El Werther alemán en “román paladino” y Añover de Tormes como escenario excepcional y anfitrión sin precedentes
Fue un 19 de octubre de 2019… y para más inri, una paradoja más de tantas en la vida, también a las 19 horas de dicho día. Y para estadistas amantes del 9, el décimo aniversario (2009-2019) de la Tertulia Literaria salmantina, “alma, corazón y vida” del evento.
El día caía por poniente. Un sol crepuscular se despedía, ocultándose avergonzado tras densos y oscuros nubarrones grises prometedores de la ansiada lluvia, que no pasó de leve llovizna. A la hora en punto fijada, la modesta iglesia del soñador pueblecito salmantino de Añover de Tormes abría de par en par las puertas de su humilde “casa de Dios”, convertida en “casa de todos” -¡como debe ser!- para evento socio-cultural sin precedentes en aldeas de este calibre.
Añover de Tormes, poblado despoblado, uno más de los innumerables de nuestra “España vacía”, presumía en esta velada otoñal, además del apodo del río, que ni sus nieblas con él comparte, de resucitada iglesia, a rebosar de feligresía variopinta: semblantes sonrientes, rostros alegres y amigables en animado parloteo. Abrazos y bienvenidas, encuentros y reencuentros sin precedentes. Pasado y presente conjuntados y armonizados: urbe (Salamanca, Madrid, Villalba, Guadalajara…) y campo (Añover, Palacios del Arzobispo, Carrascal de Velambélez, San Pedro del Valle, Cabrerizos, Carbajosa de la Sagrada…). Ancianos, jóvenes y menos jóvenes, parientes y amigos reunidos en compaña para homenajear a las Letras, la Cultura y la Amistad. Magnífico ejemplo a seguir para rescatar al campo del abandono y el olvido. Y simplemente por obra, arte y magia de idealistas hijos del pueblo y románticos tertulianos de la capital.
¡Albricias! Conociendo a Johann Wolfgang Goethe y leyendo su Werther -y tantas obras más de maestros ilustres de la literatura universal- contribuís al renacimiento de la esperanza. Pues, leyendo, no solo se disfruta “viviendo la vida que otros soñaron” (Miguel de Unamuno), sino se comparten sentimientos, se intercambian lenguas y culturas y hasta se homenajean traducciones.
Bueno, creo que ya es hora de hacer públicas causa y motivación, y nombre, de los artífices de tan inmerecido Homenaje y celebración de Aniversario en tan insólito escenario y lugar: “La vida se debe vivir siempre hacia adelante, pero solamente se entiende hacia atrás.” (Kirkegaard)
Sea ello como fuere, interpretando tiempos pasados y brindando nuevos horizontes, una pareja de románticos conquistadores, Manolo Montesinos y Ángel Jesús Domínguez (como promotor Manolo, y organizador “alma, corazón y vida” Ángel Jesús), fueron los culpables de este desaguisado: Décimo Aniversario 2009-2019 de la Tertulia Literaria y desorbitado “Homenaje” (con mayúscula y entrecomillado) a un jubiladísimo traductor del Werther y a “Las Desventuras” de ambos. Celebración que, como las grandes obras teatrales clásicas, se programaba en Tres Actos y en Tres Escenarios diferentes.
Bueno, creo que ya es hora de hacer públicas causa y motivación, y nombre, de los artífices de tan inmerecido Homenaje y celebración de Aniversario en tan insólito escenario y lugar: “La vida se debe vivir siempre hacia adelante, pero solamente se entiende hacia atrás.” (Kirkegaard)
Sea ello como fuere, interpretando tiempos pasados y brindando nuevos horizontes, una pareja de románticos conquistadores, Manolo Montesinos y Ángel Jesús Domínguez (como promotor Manolo, y organizador “alma, corazón y vida” Ángel Jesús), fueron los culpables de este desaguisado: Décimo Aniversario 2009-2019 de la Tertulia Literaria y desorbitado “Homenaje” (con mayúscula y entrecomillado) a un jubiladísimo traductor del Werther y a “Las Desventuras” de ambos. Celebración que, como las grandes obras teatrales clásicas, se programaba en Tres Actos y en Tres Escenarios diferentes.
ACTO I
Como en toda obra escenográfica clásica, no pudo faltar el
Prólogo: llegada de tertulianos y entrada de acompañantes y simpatizantes a la
iglesia, escenario dignísimo y habilidosamente montado. No fueron precisos ni
el apagado de luces, ni el alzado de telón, pues éste, monumental, no por el
tamaño precisamente, cubría parcial y artísticamente medio altar mayor,
escoltado por simpáticos angelitos y adornado de artísticas citas maestras del Werther y la
portada de la obrita causante de tanto alboroto.
En primer término, la “mesa de autoridades” (homenajeados y
homenajeantes actores). Escenario íntimo, pequeño, con arte, gusto y sencillez
montado. ¡Chapeau dibujantes y artistas! Iglesia, lugar de oración,
transformada por arte y magia, en sala de conferencias, en paladín
de las letras y la cultura. El habitual “patio de butacas” convertido en filas
de modestos bancos completos. Como “una imagen dice más que mil palabras”, dejemos
a la fotografía
que hable.
Pero lo que no reproduce la cámara es la delicada y
finísima ambientación artística: ¡literatura y música hermanadas y armonizadas!
De fondo... música de la "ópera Werther" del compositor francés
Massenet.
Resaltar la organización
de Ángel, hijo de Añover, y en mi corazón la presencia de su padre, amigo fiel
desde mis correrías fiesteras juveniles por la comarca, especialmente por Santa Cruz y San Roque, festejos que este cronista no se
perdía ni un solo verano, antes de alzar el vuelo.
Pero el creciente nivel artístico literario de la velada lo
pusieron tertulianos con la lectura magistral de antológicas cartas de la
novela protagonista, "Las desventuras del joven Werther".
Lamento el desconocimiento de los nombres de sus lectores. Pero la
nota académica de la tertulia literaria la puso el profesor Montesinos,
compañero de fatigas profesionales docentes, amigo fiel y único sin paliativos,
a pesar de la distancia tan enorme en edad, talla y universidad que nos
separaba. Manolo Montesinos, con la elección de su charla y con su erudición,
supo dar realce académico al Aniversario de la Tertulia en la iglesia de
Añover.
ACTO II
Añover anfitrión. Vinito español
como aperitivo.
Más bien que acto segundo, puesto que el primero estuvo
dedicado a la literatura, éste fue entreacto y cambio de escena. Y sobre todo
de escenario. Concluido el acto “académico”, los “fieles” abandonaron la iglesia y, pasito a pasito, por una
callejuela en la que había que poner los frenos, se dirigieron al “centro
socio-cultural” donde los anfitriones -“Don Ángel Luis Domínguez”- invitaba a un
“Vinito de Honor” y los tertulianos, en su “Décimo aniversario 2009-2019”, como
amantes de la lectura, rendían homenaje a las letras universales. Personalizadas
en los autores leídos en sus encuentros, cuyos retratos, con líricas citas antológicas de
alguna de sus obras adornaban el salón multiusos de Añover.
Todos los pueblos tienen su historia y sus leyendas.
Nuestro Añover -el del Tormes, no el del Tajo- acaba de escribir una página en
la historia moderna de los pueblos olvidados. Añover, con los Domínguez a la
cabeza, acaba de escribir un capítulo ejemplar en su historia, con la creación
de ese centro lavandería en la planta
baja y un centro social-cultural, o como quiera llamarse. Donde este grupo de
amantes y simpatizantes de las letras y amantes de la lectura han disfrutado de
la amistad y armonía. Y este homenajeado -premiado con los posters de John
Banville y Miguel Delibes -dos de mis autores predilectos- se sentía feliz en
su salsa. Y convencido de que Amor con Amor se p aga.
ACTO III. Desde Aldearrodrigo. Banquete como premio fin de fiesta.
Debo
confesar humildemente, que no soy ni experto, ni aficionado a la Gastronomía.
Por tanto disculpen mis amigos lectores pase por alto o de puntillas sobre
menús, carnes o pescados, postres y bebidas en el magnífico restaurante -de
excelente servicio- “La Ribera” de Aldearrodrigo. Un poquito, sin embargo, sí
entiendo de salsas, especias y “acompañamientos”. Y sobre todo de
“acompañantes”. Pues, supe bien acompañarme y asesorarme de parientes peritos
en la materia: Palmira, dos de nuestras hijas, dos sobrinas y un yerno,
acompañantes de excepción, quienes no se han cansado de repetir que: “en celebraciones gastronómicas de amigos tan
multitadinaria como la presente - ¡de setenta a ochenta comensales! - nunca
habían disfrutado de ambiente tan
agradable y entrañable, ni recibido, jamás, tantas muestras de simpatía y
afabilidad. ¡Y de agradecimiento! Suficientemente premiados se
sentían los tres galardonados con los aplausos y muestras de cariño.
La bandeja
de Klimt, (pintura se escribe también con mayúscula en mi familia), premio al
editor-traductor del Werther, ocupa lugar propio en una solemne mesa navideña
majariega.
EPÍGONO
Pasada
la medianoche, la luna, siguiendo la tónica solar, tampoco se había dejado ver,
cediendo su vez a la llovizna, convertida en lluvia. La noche era templada,
tranquila y húmeda. El autobús “homenaje-aniversario”
había ya enfilado hacia la capital. Solamente dos coches, el de Calvarrasa y el
de Palacios, se responsabilizaron de “barrer” la plaza de “La Ribera”. Por la
cabeza del nonagenario homenajeado runruneaba un pensamiento. Y un sentimiento.
En este juego numérico del comienzo faltaba otro 9. En vísperas de celebración de las fiestas
navideñas de este año, solo restaba desear a todos los participantes en el
inolvidable evento de Añover de Tormes una… ¡¡¡Muy feliz, familiar y amigable
Navidad 2019!!!
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PS. Compaginando realidad y fantasía, verdad y ficción,
este cronista se aventura a afirmar, que si nuestros amigos Goethe y Werther -tanto
monta- hubieran presagiado este
histórico evento salmantino, Goethe hubiera liberado a Werther del suicidio,
para así ambos poder asistir, como buenos aficionados que eran a un vaso de
“bon vino” (recuérdese la botella de vino en su mesa previa al pistoletazo), y
se hubieran personado sin necesidad de previa invitación, para sumarse a esta
magnífica celebración literario-gastronómica.