“No hay primavera sin golondrinas ni otoños (e inviernos) sin neblinas”
La sabiduría popular de los refranes, la añoranza de las rimas becquerianas, la morriña de los cantares de Rosalía, las últimas y alarmantes estadísticas ornitológicas sobre una de las aves más populares, familiares y queridas de España, son las culpables de que este interrogante tan repetido en el tiempo, merezca título en estas Semblanzas.
Respuesta ilustrada de Iribú |
Por mi retina y mi mirada han desfilado millares y millares
de esta glácil y cantora avecilla cariñosa, que tanto alegró mi niñez (v. cap.
“El niño que soñaba con nidos y quería aprender a volar”) y que aún continúa reclamando mi cariño y admiración, a la vez que aumenta
mi nostalgia.
Muchos de mis lectores amantes de la naturaleza y de la
ornitología conocen de memoria el dicho “una golondrina no hace verano”. Tal
vez también conozcan el menos corriente : “una sola golondrina no anuncia el
verano”, aplicables ambos a la recién estrenada primavera 2015, gélida y
ventosa. ¿Quién no sabe que las golondrinas cuando llega San José…
- Por San José la golondrina veré (19 marzo)
- Para marzo a su mitad, golondrina viene y tordo se va
- San Raimundo trae la golondrina de otro mundo ( 17 marzo)
- Si quieres saber cuándo es abril, la golondrina te lo vendrá
a decir
- A 15 de marzo da sol en la umbría y canta la golondrina
… retornan a los poblados de la Península Ibérica, provenientes de los
cuarteles de invierno africanos,
desfilando de una en una, y que
cuando regresan a los invernaderos del sur a finales de agosto lo hacen en
bandadas?
¿Quién no ha vivido alguna vez el bellísimo y singular espectáculo migratorio
de las numerosas familias de golondrinas
posadas, silenciosas y reflexivas, en los cables de teléfono o del tendido
eléctrico ultimando los preparativos de
su viaje de vuelta?
Pero, retornando a nuestro refranero, está demostrado que
esa avecilla primera, solitaria (¿es el macho?) algunos años se anticipa y
equivoca en el pronóstico y su mensaje de pregonera del verano ni tan siquiera
es aplicable a la primavera.
Ejemplo elocuente el presente marzo de este 2015: ¡el termómetro del
ordenador lleva más de medio mes registrando mínimas bajo cero y máximas que no
pasan de 7º u 8º, temperaturas injustas e inapropiadas para nuestras anduriñas madrugadoras .
“ En los nidos de antaño no hay pájaros hogaño”.
Miguel de Cervantes
!Ni golodrinas! Aunque la poetisa romántica gallega
pregonase en uno de sus cantares:
“Tornó la golondrina a su viejo nido”.
Rosalía de Castro
Pero no le sobraba razón a Don Quijote, y su quejosa
sentencia en su último trance podría repetirse agrandada en nuestros días: Hogaño han volado y no han vuelto – ¡ni
volverán¡ - miles y millones de
paseriformes: alondras, cogujadas y trigueras; jilgueros, verderones y
pardillos, ¡hasta gorriones!; córvidos (cuervos, grajos y grajillas)…
Y con ellos han desaparecido sus nidos.
- Y no han vuelto las golondrinas que colgaban sus nidos del balcón de la amada de Gustavo Adolfo, rozando con sus alas los cristales de la ventana, y aprendiendo los nombres de los enamorados.
- Ni tampoco han vuelto las que “tornaban a sus nidos” en los tiempos de la melancólica poetisa gallega.
- ¡Ni las del Guadalquivir volvieron, ni las del Saar tornaron.
- Ni cruzarán este año el Estrecho un millón de las oscuras avecillas tan cantadas por poetas e idolatradas por los románticos de todos los tiempos.
Quienes han podido compartir y disfrutar del encanto y
alegría de sus trinos, de la belleza de su estilizada figura, de las acrobacias,
sorteos zigzagueantes, de sus rasantes
vuelos (la golondrina barrendera rozando el suelo y limpiando el poblado de
mosquitos), de sus idas y venidas por
calles y plazuelas, por las alturas del azul cielo castellano… lamentan la triste
disminución de estas avecillas tan queridas y admiradas como populares.
Entre las numerosas causas de este debacle figuran:
- la despoblación rural (la golondrina busca la compañía humana)
- la modernización de la vivienda
- la sustitución de la rústica piedra por el ladrillo y el hormigón
- la desaparición de la clásica chimenea de campana
- la transformación de los espacios rurales, albergue de los animales domésticos: corrales, tenadas, pajares, cuadras y comederos, porches, espacios oscuros con ventanucos, vigas, travesaños y muros rústicos
- La renovación y mecanización de la agricultura, la ganadería y el pastoreo…
Ejemplos a raudales recuerdo en casa de Emma-Juan, en casa de
los abuelitos en Palacios, en en la Colina de Valmiguel y en la caseta de la viña en La
Bandera donde guardamos un ejemplar histórico...)
Nido en el porche de la casa de Emma y Juan - Foto Miguel Angel |
Al turismo de las golondrinas también le ha llegado la crisis! Fomentada y agrandada por la falta de alimentación o cebo, por el uso y el abuso de herbicidas, pesticidas y otros productos químicos.
Según estadísticas
del pasado 2014 en el que la golondrina fue homenajeada como “Ave del año”, España pierde un millón
de golondrinas al año (datos ofrecidos por el Servicio español de ornitología
– Birdlife). En el período 1998-2013 España registra un descomunal descenso del
32% y Europa un 35% de la población de golondrinas.
La disminución de la población de otras especies, acusada
por los cazadores (de la que ya se quejaba mi adorado Delibes), como las perdices, las tórtolas y las
codornices, son también palpable realidad .
Paloma turca incubando en una acacia rozando los cristales del salón. Foto de AAGlez |
Aunque debo confesar que es arriesgado y difícil informar o
juzgar con ecuanimidad cuando manda el corazón. Mi cariño y simpatía por los
pajaritos, y por las aves en general, encuentran
premio y correspondencia mutua en la fidelidad de algunas especies y en la
llegada de otras nuevas, la paloma, tórtola turca... Unas se van para siempre y otras
(poquitas) las sustituyen. Por ejemplo, la familiar paloma-turca anidando al
alcance de la mano en la acacia de Cabanillas o en el prunus del patio de Emma
o en la parra de uvas a la salida de la cocina de La Colina.
“Aunque no todo el monte es orégano” ni “oro todo lo que
reluce”, los amantes y defensores de aves y pajaritos hemos de soportar y
padecer con frecuencia los contratiempos de sus hábitos y de su higiene. Por
ejemplo, recomendamos no sentarse ni pasear bajo un nido de golondrinas en
período de crianza. Fácil de reconocer por adornar el suelo con un montículo de
excrementos de los polluelos.
Pero, reconozcamos y admiremos el espíritu de limpieza
hogareña de los golondrinitos, tan obedientes y educaditos, llevando
escrupulosamente a rajatabla el código de higiene impuesto por sus
progenitores, que reza según refrán:
“Pájaro que caga en el nido no debía ser nacido”
Más no hay tiempo que no vuelva. Cada año hay primavera.
La primavera acaba de llegar y sueño que con ella retornen las tan añoradas y alegres avecillas inspiradoras de este capítulo.
1 comentario:
Este año me parece que las golondrinas han llegado más tarde que otras veces. Pero haberlas, haylas... y más ahora que ya han llenado de agua el canal del Henares, que pasa por Cabanillas y que abastece de mosquitos a nuestra amigas las golondrinas.
Publicar un comentario