viernes, 23 de septiembre de 2011

Un triángulo amoroso: Carrascal / Zarapicos / San Pedro


La etiquetación de los vértices del triángulo son desilusionantes. El título promete un romance rosa, amoroso-erótico y resulta que en nuestro caso el amante es uno solo - el protagonista - y los amados, tres. Y… paradojas de la vida, el principal de los tres pueblos - o pueblecitos - personificados, el que ocupa la cabecera del frontispicio, es Carrascal, - ¡mi Carrascal! - totalmente relegado y olvidado en la Partida de “mi” Nacimiento, cuya rectificación debiera ser como sigue: “”.. se procede a inscribir el nacimiento de un varón (línea 7 y ss.) ocurrido … en la casa de sus padres, en Carrascal de Velambélez, anejo de este Ayuntamiento.”

Pero bueno… pelillos a la mar.

Situación del triángulo en el mapa
Lo que sí es de resaltar es que estas tres aldeas, equidistantes entre sí dos escasos kilómetros, estaban íntimamente vinculadas, no solo por los lazos familiares, sino por cierto espíritu de mancomunidad, debido a su proximidad geográfica.

Había, no obstante, una causa mayor que motivaba mi afecto, el imán que puerilizaba mi alma: mi orfandad, mi falta de madre. En Zarapicos vivían mis abuelos paternos: Cipriano y “Meregilda” (hipocorístico de Hermenegilda). En San Pedro mi abuela materna: Mª Agustina. La casa de las abuelas - las abuelas sucedáneo de las madres - era un remanso de paz, de mimos y de cariños. Los tres abuelos - el abuelo materno muerto también joven - y los tres pueblos -¡tres eran tres! - con sus circunstancias, impregnaron mi alma de niño, mariposa volandera, jugando a las tres esquinitas. ¡Dulces, tristes y alegres paisajes perpetuados!

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