El bloguero octogenario afortunado |
El
jefe - hoy bloguero - sentado gozoso en la plataforma de la caseta, alzó
extasiado la vista al azul del cielo otoñal. Y sonriente, radiante de felicidad,
contemplaba acariciando con su mirada la belleza y generosidad de las cepas de
“su” viña en pleno esplendor y policromía. Exultantes las vendimiadoras y
vendimiadores, animados y animosos, disfrutaban por parejas, encorvados abrazando las jóvenes
y frondosas parras, cortando racimos y llenando el cesto de las uvas más dulces
y sanas que se recuerda: maduritas y tentadoras las doradas malvasía y
moscatel; incluso las de verdejo, predilección para el paladar del viejo,
jubilado viticultor.
No
es la cantidad si no la calidad la que marca la diferencia. Diferencia en el
fruto y en la cosecha apodada vendimia. ¡La vendimia de 2015! que entrará en la
categoría de excelencia en el “índice de vendimias”. Merecedora, por tanto, de ser “blogueada” e
incluida en la historia de la viña de La Bandera y en los anales de los recuerdos gratos.
Pero
a la hora de catalogación, puntúan también otras razones o factores, entre los
que destacan cambios, innovaciones y celebraciones familiares con aires, colores
y sabores de fiesta: para no anquilosarnos en el pasado y disfrutar todos - y todas - de la “celebración” de la
vendimia, de la belleza de la naturaleza, de la poesía y encanto de la remozada
Bandera en otoño, el tradicional “cocido charro” de la Omi y asistenta de turno
que, reclamaba una mañana entera de atenciones, fue sustituido por otros platos
de más rápida y previa preparación. El “jamón al horno” de la insuperable
cocinera de la c/ La Fuente (Emma) y las exquisitas y populacheras “patatas
revolconas” de la fantasía de Antje, con la colaboración del resto fraterno,
permitieron “candar” La Colina a media mañana y, a las 11 en punto… ¡todas y
todos a vendimiar! en una espléndida mañana del estrenado otoño: ¡26 de
septiembre! A disfrutar de un día de “primavera del verano” como A. Camus calificaba
al otoño, a regocijarnos en la paz y belleza del paisaje de viñas, chopos,
pinares, encinares, zarzales y colinas… En suma, de una dulce mañana soleada y
serena, luminosa y templada, poco frecuente
en vendimias castellanas.
Foto de grupo |
Mas,
descendamos del olimpo de las musas y maticemos algunos pormenores. En el
“todas y todos” (= a vendimiador@s) - figuraban ausencias notables que
lamentar, perceptibles en la “Foto de grupo” de la caseta. Ante todo de la juventud.
Por orden desordenado faltaron -¡
involuntariamente!- por hallarse en el
extranjero: Paloma e Inés en Inglaterra, Andrés en Alemania, Teresa y
Christofer en Noruega; y en la península ibérica:
nuestra famosa ilustradora
Irene y companie, mas la futura arquitecta Patricia. Nostálgica y tristona se
lamentaba Teresuki con posterioridad: “¡Cada vez que me pierdo la vendimia es
como si me faltara algo!”
Mas,
para rellenar y alegrar ese vacío llegaron vendimiadores de repuesto: de
Guadalajara Rosa y su perrito Fan, cartógrafa ayudante del jefe , animadora
y cantora (según demostró en la velada musical), y el Dr. Ing. Pablo, “inspector
y maestro jefe”, perito en todo lo relacionado con la madre naturaleza, siempre
aleccionando e ilustrando. De las estribaciones de Navacerrada llegaron también
para echar una mano, o las que fueran necesarias, Paloma Navarro, desde tiempos
inmemoriales amistad y ayuda imprescindibles en reuniones y festejos
palaciegos, acompañada de su hija Ángela, ardilla saltarina, concordancia perfecta
con el benjamín de La Colina, el saltamontes, bailador y balompédico Martín,
inseparable parejita como muestra la foto.
Tradicional aperitivo junto a la caseta |
En
el programa del evento cabe resaltar también por su obligatoriedad y notoriedad,
y como colofón a la fatigosa labor del “agáchate y vuélvete a agachar”, el “Tradicional
y frugal aperitivo de la Omi” a la sombra del roble o abrigo de la centenaria caseta,
marco ideal para nuestra reportera. Este año - ¡ quién lo diría! - con sabrosos
embutidos tarraconenses, muestra de la unidad patriótica, regados con los
frescos caldos del lugar.
De
retorno al hogar y después del banquete y de la preceptiva siestecita,
nuevamente a la laboriosa faena del “pisao” o prensado de la uva y elaboración
del vino, objetivo y finalidad de todo el tinglado. Proceso lúdico que para
mayor solemnidad, desde hace varios años no tiene ya lugar en la famosa “Bodega
Manolo” de La Colina, sino en el salón-cochera monumental de los Martín-González
en la calle La Fuente de Palacios. Del proceso del pisado, estrujado o prensado
- ¡especialistas a mansalva! capitaneados por Quique - siguiendo sistemas
ancestrales, da fe de ello nuestra reportera! Yo simplemente quiero testificar
que una vez el mosto en la cuba, sin el granito de arena y celo de los queridos
vecinos-amigos Tere, “mecedora” y controladora de la fermentación, y Miguel Ángel,
asesor-supervisor del “tapado”, los caldos de La Bandera no serían lo que
pregona el apodo de la viña. Aunque en
este apartado me avergüenzo de la siguiente confidencia. Sotto voce y que no
trascienda: este vanidoso viticultor a la hora de sus preferencias antepone un
tentador racimito de doradas uvitas a un bon vaso de vino tinto.
¡Estoy
saltando a la torera el objetivo que anuncia el título!: el enmarque de la
vendimia 2015, obra y arte de nuestra cineasta Adela. Ella será la responsable
de inmortalizar y enmarcar con su cámara este acontecimiento vitivinícola
familiar anual que, también este año
contó con animado “final de fiesta” musical hasta entrada la media
noche.
Cansinos
y aletargados “los mayores”, pero con voz, energía y alegría suficientes el
resto, acompañados y animados por la guitarra de Adela: sopranos, contraltos,
bajos y tenores - todos ellos divos en coros o corales madrileñas y alcarreñas - Rosa, Paloma, Antje, Emma, Blancaluz, Lucila,
Juan y Quique, apoyados y escoltados por los “niños cantores de Palacios” Ángela
y Martín, agotaron el repertorio de música moderna de los archivos familiares.
Y
ahora sí. Definitivamente hago mutis por el foro con el teclado y que la
fotógrafa competente enmarque el capítulo,
“Viña y Vendimia 2015” para
recordar.
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