo duró un par de días justos, al final vacacional se repitió el evento. Esta vez más fortalecida en la llegada. Ya con cámara en ristre, inmortalizando atardeceres espectaculares como el que muestra la foto, o fotografiando variedades de cepas, hojas y uvas en la viña en su afán de confeccionar catálogo vitivinícola para principiantes y aficionados al “bon vino” y a la buena viña. El archivo ilustrado promete ser didáctico e instructivo. Emma y Juan aportan también su granito, esta vez de uvas en vez de arena, a esta gran obra y a la seguridad de la caseta blindándola con candado y cadenas de hierro a la tentación de los raterillos de turno.

Las Fiestas de la Morera o de la Asociación de dulce recuerdo cofundacional han ido perdiendo atracción y seducción con un cuarto de siglo más a mis espaldas. Vivo permanece todavía el concurso de disfraces, gracias a la ilusión de Inés, Martín y sus amigas(os), casi todos los años triunfadores siguiendo las sendas del Opa que también se llevó algún premio disfrazado de jeque. Sin embargo, las estruendosas, ensordecedoras, insufribles y monumentales orquestas son ya materia non grata para los delicados oídos de viejos sordos. De ensalzar es la entusiasta labor de mejora de la asociación, con un programa innovador que incluía la actuación en el abarrotado y entregado frontón de un seductor y engatusador mago, con los sobrinos Iker y Arancha como improvisados ayudantes y prometedores artistas.

Para muestra algunos ejemplos:La familia entera mimándonos. La tradicional paellada marisquera de los Pedraz en Santiz. El paellero mayor de A Coruña y provincias limítrofes,el entusiasta y entrañable Ton, nos obsequió un año más con las delicias de la sua terra.Pero el arroz no hubiera estado en su punto sin la ayuda de la caterva de mirones charros bilbainos, gaditanos, canarios etc.etc. También en este encuentro familiar hubo notables ausencias, la más significativa la de Antonio, senior de los Pedraz. Pero, te recordamos y continuamos queriéndote. Mas, atención galego, que el gaditano Juan viene pisando fuerte con su clásica de pollo.

Y como cierre de programa del verano, mencionar la ya tradicional visita a Carrascal. Conducidos por Blanca y Paloma, sabedoras de las querencias de sus padres por los lares, acompañados de Benjamín, Consuelo y Carmen - este año con la ausencia sensible y dolorosa de Antonio - Palmira y Manolo emprendieron la entrañable e imperdonable excursión anual a Zarapicos, San Pedro y Carrascal, los tres en uno, los que marcaron con dejes de nostálgica felicidad nuestra infancia y adolescencia vacacionales.

Final de vacaciones. Epígono concordante. “Las heridas del pasado se protegen con el vendado de la armonía” (Fl.I.) No juzgues la vida por una sola estación. El verano 2013 fue algo más que sorpresivas visiones de gafas oscuras. Algunos ejemplos: la Familia entera mimándonos, los Amigos fieles transeúntes del camino (Domingo Coca, abastecedor de hortalizas ecológicas y su hija Mari Jose y Javi con la alegría de sus hijos, el Huerto con tanto cariño como celo por mano de Marisa plantado y que diariamente me traía a la memoria los inmortales versos de Fray Luis de León: “Del monte en la ladera - por mi mano plantado tengo un huerto…

La Viña, bálsamo de paz y de esperanza, (este año azufrada, limpiada y regada por Migue - hijo pequeño de Tere y Miguel Angel - insuperable compañía e impagable ayuda, y soberbiamente arada por Lali y su tractor rojo.

Y por último, y entre otras, la concordante melodía y acompañamiento de la semiolvidada, por dificultosa, distracción de la Lectura. Tres novelas “vendimiadas” en horas muertas, redivivas gracias a la ayuda impensable de los nuevos cristalinos, y sobre todo merced y mérito de un viejo amigo recuperado, el uruguayo premio Cervantes, Juan Carlos Onetti con “Dejemos hablar al viento” y los grandes desconocidos incorporados a mi nómina, bestsellers 2013 en sus respectivos países: el sueco Jonas Jonasson, revelación escandinava con su originalísimo y seductor “(El) abuelo que se tiró por la ventana …” y el alemán Florian Illies - otro novato en la novelística internacional - con su dificultoso, pero también originalísimo, monumento en el 2013 al “1913. Un año hace 100 años”. Mejor cierre estival a este 2013 de comienzos tan otoñales y discordantes, imposible.






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