Carpa y cartel de la XV Herrerada. Foto: Fam. Herrero |
Instrucciones
para su mejor comprensión y mayor disfrute: (El capítulo siguiente… tropieza con difícil etiquetación:
¿sainete?, ¿entremés?, ¿comedia?, ¿musical?, ¿banquete
regio?... Simplemente doy fe de que no fue obra de ficción o teatro,
sino entrañable reunión anual de una familia, de una HERRERADA
excepcional, como todas ellas, organizada y aderezada con primor y
donaire, alegría y amor).
Acto
1º
Al
alzarse el telón, aparece un festivo escenario natural gigantesco.
Variadísimo y multicolor. Irregularmente amueblado. Al fondo, y en
primer plano, un par de pinos piñoneros semicentenarios, a los que
una fontanilla de nacimiento presta frescor. Como telón de fondo,
encinos frondosos y verdeoscuras y robustas encinas limitando el
horizonte. Por doquier jaras y cantuesos, que por estas tierras
apodamos tomillos. En primer plano, y saliendo por la puerta de la
recocina, bloqueando la caseta de la leñera y la caseta del depósito
del agua -¡sin agua!- una carpa previsora y ensombrecedora, portada
de la Alcarria ad hoc, previniendo del temido lorenzo agosteño, y
protegiendo una gigantesca mesa, atiborrada de viandas de todo tipo,
pretendiendo emular a las bodas cervantinas de Camacho.
Los dos jamones... |
...y otras viandas. |
Destacando
en el centro dos jamones, -¡dos!- de pata negra y engordados en la
Iberia, completos, aunque despiezados y sin pezuñas!- asados y
tentadores, plato fuerte y de homenaje a los homenajeados que, dicho
sea de paso, eran los ¡Novios que en 1956!, acordaron vivir juntitos
y armónicos hace 60 años, y que, acuciados por el poder seductor de
los genes familiares, levantaron esta casona, apodada La Colina por
obra y gracia del dúo Palmira-Manolo. (Tal era el nombre propio de
la agraciada parejita).
El Moblaje, prosiguiendo con las instrucciones preliminares, todo
rústico y de primera. Salvo la sillería, de plasticurri barato la
mayoría. Predominando el blanco y el verde. ¡Periculosas todas
ellas! por su demostrada peligrosa inestabilidad.
Hora:
entre las 13h y 14h de un día cualquiera del achicharrador agosto
castellano de la meseta. Temperatura, sin embargo, benigna y
deliciosa para aquellas fechas: ¡entre 25 y 27 grados!
Un
pasillo alfombrado con pizarra gris natural conduce de la salida de
la recocina a la alargada mesa de autoridades y homenajeados. A la
cabecera, expectante, sonriente y radiante de SATISFACCIÓN Y
FELICIDAD, el cuarteto patriarcal: ZULAY – PEPE REGALADO escoltando
a los Novios antes citados, PALMIRA – MANOLO. Los cuatro venerables
santurrones en todo momento atendidos, siempre con primor servidos y
en exceso mimados por la cuadrilla de expert@s cociner@s, camarer@s,
músicos, cantores y cantoras, escolares aprendices y promesas en
ciernes, integrantes, todos ellos y futuras glorias de la
internacionalmente conocida institución familiar LA HERRERADA, ¡cuya
XV edición!- se celebraba este año de
gracia a bombo y platillo, al coincidir -paradojas de la vida- con
las anunciadas “Bodas de Diamante“ y el “Nonagésimo
Aniversario” del patriarca de la tribu: ¡90 añazos al
canto!...¿Hay quién dé más?
Tal
fue la importancia y trascendencia de este entrañable evento
familiar veraniego que el Bloguero-cronista no puede resistir la
tentación de historiar -¡en versos arcaicos! como todo lo suyo- el
nacimiento de este solemne festejo, que vio su luz primera en los
albores del presente siglo.
L
A H E R R E R A D A
En
viejo román paladino,
en
el que el pueblo llano suele
fablar
con el su veçino,
quiero
trovar Bella Fiesta,
HERRERADA
nominada,
que
en Palacios de Ledesma,
del
Arzobispo apodado
familia
¿ilustre? y numerosa
-¡año
tras año!
-coronando
el verano concelebra:
y
en el corral de la Repatilla,
de
Valmiguel en La Colina
o
en tenadas charras del Camino de la Fuente
banquete
imperial organiza.
Histórico
e institucionado evento:
familiar
encuentro e grande,
-¡más
de cuarenta mesnada!-:
de
padres y abuelos, nietos e fillos,
tíos,
primos y sobrinos…
¡femeninos!
y ¡masculinos!
En
Agosto es en Agosto
cuando
aprieta la calor,
ideal
temperatura y tiempo,
vacacional
y veraniego,
para
este encuentro familiar
de la estirpe los
HERREROS:
árbol de numerosas,
robustas
y troncudas ramas:
¡con
Antruejos, Burgos, González,
Martines,
Sánchez, Toledanos…
entrecruzadas
y…diestramente injertadas!
¡Qué
bullicio! ¡Qué alegría!
¡Qué
ansias de ricas viandas façer!
¡y
degustar!
Qué
derroche de ilusión!...
el
cronista de aquesta historia,
¡cosa igual!
en
su luenga vida vio!:
Vates,compositor@s,cupletistas;
cantaores- cantaoras;
guitarristas,
danzarin@s;
bailaores-bailaoras,
fotográf@s,
reporter@s,
¡cocineraaas!- reposteras!
¡comilones!,
¡bebedores…
diligentes-afanosos,
infatigables-hacendosos…
¡Dios
santo!…
¡Qué tropa! ¡Qué algarabía!
¡De
sus saberes y artes
sin
excepción haciendo alarde
y
gala sin tiento…
¡Hasta
madre Naturaleza prestó
su
color y gracia! …
Pero
de Esto, Aquello y lo de Más allá
otro capítulo podrá esperar.