Ausencia imperdonable: Don Quijote relegado
Quijote del Abuelito Clemente - Sopena 1905 - 3er Centenario |
¡Insólito! ¡Increíble! ¡Imperdonable! ¿Cómo es
posible, se preguntará más de un biblófilo o lector amante o
devoto del Quijote, que un profesor, filólogo y comparatista, que presume de
biblioteca de rango y de blog con cuatro capítulos dedicados al libro y la
literatura, no ofrezca en ninguno de ellos una sola línea o una simple alusión
a Cervantes o a su Don Quijote?
Confieso,
sonrojado y avergonzado, en la celebración de este IV Centenario de la muerte
de Cervantes, este 16 de abril de 2016, que tal ausencia fue simple olvido, consecuencias
de la edad de quien perdón solicita: ausencia y olvidos inconcebibles, pues, “están
tan lejos de serlo como están el cielo de la tierra” (Prólogo del Quijote). El
ingenioso hidalgo Don Alonso Quijano, el fiel escudero, su “amigo Sancho” y el
libro de sus aventuras y devaneos son desde tiempos inmemoriales (¡desde
siempre!) tan amigos míos, más si cabe, que “Mis viejos amigos” del capítulo precedente.
Amistad que fue
forjándose desde las primeras lecturas en la escuela de aldea, hasta los
actuales pasatiempos de lento lector desocupado, archijubilado. Regocijándome
con la lectura del Quijote desde la niñez, cual si de “libro de cuentos o
aventuras se tratara” (como tal fue interpretado en alguna de las primeras
versiones en lenguas extranjeras) y desde la universidad convertido en lector y
seguidor del pensamiento de Saint Beuve: “Todos somos dos, Quijote a veces y a
veces Sancho… se acuesta uno Don Quijote y se despierta Sancho”.
Entretenimiento
y hasta risa provocaban en la fantasía infantil y de adolescente, las aventuras
de: Los Molinos de Viento, Los Pellejos de Vino, el Manteamiento de Sancho o
sus peripecias como Gobernador de la Ínsula Barataria, las Aventuras de Sierra
Morena, etc.
Edición de Cátedra 2005 - 4º Centenario |
Mi devoción
y pasión por el Quijote fue fraguándose pausadamente, ininterrumpidamente, a lo
largo y ancho de mi vida, como lector, crítico, intérprete y humilde investigador
de literaturas comparadas. Sirvan de prueba algunos ejemplos elocuentes: mis últimos
cursos de Doctorado en las Universidades de Deusto y la Complutense versaron
respectivamente sobre Cervantes y su Quijote: “Primer juicio crítico del
Quijote en alemán: el carácter de Don Quijote y Sancho” y “La aventura de la
traducción de Nombres Propios del Quijote al Alemán”. Varios fueron también los
artículos, charlas o conferencias en revistas y organismos culturales en 2005
con motivo del IV Centenario de la publicación del Quijote. A esta categoría
pertenecen: “La semana sobre el Quijote” en el Centro de Mayores Reina Sofía de
Majadahonda, coronada con un viaje “La ruta del Quijote” por la Mancha
Cervantina.
Ha llegado el
momento de reivindicar el papel y el lugar de Cervantes y el Quijote en nuestra
biblioteca con una breve muestra fotográfica de valiosas ediciones de “Quijotes”, acompañada de bellísimos pensamientos de afamados personajes de las
letras y artes universales, lectores apasionados del Quijote, entresacados de
la publicación de Cátedra en el IV Centenario, “Don Quijote en el Arte y
Pensamientos de Occidente”. Un centenar de ilustres lectores dan forma y ser al
personaje y al libro más conocido e influyente de la literatura universal.
A
continuación selección de ejemplos destacables:
- “Ahora releo Don Quijote. ¡Qué libro tan gigantesco! ¿Habrá algo mas espléndido? (Gustav Flaubert)
- Leí otra vez mi libro favorito”, escribió Paul Klee en su diario ¡a los 22 años!
- “Como joven estudiante el deseo de leer el inmortal Quijote en el original español me estimuló a aprender español, sin maestro, la bella lengua española. (Sigmund Freud)
- William Faulkner dijo que leía Don Quijote todos los años “como otros leen la Biblia”.
- “Si mal no recuerdo, antes de concluir el primer capítulo del Quijote supe que quería ser escritor". (Bioy Casares)
Edición limitada Aguilar 1963 - Para bibliófilos |
El entusiasmo
desbordante por el Quijote no ha sido, ni es, exclusiva de hombres y nombres
del mundo de las letras o las artes. Antes de poner final al presente capítulo,
un Amigo, con mayúscula, José Antonio R.: empresario, economista, profesor
universitario, cantor y lector serio y humilde, me comunicaba, en el atrio de
la jubilación: “Estoy releyendo el Quijote. ¡Es una maravilla! Creo no haber
disfrutado tanto de otra lectura”. Como sé que es lector también de literatura
alemana le regalé “Travesía con el Quijote”, de Tomas Mann, y las palabras de
elogio y admiración superaban a las del Quijote.
Como una
muestra más de lo que antecede, sirva también resaltar que en mi biblioteca
descansa el Quijote en edición de lujo, limitada y dedicada, en cuatro tomos. Lectura
deleitable en todos los sentidos, regalo familiar en mi 50º cumpleaños y lectura
primera como premio a mi jubilación...
…y sin
olvidar la lectura de la edición ilustrada por Mingote con motivo del 4º
Centenario del Quijote. Brillantemente retratados con trazos en lugar de palabras,
los personajes del Quijote.
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