Parodiando a mi adorado maestro Miguel Delibes en su primera gran novela La sombra del ciprés es alargada , "yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas, y creo que el silencio y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada más nacer…”, yo nací en un minúsculo y pobre pueblecito salmantino y entre los recuerdos más vivos y entrañables de mi niñez y adolescencia, que se metieron e mi alma nada más nacer, figuran los de la música popular: coplas y cantares populares, canciones de siempre, letras y melodías cantadas de generación en generación. Impresos en mi cerebro y guardados cuidadosamente en mi repertorio musical figuran los ecos alegres y festivos, primitivos y populares: coplas del castizo tamboril y de las populares flauta o gaita castellanas en bailes y festejos de toda índole.
Fiestas de Carrascal en septiembre de 2016 |
De la niñez perviven vivas todavía en mi memoria las canciones patrioteriles cantadas diaria y obligatoriamente al final de la jornada escolar en todas las escuelas nacionales en aquellos "años triunfales” del incipiente franquismo: El ¡Viva España!, sustituido algunas tardes por el himno, igualmente oficializado, ¡Cara al sol! (Confieso “orgulloso” que aquel entusiasta cantor infantil ni presumió, ni vistió jamás la célebre “nueva camisa azul”).
Muchos
fueron además -¡y continúan siéndolo- los factores y festejos causantes, a
los que me siento vinculado como autor del presente capítulo. De resaltar fue
-y continúa siéndolo- durante las anuales festivas y populares ferias
septembrinas salmantinas el día del tamborilero en Salamanca. Tradición anual
charra. Durante los festejos septembrinos las calles principales de la
ciudad vibraban y bailaban al son de las flautas y tamboriles
charros.
La música popular es la que mejor refleja el espíritu rural tradicional. Música hoy bastante relegada y arrinconada en las fiestas populares por las ensordecedoras y monumentales orquestas en voga.
Pero
resucitada -¡y revivida!- en otros actos, como lo fue en el
histórico Palacio del Infante Don Luis de Boadilla del Monte el domingo
4 de junio a las 12:30 de la mañana: al son de la flauta y el tamboril, en
el ciclo de Cultura tradicional en la España rural, por los músicos e intérpretes
folkloristas D. Miguel Nava y Don Rafael Martín, cofundadores, profesores e investigadores en la Escuela de Müsica y Danza tradicionales en la Sierra Norte Entresierras.
Tres fueron los animadores con su gaita y tamboril de las fiestas y festejos: bodas, carnavales, romerías populares de aquellos pueblecitos del Tormes ledesmino: Almenara - La Vega de Tirados, Zarapicos y Juzbado -con San Pedro del Valle y “mi Carrascal” a la cabeza. Tres los ilustres tamborileros ¡solicitadísimos!: Pepe el de Almenara como el más sobresaliente. Y los tres aficionadillos a “la jarra de tintorro” -siempre a sus pies para enjuagar la flauta -: el señor Quintín de la Vega de Tirados, a cualquier día y hora a disposición de los mozos de Carrascal- quienes disfrutaban canturreando y bailoteando al ritmo singular de su peculiar flauta de la media docena de canciones de su repertorio.
Inolvidable su pasodoble:
Memorable también mi muy querido Sr. Florián, zapatero, gran pescador de barbos y vecino de mi abuela materna en San Pedro del Valle.
A su recuerdo va dirigido este post.
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